tag:blogger.com,1999:blog-28577378342755347702024-03-13T19:37:03.953-07:00El pijama de HepburnNotas de musica y cine de Agustin Acevedo KanopaAgustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.comBlogger171125tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-59264262588953785072015-01-12T14:49:00.000-08:002015-01-12T14:50:58.728-08:00Power Chocolatín Experimento - Jonathan Sánchez (Caracol Rojo, 2014)<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-AB2PmY_110c/VLROh--NbPI/AAAAAAAAA6g/U7HKtFAs1zQ/s1600/power%2Bchocolatin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-AB2PmY_110c/VLROh--NbPI/AAAAAAAAA6g/U7HKtFAs1zQ/s1600/power%2Bchocolatin.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -.05pt;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Informe sobre Valeria</span></span></b></div>
<span lang="ES"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"></span></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span style="line-height: 18.3999996185303px;"><br /></span></span></span></div>
<span lang="ES"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Pasó mucha agua bajo el puente entre el cover que los Berocay, jovencísimos y
bajo la pequeña ala de su padre (Roy Berocay, escritor mítico local de novelas
infantiles y juveniles), hicieran de “Autoblues” -cuando todavía integraban La
Conjura- y la furiosísima versión de “Informe sobre Valeria”, que se incluye en </span><i style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Jonathan Sánchez</i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">, último disco de Power
Chocolatín Experimento (con varios EPs a cuestas, ya con Bruno, Demian y Pablo
Berocay mucho más grandes). En realidad, en ese río pasó más que agua. Pasó alcohol,
resacas, latas oxidadas, agrotóxicos y derramamientos de buques petroleros.
Casi en contrapartida a la misma historia de “Informe de Valeria”, en donde en una
reedición reciente Fernando Cabrera optó por reversionar un verso de la canción,
limando las asperezas que podrían generarse bajo la mirada de la policía de la
corrección política (esa inaudita suplantación de “un sofá atiborrado de
homosexuales”, por “un sofá atiborrado de rivalidades”), los Power Chocolatín
han ido profundizando en la misantropía
y distorsión de su sonido, casi redoblando la apuesta disco a disco.</span></div>
</span></span></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Esto es algo
curioso, casi sintomático, en un país que no deja de aferrarse a los últimos
retoños celebratorios del superávit económico de la década, pero que a su vez
va dejando en la estela aceitosa de esa lancha último modelo un montón de
bandas y músicos enojadísimos, con una producción cada vez más oscura y
nihilista. No es que la oscuridad y malestar sea cosa nueva -en los ochenta y
noventa era moneda común entre toda la mala onda que irradiaban las bandas
postdictadura- pero curiosamente, en el
pico de la crisis económica del 2002, el rock, más que ser un prisma convexo de
sus efectos más devastadores, se convirtió en una pastoral, una especie de
fenómeno de masas con un “nosotros” bien marcado y un detenimiento en los
aspectos más positivos y arengadores. La cosa cambió tanto que hasta las letras
de La Vela Puerca en sí mismas son muchísimo más oscuras en la actualidad que
lo que era por aquel entonces.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Entonces, quizás
lo que emerge cuando uno escucha una banda como Power Chocolatín es la pregunta
de “¿qué ha venido pasando, que no lo veníamos viniendo?”. Si uno tuviera que
resumir, en plan pensamiento clásico griego, cuál es el elemento que conforma o
define el universo de Power Chocolatín, lo primero que saldría a la mente es el
resentimiento. El resentimiento social, el resentimiento urbano, el
resentimiento paranoico, el resentimiento a veces justo, político y fecundo, el
resentimiento que se vuelve boomerang contra sí mismo, que arrastra sus
cordones desatados por el piso meado de un baño de bar. En su anterior EP, <i>Ernesto Paz</i>, había un verso gratuito y
casi en formato de coda que parecía resumir este universo personal: “Mirá,
mirá, gente bien que hace Kite Surf”. En <i>Jonathan
Sánchez</i> estos pequeños detalles, esos versos solitarios y punzantes
aparecen desperdigados como abrojos en un fondo de pasto guacho. Estrofas como
“Parado frente al mundo con la elegancia/ De un niño con sombra de bigote/ Y a
vos te parece que es normal/ Hacete el boludo y saluda”, en “Niño con bigote”,
o ese verso de la frustración dialógica de una pareja de cuando te dicen “¿Vos
estas bien?/ Como para hablar…”, en “De vuelta en el cuarto rojo” –una especie
de guiso espeso de todos los malos momentos que puede atravesar una relación
amorosa.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sentimentalmente,
por momentos al disco se le pueden rastrear, estilística y emocionalmente
algunas cosas del “screamo”, ese género del punk que injustamente fue asociado
a los mucho menos vitalistas emos de fines de la primera década del actual
milenio. Incluso, hay algunas canciones que perfectamente podrían haber
figurado, por citar una banda nacional, en el disco <i>Le petit détail qui change tout</i>, de Hablan por la Espalda. El tema
es que justamente, la sinceridad dolorida y supurante del <i>screamo</i> convive con esa cota más cínica, que hace más difícil
encasillar al álbum.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En ese plano, el
sonido está a la altura de todo lo comentado sobre las letras. Con un doble
bombo enloquecido, entre metalero y <i>hardcore</i>,
que arrecia en el comienzo mismo del disco (“1, 2, 3, va”), la arenga furiosa
de golpe pega un volantazo y baja temporalmente el ritmo para entrar en esas mesetas
efectivísimas de At the Drive-In. Demian grita “vienen por todos, por mí y por
todos acá” y se lo ve más paranoico y violento que nunca. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El rock uruguayo
y el grito es un tema complejo, un tema que daría lugar a una nota en sí misma.
Uno podría pensar en Pedro Dalton y en ciertos momentos imprevistos de Pau
O’Bianchi. Incluso, extendiendo el criterio, uno podría recordar el lamento
desesperado –sí, que no es un grito en sí mismo- de Darnauchans en “Pago”, o
Jorge Lazaroff en la psicótica –psicotizante- “El ojo”… pero me estoy yendo de
tema… la cuestión es que si hubiera una lista de gritadores, Demian estaría en
esa lista. Y sin embargo, también es un cantante curiosamente melódico para la
media de bandas de alta factura de distorsión. <i>Jonathan Sánchez</i> posiblemente sea el disco en que se lo encuentre
en mejor forma, con mejor economización de recursos. Casi todo lo que antes le
hacía sonar a la escuela de cantantes influidos por la vocalística de Incubus
(una banda que curiosísimamente moldeó el sonido de un montón de bandas jóvenes
de mediados de los 2000) desapareció, y ahora el enojo se siente más directo
que nunca. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Mención aparte
merece la batería de Bruno Berocay, que muchas veces logra instalar dentro de
la canción una revolución contraria, como esas ruedas en cuyo giro, si uno se
concentra, permite percibir dentro de ellas un movimiento contrario al eje,
pero aún así, en perfecta sincronía. Este movimiento opuesto por momentos
parece encarnarse en los sonidos latinos, un sincopamiento que mete, como una
comadreja escabulléndose en la apertura de una banderola, un breve momento de
cumbia, a veces algo casi colindante con la salsa. Aun así, no todo corre de
parte de Bruno, también Pablo Berocay, con el bombardeo de sonidos programados hace
lo suyo. Momentos altos de esta incursión es el alud electrónico acompañado por
vientos –muy a lo “The National Anthem”, de Radiohead-, en “De vuelta al cuarto
rojo”, con una irrupción aporreada del teclado que retrotrae, cambiando
completamente de género, el piano de “Moto 1” del brasilero Raimundo Fagner.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-right: -0.05pt; text-align: justify;">
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">“De vuelta al
cuarto rojo” es tempranamente el punto más alto del disco, pero posiblemente lo
más insigne o representativo del sonido de Power Chocolatín es el cover de
Cabrera con que comenzaba en esta nota. En un terreno donde cada vez –<i>al fin</i>, podría decirse- se rescata más a
Cabrera, los covers suelen rodear su costado más puro y poético. En un
escenario repleto de músicos argentinos, o españoles que se mueren por hacer un
cover de “Imposibles”, la elección de los Berocay por “Informe sobre Valeria”,
posiblemente el tema menos amable de la carrera de Cabrera, va más allá de una
simple elección estética y se vuelve una declaración de principios. Versos como
“Por la cara de Valeria/ deduzcan asco, abulia y otras cosas/ ella todo lo
soporta/ porque es bastante astuta, fina y falsa” suena curiosamente actual, y
Power Chocolatín rescata todo ese ánimo volviéndolo más furioso que resentido.
Una bola eléctrica y epiléptica que no cambia un ápice de la letra, pero la
vuelve otra cosa. Escuchando ese tema uno comprende a los Power Chocolatín,
cada vez más fuertes, nadando cada vez más hondo: unos mineros que escarban y
escarban para volver carbón al diamante.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span>
<div style="text-align: right;">
<i><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">publicada en la diaria el viernes 9 de enero del 2015</span></i></div>
</div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-37429745949423411162014-12-26T08:46:00.000-08:002014-12-27T09:10:12.972-08:00Los 10 discos uruguayos del 2014<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Los
diez del 14’<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">2014 fue un año lleno de música. La ya
acostumbrada profusión de discos grabados de forma casera y los nuevos sellos
con música descargable de forma gratuita (incluso en artistas de larga
trayectoria como lo ocurrido en el lanzamiento online de <i>Formidable</i>! de Riki
Musso) quintuplicó el ya vasto material que había que cotejar a la hora de
hacer las famosas listas de fin de año. Fue tanto lo que circuló, que dio para
hacer, por fuera de los acostumbrados diez álbumes nacionales-internacionales,
un conteo aparte los diez elaborados en nuestro territorio.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-Nq6AB6x8McU/VJ2Pcj4zmdI/AAAAAAAAA5E/SuvpGeDkgW0/s1600/ataquechino.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-Nq6AB6x8McU/VJ2Pcj4zmdI/AAAAAAAAA5E/SuvpGeDkgW0/s1600/ataquechino.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">10)
Ataque Chino- Archivo 1 (edición independiente)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Prácticamente construido como un diario
de viaje, rincones de Irlanda, Estonia, Alemania, Latvia y Noruega se
entremezclan en pasajes mentales como si alguien decidiera arrancar todas las
fotos de un álbum y arrojarlas al viento. En los últimos tres años la poesía y
el rock nacional han ido sufriendo un largo proceso de polinización mutua,
alternado entre referencias a veces demasiado evidentes (por ejemplo, la de Pequeña
Orquesta Reincidentes) y una dificultad de decodificación entre los tonos y las
necesidades propias del pop y de la palabra escrita. <i>Archivo 1</i> no deja de tener un tenor a proyecto piloto, pero es
posiblemente haya oficiado de cura en el matrimonio más feliz entre estos dos
mundos tan difíciles de conjugar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-W9CY38A2SJw/VJ2Pi2UECsI/AAAAAAAAA5M/7MTqSye3SYc/s1600/photo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-W9CY38A2SJw/VJ2Pi2UECsI/AAAAAAAAA5M/7MTqSye3SYc/s1600/photo.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">9) Riki Musso- Formidable! (Montevideo Music Group)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Posiblemente el disco más celebrado,
comentado y analizado del año, con un Riki Musso que luego un álbum críptico, retornaba a las canchas con un sonido más “normal” (habría que agregar,
tres o cuatro comillas más al término para que se aproximase a su verdadero
sentido) y una extrañísima raza de temas tan hiteros como surrealistas. <i>Formidable!</i> no es sólo una expedición de
safari por el vastísima sabana mental de Musso (con sus animales, sus
personajes excéntricos y desgraciados y sus laberínticas permutaciones de
pensamientos sin ancla), sino una pieza arqueológica, o más bien un resto fósil
–pero pasible de ser devuelto a la vida como el adn de dinosaurio reposando en
los mosquitos atrapados en las piedras de ámbar de Jurassic Park- que nos
permite rastrear aquello que una vez fue, o que podría ser el Cuarteto de Nos. Elemento
de peritaje del drama más reciente del rock uruguayo, el álbum tuvo una
inevitable comparación con lo que posteriormente salió por parte de sus
antiguos compañeros y fue prácticamente unánime la opinión de la crítica sobre
quién siempre había tenido razón. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-ZxLXRs_sC0Q/VJ2PriHeK5I/AAAAAAAAA5Y/MA_HXqz_L0k/s1600/a0250637388_10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-ZxLXRs_sC0Q/VJ2PriHeK5I/AAAAAAAAA5Y/MA_HXqz_L0k/s1600/a0250637388_10.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">8)
Ivan y los Terribles- Los incautos no fallan (Esquizodelia)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Una especie de contra-manual de la moral
y las buenas costumbres, <i>Los incautos no
fallan</i> es un disco lleno de mala leche, de esa que solíamos ver en su
esplendor más agrio en los primeros discos de Wire, o Crass. Con un bajo tan
sucio y punzante como los rayos de sol que se cuelan por la persiana en una
mañana de migraña, la banda no necesita de guitarras para hacer un muro de
sonido que se van acumulando como los ladrillos alrededor de un condenado a
emparedamiento. Aun así, detrás de toda la misantropía, hay una cuota vital,
algo que parece escaparse en sus bordes, como una irrupción salvadora de la
entropía.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-YLONk1CODFQ/VJ2PzpuBXhI/AAAAAAAAA5g/rxulDGCfBN4/s1600/el%2Bgran%2Bgalgo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-YLONk1CODFQ/VJ2PzpuBXhI/AAAAAAAAA5g/rxulDGCfBN4/s1600/el%2Bgran%2Bgalgo.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">7)
Vincent Vega- El gran galgo (edición independiente)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Vincent Vega era la mejor banda de folk
del Uruguay. En la asepsia melódica de las dos guitarras acústicas, los cuidadísimos
arreglos y superposición de voces entre Matías Gonzalez y Mauri Sepúlveda se
encontraba un nivel de fineza pocas veces visto en alguna banda –sobre todo,
tan joven- que recogiera los sonidos maderosos de los hitos vivientes del folk
de los sesenta. Un par de años después, el dúo se convirtió en banda y se pasó
al sonido eléctrico, pero el resultado fue tan contundente que no fueron
necesarias protestas como las que sufriera Dylan en el Newport Folk Festival.
Con un swing envidiable, el nuevo sonido de Vincent Vega los eleva al nivel de
los Travelling Wilburys uruguayos (o quizás, en igual medida, la versión local
de The Band), haciendo gala de ese juego de voces que siguen intactos en temas
como “She’s a boy”, posiblemente una de las mejores baladas que haya dado el
rock uruguayo en los últimos años.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-fL4zzYseeRo/VJ2P4hNu-aI/AAAAAAAAA5o/DsYHZpVzRKg/s1600/tropicalgia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-fL4zzYseeRo/VJ2P4hNu-aI/AAAAAAAAA5o/DsYHZpVzRKg/s1600/tropicalgia.jpg" height="311" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">6)
La Orquesta Subtropical- Tropicalgia (Ayuí)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En la canción “La negra Sofía” Diego
Azar canta “No hay nada de malo con los repiques y sí hay cosas malas que
alborotean / No hay nada de malo con ser ingenuos y sí lo que complicaría es no
aprender / Tu nombre es sabiduría pero los griegos no son los que mandan aquí /
acá manda aquel bantú que nunca viste". Tal estrofa es prácticamente una
declaración de principios sobre la difícil relación entre la amnesia selectiva
del rock uruguayo –más que nada el postdictadura- y la herencia negra de
nuestra música. Armada originalmente como una superbanda para tocar en
whiskerías, Diego Azar sumó a su proyecto figuras míticas de la talla de Carlos
Fortes y Carlos “Boca” Ferreira, junto a una sección de tamboriles de altísima
factura, para dar con un disco lleno de candombe y plenas (un estilo muy
particular de plenas, propio de los años cincuenta, producto de la mixtura de
los músicos caribeños y los locales) que nos llevan a un Uruguay no muchas
veces inspeccionado. En años donde la cumbia, el pop latino y los sonidos
caribeños volvieron a ocupar la primera plana (entre ellos músicos de muy
diferente en extracción y público como El Gucci, El Reja y Lucas Sugo), al
mismo tiempo que bandas de rock y electrónica importan los sonidos, a veces
olvidándose de lo más íntimo del género, La Orquesta Subtropical ofició como la
vuelta a un purismo perdido, una pieza para recordarnos de todo lo que nos
estamos perdiendo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-PBXi0BAIH88/VJ2P9j1_AeI/AAAAAAAAA5w/bQBWvo2VV20/s1600/alessandro%2Bpodesta.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-PBXi0BAIH88/VJ2P9j1_AeI/AAAAAAAAA5w/bQBWvo2VV20/s1600/alessandro%2Bpodesta.jpg" height="296" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">5)
Alessandro Podestá- Partido el ganado (Feel de agua)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Alessandro Podestá ya había hecho una
excelente carta de presentación con sus discos <i>Aspavento</i> (2009) y, sobre todo, con <i>Lo que no sé</i> (2012), una tan densa como interesante pasta hecha del
vastísimo folclorismo latinoamericano. En contraposición a su anterior álbum,
Partido el ganado saca del eje lo percusivo y coloca en el centro de la
composición la guitarra, un instrumento que se parecería en un mismo rasgado
fisionarse y convertirse en muchos seres de voluntad propia. Con temas que
incorporan la milonga, el huayno , la zamba y el rasguido doble, <i>Partido el ganado</i> coloca a Podestá no
sólo en el sitial de los guitarristas más interesantes de nuestro país, un
terreno cada vez más interesante, compartido con otros músicos emergentes como
Santiago Bogacz (que quedó fuera de la lista por mero injusticia de la decena
exigida), sino también como uno de los vocalistas más interesantes de la vuelta
–escuchar en particular en “Cada pueblo y cada plaza” los ecos vocalísticos del
Lazaroff de “Albañil” o “Milonga del caminante” en esa forma mántrica de
mantener una vocal o una consonante. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-3H3gtb7aGMs/VJ2QDrHje6I/AAAAAAAAA54/Jl5MWX0YL1M/s1600/a1777962658_10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-3H3gtb7aGMs/VJ2QDrHje6I/AAAAAAAAA54/Jl5MWX0YL1M/s1600/a1777962658_10.jpg" height="310" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">4)
Hijo Agrio- Jabalismo (El octavo sello- Módulo Records)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">“Gueeerreeeroooo, guerreeeroooo!”…en
algún momento la negrura en el rock se había perdido, como si una represa
hubiese secado los cinco ríos del Hades. Por supuesto, seguían estando los
Buenos Muchachos, los lejanos recuerdos de Gallos Humanos, alguna banda de
black metal, los Mareos, o los momentos más autísticos y autolesivos de
3Pecados, pero <i>Jabalismo</i> de Hijo
Agrio volvió a una negrura abstracta que devuelve a una pálida escala de grises
todo lo que convive a su alrededor. Con presentaciones en vivo demoledoras y
Darvin Elizondo como una de las figuras más extrañas en escenario del nuevo
indie Uruguayo, el disco no llega a captar la intensidad de sus espectáculos
abiertos al público, pero ya con esos retazos le da para bajar por la espiral
descendiente cinco pisos más abajo que el resto de sus congéneres.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-sgEjqgNQr04/VJ2QJIGKI-I/AAAAAAAAA6A/6S9ewP6Opp8/s1600/cualquier%2Buno.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-sgEjqgNQr04/VJ2QJIGKI-I/AAAAAAAAA6A/6S9ewP6Opp8/s1600/cualquier%2Buno.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">3)
Ernesto Díaz- Cualquier uno (Ayuí)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La relación del música montevideana con
la del interior es tan o más complicada que la de nuestro país con la
brasileña. En esta eterna dicotomía, <i>Cualquier uno </i>es un disco que parecería
patear el tablero con la agilidad de un salto de capoeira, con ese
portuñol del artiguense Díaz que
atraviesa todo el álbum, mezclando samba con candombe y otros géneros con una
sencillez y a la vez riqueza compositiva que se vuelven un deleite de escuchar
con audífonos. Con un dream team de invitados, entre los que se incluye a
Galemire, Leo Masliah, Ney Peraza y Braulio López, las canciones de Ernesto
Díaz incluyen oboes, fagots, clarinetes, trombones, chelos, pianos, bajos,
congas, mridangas y tamboriles, en lo que es uno de los álbumes con mayor
riqueza tímbrica que haya dado el país en los últimos años. Ya al escuchar los
primeros minutos del tema de apertura del disco (“Los Oreia”), con Díaz
cantando “¿Quién son esos gurí que andan pidiendo por ahí?/ Y comen resto de
chivito y toman caña Marumbí”, uno se mete en ese mundo tan lleno de Milton
Nascimento y Tom Zé, como de Jaime Ross y Jorginho Gularte y se da cuenta de
que lo que tiene en manos no es un disco, es un caballo de Troya importado de
Brasil.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://1.bp.blogspot.com/-M8xaXJjC1n8/VJ2QOyjwi7I/AAAAAAAAA6I/3wfYJiG3Zdw/s1600/julen%2By%2Bla%2Bgente%2Bsola.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-M8xaXJjC1n8/VJ2QOyjwi7I/AAAAAAAAA6I/3wfYJiG3Zdw/s1600/julen%2By%2Bla%2Bgente%2Bsola.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">2)
Julen y la gente sola- Julen y la gente sola (Estampita Records)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El más auténtico suceso dentro del
terreno del indie uruguayo fue el de Julen y la gente sola. El disco
rápidamente se disparó dentro de su microuniverso, armado sobre la base de
pequeños himnos generacionales y un universo personalísimo del cantante y líder
Federico de Paula, uno de los músicos vocalística y fisionómicamente más
particulares que haya dado el nuevo rock uruguayo. Canciones casi todas
orbitando alrededor del colchón autoficcional que se coloca el cantante para
sobrepasar los abates del mundo real, <i>Julen
y la gente sola</i> es casi un disco conceptual sobre la alienación
imaginativa, con varios ríos que beben de los afluentes del <i>twee pop</i>, pero que lo vuelven una cosa
distinta al resto de los grupos melifluos que parecieron salir como por molde
después de películas como <i>Juno</i>. Ver
el toque de Julen en la sala Vaz Ferreira fue de esos espectáculos extraños en
donde uno se siente en un lugar clave, en un momento germinal de algo. Habrá
que ver qué depara el futuro, pero con canciones como “La chica del
mantenimiento” ya hay suficiente lana para tejerse unos cuantos buzos para el
invierno.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-ad-Xy-2CoFo/VJ2QT1IyeLI/AAAAAAAAA6Q/yzGT_wIGNq4/s1600/ete.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-ad-Xy-2CoFo/VJ2QT1IyeLI/AAAAAAAAA6Q/yzGT_wIGNq4/s1600/ete.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">1)
Eté & los problems- El éxodo (Bizarro)<o:p></o:p></span></span></b></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">“Sos como Jordan flotando/ sobre las
manos del resto/ Y en las alturas/ Estás tan sola”. En el 2014 se dio la
casualidad de que el estribillo del año está contenido, no sólo en la canción
del año, sino también en el mejor disco. Hecho como un disco de separación,
donde el éxodo artiguista –y a la vez el del antiguo testamento- se equipara
con el de la ruptura amorosa, en su último trabajo tenemos a Ernesto Tabárez
tanto en su versión más dionisíaca y descarnada, como en su más medida e
inteligente. Viéndolo desde los sonidos del rock rioplatense, Eté y los problems
tienen la peculiaridad de tener un sonido y espíritu por momentos colindante
con el del rock de La plata, pero que a su vez se distancia por la pluma de
Tabárez que siempre se mantuvo lejos de la imaginería del indie chabón, con una
riqueza de imágenes que provenían más de los clásicos y la abigarrada y
minuciosa profusión de imágenes y temas
(recordar la impecable y existencial letra de “Los muertos”). En <i>El éxodo</i> tenemos a Tabárez y su banda en
lo más cerca del tope de sus capacidades, con momentos de una intensidad
impresionante como cuando lo vemos gritando “Río arriba”, así como cuando baja
varios cambios y entra en terrenos más introspectivos. Uno escucha <i>El éxodo</i> y se va dando cuenta lo difícil
que separar un solo tema. Es más bien la banda sonora de cualquier persona que
se va dando cuenta de cómo esa eternidad ficticia que uno se proyectaba en su
juventud comienza a derretirse como la escarcha en el freezer de un frigobar.
Un disco que nos hace dar cuenta de que estamos solos, pero que no somos los
únicos.<br /></span></span><br />
<div style="text-align: right;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">publicado en la diaria el 26/12/14</i></span></span></div>
</div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-78467191454987589662014-11-14T14:48:00.002-08:002014-11-14T14:48:19.191-08:00El Cuarteto de Nos (Warner Music, 2014)<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="30838145 500 500" border="0" src="http://s24.postimg.org/43yqfcxyt/30838145_500_500.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
dilema de la cajita de cristal<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Difícilmente haya en el rock nacional disputas más
ideologizadas que la que rodea a las múltiples transformaciones sufridas por el
Cuarteto de Nos desde la llegada de Juan Campodónico a hacerse cargo de la
producción y, más que nada, a partir de la renuncia de Riki Musso, luego de la
grabación del <i>Bipolar</i> (2009). Hay
algunos antecedentes de disputas del estilo: el distanciamiento respecto de lo
gótico que significó el pasaje de Los Estómagos a Buitres, las amargas y
múltiples escisiones de No Te Va Gustar, las ilógicas peleas entre los fans de
Plátano Macho y el Peyote Asesino. Sin embargo, el caso del Cuarteto de Nos
parece cristalizar algo que va más allá de la banda y de identidades de su
público, algo que toca más el aspecto longitudinal del rock nacional en los
últimos veinte años: el papel de la producción y la consecuente
internacionalización de la misma.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En un terreno marcado por una sorprendente profusión
de proyectos solistas –muchos de los cuales, lamentablemente, suelen sonar
demasiado parecidos entre sí (parece haberse puesto en boga el concepto de
disco solista electrónico, como una especie de resaca bajofondista)- el intento
de determinar quién tenía la posta en tal o cual sonido de la banda dispara
bizantinismos, <i>backlashes</i> y
reescrituras históricas. En este plano, la pieza de Riki Musso se convirtió para
muchos de los fans de la vieja escuela en la piedra Rosetta para decodificar
todo lo que pasó o dejó de pasar con la banda. En esta línea una parte considerable
del –al menos para quien escribe esta nota- desmedido entusiasmo creado
alrededor de <i>Formidable!</i> (2014) fue
alimentada más por el despecho de lo que había dejado de hacer El Cuarteto y lo
que seguía conservándose en el músico y productor. Una especie de búsqueda de
la “esencia perdida” de la banda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los reclamos de la esencia de la banda siempre
tienen un tufillo de egoísmo infantil. Por momentos, el sentimiento del fan,
que a menudo especula con arreglos y presiones de codiciosos y desalmados
sellos internacionales, parecería
abrigar el anhelo de tener al músico como la bailarina de una cajita de música
que hace el mismo baile, una y otra vez, cuando se levanta la tapa. Parecería
existir una necesidad que no cambien, que no los decepcionen. Sin embargo, al
mismo tiempo, reclamar integridad artística a un músico parecería suponer que es
siempre el mismo y que su entorno vital no cambia en absolutamente nada. En ese
sentido, sería menos íntegro tener a un artista cantando sobre cosas que ya no
son parte de su vida ¿Sería posible pensarse las críticas a los cambios
sufridos por el Cuarteto de Nos como un comportamiento de este tipo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En una nota periodística, Gabriel Delacoste –que suele
comentar asuntos políticos, pero que inesperadamente se había dado la
oportunidad de comentar algunos aspectos idiosincráticos de las letras de la
banda - hizo uno de los comentarios que más se ajustan a los cambios del
Cuarteto: “una banda de pop que pasó de ser rara a decir que es rara”. El comentario
era atinado, en la medida en que tanto las letras como la música, que jugaban
con el desparpajo, la desprolijidad adrede y la intrusión de elementos e
instrumentos impensados de un tema a otro, habían dado paso a los timbres y
producción mucho más homogénea del trabajo de Campodónico. Aun así, <i>Raro</i> (2006) nunca había dejado de ser un
artefacto pulidísimo y suficientemente efectivo como para poder polinizar las
exigencias de la irreverencia cuartetera y el nuevo formato que terminó colonizando
mercados norteños. Ya en <i>Bipolar</i> como
en <i>Porfiado</i> (2012) el rapeo de
Roberto fue agarrando cada vez más protagonismo y las letras fueron dejando
casi completamente atrás el tono absurdo para convertise en letras de rebeldía
con ribetes existenciales bastante directas y sin muchas de las imágenes que
aún rendían en canciones de <i>Raro</i> –aun
así, seguían habiendo temas poderosos, como la ira contenida y revanchista de “Buen
día Benito”-.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Habla
tu espejo</span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> es lo que se suele llamar, “un disco de madurez”.
Álbumes arriesgados, si los hay, que suelen hacer trapecio sin red sobre temas
como ser padre, envejecer y enfrentarse a los propios demonios, intentando de driblear
la sensibilería de película y la exigencia fáustica de los fans. En este
sentido, Roberto Musso –a cargo de la letra y música de la casi totalidad de
los temas- marca el visto sobre todos los ítems posibles: el paso del tiempo (“Como
pasa el tiempo”), la paternidad (el corte de difusión “No llora”), el
aprendizaje en base a tumbos (“El aprendiz”) la tensa relación de uno mismo con
respecto a su propia identidad (“Habla tu espejo”), o incluso la enfermedad de
Alzheimer (“21 de septiembre”).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
serio<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">De más está decir que el humor desapareció y
prevaleció, más que nada, una versión disipada de ingenio en frases cortas.
Como se venía diciendo, sería algo injusto criticar al Cuarteto sólo porque no
hacen lo que solían hacer, pero aun así, incluso recortando el álbum del resto
de su discografía y concentrándose en las canciones, el resultado es
tremendamente irrelevante. Un poco menos rapeado que antes, con un salpicado un
poco más presente de canciones melódicas, <i>Habla
tu espejo</i> sufre de un mal que se percibe en la lírica del rap local: las
letras son una repetición <i>ad infinitum </i>de
un cierto valor, una constatación de principios que se ve reafirmada verso a
verso. En el rap uruguayo generalmente estos valores suelen alternar entre
ciertos vagos conceptos de izquierda (La Teja Pride en ese sentido tenía un
poco más de cancha teórica, en parte debido a la formación académica de algunos
de sus integrantes) entremezclados con cierto autobombo y arenga. En algún
punto, quien escribe esto podría aventurarse –sin pretender dar una opinión
definitiva - que el peso y expansión del <i>freestyle</i>
ha sido en parte responsable en la mejora del <i>flow</i> de muchos raperos locales, pero aparejada con letras cada vez
más abstractas, que en cierto punto hablan de todo y no hablan de nada, que
tienen sentido en la dinámica de un duelo rapero, pero que en la frialdad del
papel parecen totalmente vacuas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El Cuarteto, naturalmente, nunca fue parte activa de
ese palo, pero parece haber incorporado algo de esta dinámica. En algún aspecto,
la mayoría de la canciones del cuarteto siempre funcionaron con la misma lógica
del chiste “The Aristocrats”: no es el remate del chiste en sí lo que vale, si
no el <i>in crescendo</i> de barbaridades
que iban alineándose en el medio. Uno más o menos leyendo la primera estrofa –incluso
cuando la letra se lanzaba a contar una historia- ya sabía cómo sería la
estructura de la canción, pero aun así se podía quedar a esperar los versos
llenos de ingenio e irreverencia que iban engrosando el saco. No tenía que ser
necesariamente absurda la cuestión, temas más o menos lineales y sin intrusión
de elementos impensables, como “Ya no sé qué hacer conmigo” seguían siendo
poderosísimos en tiempos del <i>Raro</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El gran problema de las nuevas letras de <i>Habla tu espejo</i> es que en el enarbolado de
estos temas existenciales no hay ningún tipo de ingenio ni sorpresa. Los versos
se suceden reafirmándose en sucesión, pero sin la sensación de vértigo de
aquella nueva ocurrencia, aquella imagen impensable que podía precipitarse
sobre el escucha. El peso de las imágenes de anteriores discos ceden lugar al
peso de conceptos, y entonces la mayoría de las estrofas van del lado de “Aprendí
a escuchar, gritando/ Aprendí a dudar, confiando/ Aprendí a sufrir, queriendo/
Aprendí a llegar, esperando”, en “El aprendiz”, o “Voy contemplando cómo pasa
el tiempo/ al mismo tiempo rápido y lento/ mezcla de dualidad y cinismo/ miro
el reloj y me dice “ahora mismo” en “Cómo pasa el tiempo”, o “Cuando el amor le
duela al corazón/ y una tentación le nuble la razón/ y descubra que no
existe/una persona salvadora/ la nena se hace fuerte, la nena no llora”, en “No
llora”. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Un clásico problema visto en los talleres literarios
es cómo, cuando uno empieza a escribir, intenta abarcar todo el espectro
emocional apelando a “las palabras grandes”. Esos grandes conceptos, esas
grandes metáforas que parecen querer barrer con la fuerza de los términos y no
del juego que se realza entre los mismos. Por supuesto, tampoco el uso de “las
palabras grandes” es un pecado mortal y muchos han podido hablar impactantemente
de grandes temas sin tener que recurrir a conceptos o imágenes más intrincadas.
Sin embargo, el gran problema que se percibe en este disco de madurez del
Cuarteto es un extraño tufillo a material de autoayuda. Parecería que casi
todos los temas persiguen una especie de autoafirmación o enseñanza de valores
que se repiten una y otra vez, y el problema es que muchos de los versos que
una vez fueron ingeniosos, ahora lo son, pero en formato marcalibros vendido en
el Mercado de los artesanos (“Al pasado pisado, como dio Machado/ somos
empecinados y peregrinos/ camiante no hay camino/ y si hay es complicado/ pero
se puede, claro, ir por otro lado”).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Whisky en Uruguay”, el único tema de Santiago
Tavella aparece como un entreacto agridulce de El Cuarteto intentando hacer una
especie de <i>cover</i> de El Cuarteto de
antes, con lo que se genera una extraña sensación con respecto al todo que
conforma el disco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Con la música pasa un poco lo mismo: el aplanamiento
no deja lugar a mucho, y en algunos aspectos parece, más que marcar la cancha,
tomar elementos de algunos músicos que hacen aquello de manera más efectiva.
Por ejemplo, “Cómo pasa el tiempo” parece un tema de la fase más electrónica de
The Killers; el estribillo de “No llora” tiene mucho del cantado por Rihanna en
el tema de Eminem “I love the way you lie”; los coros y sintes de “Caminando” parece
sacado del estilo neodisco de Sante Les Amis y “Hielo” tiene una mezcla
subterránea que parece sampleada de esa electrónica mezclada con bossa que
estuvo en boga en librerías y cafés en los últimos diez años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Nuevamente, recriminarle a El Cuarteto haber tomado
un tono más íntimo y serio es algo demasiado caprichoso e injusto, considerando
que cada artista íntegro tiene la libertad de ir confeccionando su música de
acuerdo a sus periplos vitales. Sin embargo, el problema está, a todas luces,
en el disco en sí, teniendo la única salvedad en la serísima y dolorosa “21 de
septiembre”, marcada por un arreglo de piano y cuerdas muy pulcro y algunos
versos muy logrados: “Y pensar que algunos años atrás/ decías con convicción/
que el olvido era una forma/ de venganza y de perdón/ que el olvido es
libertad/ y afirmando esa contradicción/ te fuiste tan de a poco/ que nunca
dijiste adiós”.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El espejo ya no da el mismo reflejo. Es obvio que
Roberto y compañía ya no son los mismos, pero será tiempo de ver qué seguirá
haciendo el Cuarteto con los añicos que quedaron.<o:p></o:p></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-29664594288842347492014-08-28T09:28:00.004-07:002014-08-28T10:37:57.852-07:00Relatos Salvajes (Damián Szifrón, 2014)<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="arton25036 d1f24" border="0" src="http://s21.postimg.org/6hd4o67rb/arton25036_d1f24.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
venganza de los negros<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Quizás con la excepción de <i>El secreto de sus ojos</i> (más que nada inflada por el impacto de
haber sido premiada con el Oscar a Mejor Película Extranjera), desde <i>Nueve Reinas</i> no hubo una película
argentina con tanto comentario y entusiasmo a su alrededor como el que está
teniendo <i>Relatos salvajes</i>, de Damián
Szifrón. Con una ovación de pie en Cannes y casi quinientos mil espectadores en
salas argentinas durante su primera semana en cartel, <i>Relatos salvajes</i> también pegó su coletazo de influencia en nuestras
tierras. En una primera instancia, uno podría marcar una diferencia bastante clara
entre el estilo y el contenido de Bielinsky y Szifrón, pero sus dos obras
parecen deber una parte importante de su éxito a su ingenio narrativo, pero más
que nada al haber encastrado con un determinado momento de la Argentina, o más
bien, un conocimiento doloroso y grotesco de la argentinidad. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
argentinidad al palo<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Posiblemente la escena más famosa de <i>Nueve Reinas</i> no sea alguno de los trucos
de los dos timadores, ni la famosa vuelta de tuerca del final, sino un breve momento
intermedio en el que Darín le hace abrir los ojos a su discípulo, deteniéndose
un instante en una calle de Buenos Aires, comentando todos los engaños y robos
que están sucediendo frente a sus (nuestros) mismos ojos en ese momento. En lo
cierto que tiene eso de que el cine es grande por ser capaz de anticiparse a
ciertos eventos, pero culpable por no poder ayudarnos a prepararnos frente a
ellos, <i>Nueve Reinas</i> captó el sentir
general de un país que caminaba por el angosto tablón hacia una de sus más
severas crisis económicas. Pero <i>Nueve
Reinas</i> no se anticipaba a una crisis económica en general, sino una bien
argentina, y por esa misma razón es que había algo que –más allá de la calidad
inferior del film- se perdía en la traducción de costumbres de la adaptación
estadounidense hecha por Gregory Jacobs.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Algo prácticamente idéntico puede decirse con
respecto a la adaptación mexicana de <i>Los
simuladores</i>. Si bien la versión mexicana no daba con la gracia del formato
artesanal con que Santos y compañía resolvían sus casos en la versión argentina
(un error de lectura que la colocaba más cerca de <i>Los magníficos</i> –o “<i>The A-Team</i>”-
en la que se había inspirado Szifrón), había algo específico con la raíz tana
de la “viveza criolla” porteña de la que los simuladores parecían beber –y, a
su vez, a la que solían, en la mayoría de los casos, combatir-, que era
intransferible a un país como México, no sólo por la diferente idiosincrasia,
sino también por una realidad mucho más terrible en cuanto a la corrupción y
sus medios (en ese sentido, el fenómeno narco es algo que dinamita desde
adentro cualquier posibilidad ficcional, pero si seguimos este hilo ya
estaríamos entrando en otra nota periodística).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">De la misma manera, en esa forma de encontrar “soluciones
argentinas a los problemas del presente”, <i>Los
simuladores </i>era una especie de bálsamo en medio del caos económico e institucional
que quedó tras la renuncia de Fernando De La Rúa. El éxito de la serie se
sostenía por el manejo de un estilo narrativo clásico y sólido, junto a una
conformación de personajes equilibrados y queribles, pero también por poder
articular aquello con la fantasía de resolución de un montón de problemas que
atravesaba la clase media argentina por aquel entonces. En la epidermis de los
capítulos nos encontrábamos historias de amor, de reencuentro, o de venganza,
pero lo que permanecía de fondo en la mayoría de ellos eran asuntos propiamente
económicos, casi escritos en clave de lucha de clases. En varios de los
capítulos, encontrábamos a los simuladores tratando de resolver deudas usureras
y desempleos, así como también a ayudar a ganar juicios a administradores de consorcios,
construir un sistema de seguros de salud más justo y engañar a estafadores,
extorsionadores y el mismísimo sistema de inteligencia de Estados Unidos. Lo
que quedaba nadaba en las profundidades de <i>Los
simuladores</i> era una cierta noción humanista, la esperanza puesta en una
colectividad capaz de resolver sus propios problemas, en tiempos en que los
gobernantes parecían fallar casi sistemáticamente –tal como esa miríada de
influencias mutuas que iba extendiéndose conforme se iban resolviendo casos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La conformación de <i>Relatos salvajes</i> en una serie de seis viñetas –todas ellas
actuadas por actores de la talla de Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia y Darío
Grandinetti- hace imposible no colocarlas bajo el reflejo de aquel programa de
televisión antecesor, pudiendo obtenerse algunas reflexiones interesantes, no
sólo sobre el proceso de Szifrón como director, sino también de una suerte de lectura
alegórica o sintomática de la Argentina actual.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Justamente, en todo este largo preámbulo sobre lo
que hace importante, o lo que hizo tan anticipada a Relatos salvajes, se
abstuvo de mencionar a otro de los grandes sucesos en redes que expandió la ola
de interés sobre la película: la intervención de Damián Szifrón en la mesa de
Mirtha Legrand, hablando sobre la pobreza estructural en el capitalismo y cómo
le parece bastante razonable que alguien prefiera ser ladrón a ser albañil, tal
como está dado el sistema económico hoy en día. Lo que parece una verdad dada
para cualquiera que haya tenido un mínimo de lectura marxista –incluso ciertas lecturas
de corte neoliberal - los comentarios agitaron el avispero y elevaron a
discusión la intervención que el director –correctamente- no dudó en ratificar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Los
nuevos monstruos<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Muchos preferirían silenciar esa suerte de “exabrupto
político” del director y limitarse a abrazar las virtudes narrativas y la
calidad de entertainer y “director de cine industrial” de Szifrón, pero lo
cierto es que la película se entiende con y continúa, de alguna manera, lo
dicho por él en la mesa de la “Chiqui”. La escenificación de lucha de clases es
algo que atraviesa el film de cabo a rabo: el asqueroso candidato a intendente
que la cocinera asesina en el segundo capítulo, el conflicto entre el argentino
ricachón y el “negro resentido” en la ruta, la impotencia frente a la burocracia
estatal del desactivador de bombas, el arreglo entre una familia y un portero
al que se lo quiere hacer cargar con un accidente de tránsito, el mozo que
viene a consolar a la novia en el último capítulo. Incluso ese primer extracto
algo almodovariano del avión en donde todos los pasajeros se conocen por
haberse relacionado con un personaje difuso, sigue el cordel de esa lucha de
clases: qué pasa cuando alguien es denostado, olvidado y molestado constantemente
por el resto del mundo, cuánto es necesario para cortar un cable rojo que haga
estallar toda la maquinaria social que lo sostiene. Lo que hay debajo de esos relatos
es justamente el tironeos y las humillaciones constantes que llevan a una
persona a robar antes que hacerse albañil.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La película es, por ponerlo en palabras de Luca
Prodan cuando hablaba de su canción “La rubia tarada”, algo así como “La
venganza de los negros”, ese término genérico, pero muy específico con el que
los porteños en un comienzo llamaron a los “cabecitas negras” del interior,
pero que con el tiempo fue ampliándose a todo lo que estuviera por debajo de
cierto estándar de vida (más alto o bajo de acuerdo a la persona que los
critica). Si en <i>Los simuladores</i> había
una especie de esperanza en esa forma de lazo social entre los perjudicados, <i>Relatos salvajes</i> es ese otro costado que
aparece cuando se quita de la ecuación la variable humanista. Algo similar a lo
que ocurría entre la edición de 1963 de <i>Los
monstruos</i>, de Dino Risi y la de <i>Los
nuevos monstruos</i>, de 1977 (con la colaboración de cortos de Ettore Scola y
Mario Monicelli). La primera estaba marcada por un espíritu aún dulce y alegre
de la recuperación económica italiana, mientras que la siguiente estaba ya atravesada
por el espíritu un poco más pesimista de los setentas. En palabras del director
italiano, sobre las diferencias entre su primera y segunda versión: "Mi
antigua película era sobre todo un espejo de la sociedad italiana de entonces.
En aquella época los monstruos eran bastante cómodos. La monstruosidad no era
ni difusa, ni violenta como hoy. Mientras pensábamos en los episodios de la
nueva película, nos dimos cuenta que la realidad italiana sobrepasaba la
imaginación. Leíamos el periódico, veíamos los telediarios y observábamos
monstruosidades mucho mayores que las que tratábamos de presentar. En mi
antigua película se podía hacer una deformación de costumbres italianas de
entonces. Hoy no sólo la monstruosidad es general, sino que cotidianamente se
presenta como un hecho natural. Sólo es necesario poner la cámara en la esquina”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El ejemplo de <i>Los
monstruos </i>no sólo sirve para tematizar un contenido social de fondo que
parece atravesar a <i>Relatos salvajes</i>,
sino algo propiamente cinematográfico. Los capítulos de la película –filmados con
una maestría que a veces están en un punto intermedio entre Almodóvar y
Spielberg-, no parecen ser algo que no haya sido contado antes. La pelea entre
el automovilista paqueta y el pobre es tan sólo una forma a lo <i>grand guignol</i> de las clásicas comedias
de conflictos de clase, como así también lo son el envenenamiento del comensal
y la historia del arreglo entre patrones y portero –incluso el mismo ejemplo
del caso de omisión de asistencia del hijo menor es un conflicto moral llevado
a pantalla hartas veces en la historia del cine. En este sentido, a diferencia
de otras obras de su autoría, no hay nada francamente original, ni demasiado
interesante con <i>Relatos salvajes</i>. De
hecho, vemos todas las historias más o menos sabiendo qué va a acontecer. Lo
que los separa de la media de estos relatos comunes, lo que vuelve todo más
efectivo y excepcional, tal como sucedía con los segmentos de Dino Risi –que tampoco
se alejaban en sí mismos de paradigmas e historias bastante compartidas por el
público italiano en general- es algo más vinculado a la intensidad y el pulso
narrativo a la hora de llevar estas historias a pantalla. La película agarra la
argentinidad y le encuentra el volumen once, la hace más ácida y más explosiva,
especula con cuáles son los límites admitidos de la misma. De la misma manera
que se colorean los cromosomas para poder obtener datos genéticos, <i>Relatos salvajes</i> es una virtud de la
hipertrofia, una especie de caballo de troya vestido de entretenimiento, pero
mucho más serio de lo que parece ser.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Relatos
salvajes</span></span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> entra en un momento difícil de definir de Argentina,
un entorno enrarecido por una especie de progresivo desinflamiento del
optimismo kirchnerista, pero al mismo tiempo sin el grado de paroxismo
confrontativo y la polarización social que supo desplegar años atrás. En las
virtudes señaladas sobre la capacidad augúrica –siempre tristemente tardía- del
cine, habrá que ver si <i>Relatos salvajes</i>
es una radiografía del argentinismo actual o una anticipación de algo por
venir, pero de todas formas, sigue siendo una película engañosamente importante
para los tiempos que corren.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-17595447989774938822014-08-28T09:22:00.003-07:002014-08-28T09:23:05.980-07:00Mr. Kaplan (Álvaro Brechner, 2014)<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="mr kaplan critica1" border="0" src="http://s27.postimg.org/poag4qwb7/mr_kaplan_critica1.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
nuevo clásico<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Entre todo lo que se ha dicho de la reciente y
flamante <i>Mr. Kaplan</i>, segundo
largometraje de Álvaro Brechner tras la muy lograda <i>Mal día para pescar</i>, hay un comentario en particular que ha sido
frustrantemente repetido en los medios y entre los espectadores en general: lo
poco que se parece a un producto salido del cine nacional. En la mayoría de los
casos, el comentario, lejos ser el visto malo de algún purista que no
encontrara en tal obra algo que recogiera elementos de una matriz
identificatoria de nuestro país (una disquisición más propia de algunas décadas
atrás), suele estar enmarcado como una virtud a señalar. Una virtud que en
algunos casos se define en torno a algo que marca diferencia con respecto a un
estilo de cine ya establecido (lo que la mayoría de la gente lo ha solido acotar,
de una manera excesivamente gruesa, a Control Z y sus sucedáneos), pero también
–muchas de las veces- a una que encierra en sí misma un elemento cipayista, la
idea de un cine “bueno” en tanto que se parece al propio de países <i>más desarrollados</i>, no casualmente
asociado y reducido a los formatos hollywoodenses. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lo frustrante de la forma en que están zanjadas
estas apreciaciones no corre tanto –o “no sólo”- por una especie de complejo de
inferioridad subyacente (que bebe tanto del comentario “está buena <i>para ser uruguaya</i>”, como el “está buena <i>porque no parece uruguaya</i>), sino por la
miopía de lectura de lo que es la escena cinematográfica nacional. Hoy en día
el cine uruguayo en cartelera dista de ser aquel comúnmente asociado con el
circuito festivalero, el cine “de los largos silencios”, del “que no pasa nada”
que la gente y muchos críticos se han referido hasta el hartazgo. Películas
como <i>Re-locos y Re-pasados</i>, <i>Kamikaze</i>, <i>La casa muda</i>, <i>Rincón de
Darwin</i>, <i>Reus</i>, o <i>Manyas</i> (quien escribe esta nota sólo
rescataría las dos primeras) dan una noción de que la cinematografía uruguaya
ya se ha diversificado en microescala, con films de género o con lineamientos
de cine más <i>clásico</i> –“comercial” es
un término demasiado tramposo- que prácticamente superan en cantidad y en
presencia a esas nociones anacrónicas –incluso, infundadas- que se tiene del
escenario del cine nacional.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En todo caso, lejos de una discusión sobre lo
uruguayo o no en el cine, la aparición de un film como Mr. Kaplan resulta
interesante por la presencia, en un mismo año, de dos films (uruguayísimos, a
su manera, los dos) de directores sobresalientes y a su vez, en algunos
elementos, opuestos. En una primera línea, <i>Mr.
Kaplan</i> y <i>El lugar del hijo</i>, de
Álvaro Brechner y Manolo Nieto, respectivamente, son dos segundas obras de un
refinamiento técnico inusual en nuestra cinematografía, pero con resultados casi
opuestos y, en algún punto, complementarios. En <i>El lugar del hijo</i> la impecable fotografía de Arauco Hernández y el
sonido de Santiago Fumagalli, Guillermo
Picco y Catriel Vildosola crean una densa capa de extrañeza en la que se siente
como meterse bituminosamente en la propia realidad vital del protagonista (la
escena del toque de Genuflexos en la Facultad de la Regional Norte es de lo
mejor que se haya logrado estéticamente en nuestro territorio). En <i>Mr. Kaplan</i> todo lo que se podría decir
de los logros técnicos en cuanto a lo experimental de <i>El lugar del hijo</i> se acentúa en lo elegante y ágil de la obra, la
bella plasticidad de las imágenes y la minuciosa selección de los colores (el
amarillo de la camioneta robada, el mostaza de la camisa del alemán, el
turquesa del vestido de Rebecca mimetizándose con el celeste de la piscina, los
azules y verdes mortuorios del velorio de Otto Müller), llevada a cabo por la
dirección de fotografía de Álvaro Gutiérrez y la dirección de arte de Gustavo
Ramírez. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Al mismo tiempo, desde la construcción narrativa
también se pueden oponer al estilo sincopado, episódico y brumoso de la obra de
Nieto, el toque clásico, lineal y de fuerte peso en los arcos dramáticos de
Brechner. En este sentido, ya mucho de todo esto señalado se podía percibir en <i>Mal día para pescar</i>, con un manejo inusual
de lo épico en el desarrollo de la trama. Ciertamente, casi ninguna película,
ya sea en el corte intimista, en el costumbrismo simpático, o en lo
experimental supo llegar hasta la fecha a algo tan emocionante como la pelea
final entre Jacob van Oppen y El turco.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En <i>Mr. Kaplan</i>,
si bien los momentos de épica no llegan a niveles tan álgidos –hay, por el
contrario, un pequeño distanciamiento en el humor que ronda toda la película-
hay, sin embargo, un desarrollo de los personajes en donde a través de una
serie de resoluciones de conflictos cada uno llega a una verdad o mayor
conocimiento de ellos mismos. Una fórmula básica de casi todo el cine clásico
–aquello es casi como la primera clase de todo curso de guión- pero que en el
cine uruguayo, cuando ha aparecido, siempre fue de forma tímida, encubierta, o
fallida.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En este caso, el proceso paranoico que a Kaplan hace
sentirse llamado por Dios es lo que enmarca todo el film, siempre haciéndonos
jugar entre la duda de si el viejo tiene razón o son puras chifladuras suyas.
Al mismo tiempo, ese crecimiento personal va aparejado al de Contreras (Néstor
Guzzini, en su rol más reluciente hasta la fecha), un policía alcohólico y
retirado que se suma a la investigación de una suerte de nuevo caso Eichmann en
territorio nacional. Esta segunda oportunidad del destino aplicada en la dupla
de Jacobo y Contreras, de cierto modo continúa la del valeroso Jacobo y el
cínicio Orsini, de <i>Mal día para pescar</i>,
dos personajes en sus últimas que buscan una especie de redención personal.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lo que se siente al ver las películas de Brechner es
algo similar a lo que los críticos de cahiers du cinéma le pondraban, en su
momento, al cine americano, una especie de efectiva liviandad, un cine
liberado, intuitivo, con swing, y terso en el montaje. Una especie de cine
vital y relajado, con el arco dramático como elemento ordenador de lo técnico,
y no viceversa –como sí fue ocurriendo, en el caso citado de Cahiers, en el
cine europeo. Esto no necesariamente lo hace un mejor o peor estilo de cine,
pero en cierto punto, <i>Mr. Kaplan</i>,
apenas siendo el segundo film de Brechner, coloca al director como el más digno
exponente de un cine clásico que desde los noventa –en algo que puede
rastrearse desde esa especie de alegato en respuesta a la hermética <i>El dirigible</i> que fue <i>Una forma de bailar</i>, pero también
incluso con casos recientes, como Rincón de Darwin- nunca estuvo a la altura de
sus pretensiones.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Mr.
Kaplan</span></span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">, a contrapelo de la tarea divina que se
autoadjudica el viejo Jacobo, no llegará a ser una obra que marque a fuego
nuestra historia, pero justamente en esta naturalidad está la virtud que le
permite marcar una especie de mojón tardío, la forma de un posible y buen cine
uruguayo de corte clásico con el que poder oponerse o cotejarse otro tipo de
cine más autoral y experimental.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-48076171606242986432014-06-04T11:41:00.004-07:002014-06-04T11:41:49.679-07:00Sobre Louie, de Louis CK<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="Louie Middle finger" border="0" src="http://s24.postimg.org/g37zf3on9/Louie_Middle_finger.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Las
pulsaciones de un faro<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En la película que registraba su stand-up comedy, <i>Hilarious</i> (filmada en el 2010, un poco
antes de su explosión hacia la masividad de la comedia norteamericana), Louis
CK abría el show dirigiéndose al público de la siguiente manera: “Hola a todos.
Es decir, por decir “todos” me refiero a ustedes. Es decir, a todos los que hay
acá. Realmente no debería decir “todos”, porque la mayoría de la gente no está
acá. Por una <i>gran</i> mayoría, la mayoría
de la gente no está acá. La mayor parte de la gente está en China, de hecho. De
hecho, eso tampoco es real, la mayor parte de la gente está muerta, ¿saben? De
toda la gente que estuvo en la tierra, casi todos están muertos. Hay mucho más
gente muerta, y todos ustedes van a morir, y luego van a estar mucho más tiempo
muertos que el que estuvieron vivos”. Ciertamente, no es la forma más festiva
para empezar un show, pero difícilmente haya un extracto que defina de forma
más precisa la ética y comedia CK’iana –por llamarle de alguna manera-,
elemento que, pese a encontrarnos con producciones propias en diversas formas y
estilos, es uno de los elementos fundamentales e incambiables de la temática
humorística del director.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Nacido en Estados Unidos, pero criado en México
hasta los seis, la base católico-irlandesa del comediante (mezclada con ese
catolicismo tan proteico mexicano) no es algo que suela aparecer en su
literalidad –de hecho, varias balas del tambor de su revólver suelen estar
reservadas para la religión- pero algo de la necesidad de ser agradecido por lo
que se tiene, la importancia del perdón y la sensación de ser algo pequeño ante
algo mucho más grande e inescrutable, marca a fuego su trabajo.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Quizás con una ética más protestante, la cimentación
de Louis CK como figura pública fue un larguísimo proceso que abarca desde 1984
(en shows de <i>open-mic</i>, en donde
suelen presentarse tanto principiantes como gente consolidada, un lugar de poco
dinero pero de mucha legitimación de parte de los fanáticos de base más fiel
del stand-up) hasta la fecha, incluyendo entre medio escrituras para <i>late-shows</i> y otros programas de televisión,
también abriendo para comediantes de la talla de Jerry Seinfeld y dirigiendo un
programa de televisión de culto (<i>Lucky
Louie</i>) que fue cancelado por HBO en su primera temporada.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Comienzos
ásperos<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Este largo proceso (en el que durante sus arduos comienzos
Louis tuvo que sostenerse en diversos laburos como mecánico, limpiador de piscinas
o cajero en el Kentucky Fried Chicken) terminó por dar sus frutos en Louie, una
serie lanzada por el canal FX en el año 2010, que ha tenido un crecimiento
sostenido hasta su tercera temporada, en la que su éxito trascendió al de la
crítica (ganando premios como “Mejor guión” en el Writers Guild of America
Awards del 2013 y los Emmy’s del 202), también teniendo un gran impacto en
audiencia. Con la cuarta temporada recién estrenada , es una buena oportunidad
para repasar por qué este programa no es parecido a nada, no sólo remitiéndonos
a la televisión actual, sino en la cultura en general.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Antes de ahondar en <i>Louie</i> deberíamos ir a sus raíces, <i>Lucky Louie</i>, aquella <i>sitcom</i>
actuada y dirigida por el comediante, que fue misteriosamente dada de baja a un
año de su estreno (algo a lo que no sólo no ameritaba los ratings de público
–que no eran malos-, sino que iba en contra del estilo de producción jugado y
respetuoso por el que es conocido HBO). En su formato, Lucky Louie no era más
que otra <i>sitcom</i> del montón, con un
escenario super estático, personajes con frases y personalidades super
delineadas y una audiencia en vivo que reía y aplaudía como en casi todos los
programas de aquella época. El centro de la temática también era conocido: las
complejidades de la vida en pareja, junto a otros temas vinculados a la batalla
de los sexos, la paternidad, la amistad y el trabajo. Sin embargo, cuando vemos
<i>Lucky Louie</i> todas estas premisas se
transforman radicalmente por el tono, en donde todo lo que puede ser definido
como un lugar común y seguro se transforma, para interpelarnos de una manera
tremendamente incómoda. En primera instancia, <i>Lucky Louie </i>interpelaba a la identidad de clase de series que, aun
tomando el marco de familias de clase trabajadora, lo económico nunca era
presentado más que como un mero obstáculo a un bienestar mayor. En <i>Lucky Louie</i> lo económico pasaba de ser
fondo a figura y toda la vida familiar era mucho más precaria a la comúnmente
retratada en esas comedias de suburbios, o de la zona <i>cool</i> de Los Angeles, o Nueva York. Era una serie sobre el desamor y
la destrucción de los sueños, pero que al mismo tiempo zafaba de la tentación
de ennoblecer al trabajador por su sacrificio, su folklore, o su sencillez. En <i>Lucky Louie</i> casi todos los personajes
–incluso la hija de la familia- eran abyectos, pero había breves instantes de
humanidad en los que la pelota llegaba al ras del piso y entendían –y
entendíamos- que debía existir una especie de contrato de convivencia para
hacer todo mucho más soportable. En esa misma línea, la estética del set era
harto deprimente, con paredes color ocre que parecían estar descascarándose y
un vestuario con el que parecía como si todos los personajes se arreglasen con
lo último del ropero. Con un penúltimo capítulo en que Pamela Adlon y Louie se
separaban, descubriendo cómo se odiaban en el fondo, pero a la vez, cómo ese
odio sostenido y, de alguna manera, solidario, era un vínculo irrompible que
los unía más que el amor, en la aparente convencionalidad del formato uno
percibía una sensación cruzada, de ser iluminado en la misma medida en que
quedaba despistado, de la misma forma en
que se reía durante todo el programa, pero sin evitar poder sentirse deprimido
una vez que acababa.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Dinamitando
los mitos<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En su corteza temática <i>Louie</i> sería como una secuela discontinuada de su predecesora. En
ella vemos a <i>Louie</i>, ya no como
mecánico (o lo que fuera aquel trabajo que nunca se llegaba a explicitar del
todo), sino como un comediante de mitad de tabla que intenta sobrellevar su
vida artística junto a la crianza de sus dos hijas como padre divorciado.
Siendo un comediante que ahonda bastante en el intrincado y contradictorio
universo de la paternidad, gran parte de los chistes que aparecían tanto en sus
<i>stand-up</i>, como en su anterior serie,
marcan presencia en la serie, pero con un ligero cambio de licencias en el que
lo vemos mucho más solo, brindado a su libertad y su responsabilidad.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Quizás el primer aspecto notorio que notamos en la
serie es el estilo cinemático adoptado, radicalmente diferente a la mayoría de
los proyectos adoptados por personajes de formación en el <i>stand up</i>. Con un trabajo que abarca actuación, escritura y
dirección (libertad completa en la producción otorgada por FX a cambio de un
presupuesto mucho más acotado que la media de los programas), algunos capítulos
funcionan perfectamente como cortometrajes cerrados en sí mismos, con un estilo
que puede adoptar tanto un formato documental, de cámara sobre el hombro, como
algo plenamente cinemático, con planos secuencias, o ediciones veloces y
frenéticas. En sí mismo, cuando uno ve Louie, lo primero que llama la atención
es esa prestancia con la que se saltan ciertas convenciones en beneficio del
efecto o la trama. Ejemplo de esto es la discontinuidad accesoria de ciertos
personajes (los hermanos, o hermanas de Louie tienden a aparecer, desaparecer,
o intercambiarse a gusto del director, sin una explicación convencionalmente
narrativa sobre estas decisiones) en pos de un interés del director que va más
allá de la verosimilitud (en una entrevista se le preguntaba a Louis CK por qué
había optado por una mujer negra como ex esposa y madre de sus hijas
–completamente rubias- y el comediante dijo “necesitaba una antigua pareja que
le exigiera al protagonista trabajar, y qué mejor mujer para ese papel que una
mujer negra”).<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Exactamente, en la forma en que se cuenta el día a
día de Louie parecería que se recortara todo para dejar lo esencial, y en este
mismo punto también entra el mismo personaje. Es raro ver en una serie creada
por un comediante <i>stand-up</i> que su rol
se autolimite de una manera tal que casi no tenga momentos de perspicacia.
Diferente a lo que se suele ver (con una lista de intérpretes que van de
Richard Pryor a Jerry Seinfeld, pasando por Eddie Murphy, Chris Rock, Dave
Chapelle y Robin Williams), Louis CK interpreta a ese personaje que asume en
sus historias, pero despojado del ingenio del comentario añadido. Cuando uno
observaba <i>stand-ups</i> como <i>Hilarious</i> o <i>Live at the Bacon Theatre</i>, uno se preguntaba cómo debía ser aquella
vida tan desgraciada y autoflagelante que planteaba CK y justamente lo que
vemos en pantalla es la vida de ese personaje. En esa dinámica, combinándose
las convencionales intros del comediante en breves minutos de <i>stand up</i> y la historia en sí, se
generaba una esquicia en la que, en un momento, parecíamos ver dos mundos
paralelos, uno dentro y otro fuera de la ficción, pero que capítulo a capítulo
se iban complementando mutuamente, mostrando de una forma radical cómo no había
una partición del personaje, sino cómo el mismo era uno y otro fuera y dentro
del escenario. En un pequeño, pero brillante extracto de un capítulo de la
primera temporada vemos cómo una presentación en vivo suya se ve afectada por
una chica del público que parece comentar cada ocurrencia suya, tras la cual,
detrás del mismo micrófono, parece atacarla violentamente. La chica lo espera a
la salida, mientras habla con algunos colegas comediantes y lo increpa y él
dice algo así como “vos posiblemente seas exitosa y venís acá y pensás que se
trata de vos, pero todos nosotros tenemos una vida espantosa, estos son
nuestros diez minutos de la semana en
los que nos sentimos vivos y vos, haciendo esos comentarios, nos los arruinás”.
Es curioso, pero difícilmente se haya registrado un retrato dan descarnado y
humano de esa realidad esquizoide del comediante –sobre todo el comediante de
mitad de tabla -, su obra y su vida.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En esa misma crítica que se le hacía a aquella mujer
de la audiencia, se ve el centro gravitacional de la ética de Louis CK: un
ataque despiadado a la noción de autoimportancia del norteamericano/consumidor
del capitalismo tardío. Era algo que ya se criticaba en varios stand-ups, por
ejemplo el caso de un comensal al que un mozo se le cae un plato de sopa encima
y dice “¿cuál es el significado de esto?”, como si la mera noción de cliente
generara una especie de aura protectora e infranqueable que lo mantuviera
alejado de toda posible intrusión de la aleatoriedad y el caos. “Somos poco
importantes, todo es pasajero”, parecería decir Louis, y aún lejos de ser un
discurso novedoso –en algún aspecto, no es más que un aggiornamiento de la responsabilidad
pregonada por algunos valores existencialistas-, difícilmente se haya visto un
programa en donde estos valores se presenten tan “en tu cara”, interpelando no
sólo al protagonista, sino al mismo espectador.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">A
luz y sombra<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ese proceso de lento pero constante aserramiento del
mundo de referencia del hombre medio (dinamitando desde dentro mitos sobre el
amor, la equidad, lo la paternidad) se complementa con un estilo que parece
incomodarnos a todo momento, desacomodánonos como espectadores. Louie es como
un toro bizco, al cual el torero nunca sabe para dónde va a dirigir su cornada.
Hay capítulos que son prácticamente una sucesión de gags y hay otros en los que
prácticamente se despoja de cualquier momento cómico (entre ellos, uno de los
primeros y más famosos es un capítulo sobre la relación de Louie niño y la
religión, en donde el tono es tremendamente serio y testimonial, con una
reinterpretación escalofriante de la crucifixión a manos de un experto
forense). Así también, uno puede interpretar equívocamente la serie como un
producto misántropo y ahí donde espera el golpe recibe una caricia. Un ejemplo
de ello era el arranque de la segunda temporada, en la que viene una hermana
embarazada a quedarse en su casa y súbitamente entra en labor de parto, con
Louie sin saber qué hacer ni a quién recurrir. En un entorno donde todo parece
reaccionar de una forma cuasi alérgica a la gente, entran al socorro de Louie
una pareja de vecinos gays y uno espera algún elemento comédico, algo que se
instale como una situación bizarra entre él y los dos tipos, pero el capítulo sigue
y lo que uno termina obteniendo no es más que pura comprensión, un grupo de
personas ayudando a otras cuando lo necesitan. Viendo escenas como aquellas, en
un formato televisivo que nos enseña a esperar el cinismo como primer plato,
esos pequeños trazos de humanidad se convierten en lo auténticamente rupturista
y revolucionario, una especie de vuelta a viejos valores que curiosamente no
queda demodé, sino todo lo contrario.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Louie</span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">,
casi como ningún otro programa de comedia que haya existido, plantea esa
dualidad de la vida humana: un mundo lleno de belleza y fealdad, dolor y
felicidad, egoismo y compañerismo. En dos ejemplos involucrados con el violín
en la tercera temporada se puede ver esto. En un capítulo, Louie, machacado por
ciertos traspiés emocionales y existenciales de los segmentos anteriores, ve a
un violinista tocar una experta y sentidísima composición en un metro. Detrás
suyo, esa epifanía convive con un bichicome que se lava el cuerpo con fruición,
echándose encima una mezcla de jabón en una botellita de medio litro. Al mismo
tiempo, varios capítulos después, un segmento empieza con un plano fijo
extasiado de su hija tocando con el violín de manera curiosamente virtuosa otra
canción y la composición es interrumpida por Louie, que le saca su instrumento
y la manda a hacer los deberes. A uno le choca ver a ese personaje
incomprendido de golpe siendo él mismo reproductor de ese mismo mundo de
incomprensión, pero uno se pone a pensar y se da cuenta de que, justamente, no
es el horario de su hija para practicar su instrumento, y que es necesario que también
haga sus deberes. Así, los personajes que abundan en <i>Louie</i> –hasta el mismo protagonista- son presentados desde sus luces
y sombras, con sus pequeñas glorias y sus pequeños fracasos, pero siempre
tratando de comprenderlos, sin convertirlos en meros objetos de burlas. Puede
ser el caso de esos pequeños momentos de felicidad entre unos soldados
estadounidenses en Afganistán, un padre golpeador que al final del capítulo se
pone a hablar con Louie de sus frustraciones, o una mujer que se siente atraída
hacia él, pero que deja de estarlo cuando él mismo realiza un acto de
compromiso civil, al no animarse a agarrarse a las piñas con un chico más
joven. Incluso, en un famosísimo capítulo Louis CK tiene que juntarse con Dane
Cook para ver si le puede dar entradas gratis para Lady Gaga, a modo de regalo
a su hija. La invitación de comediantes epigonales a la serie no es nada fuera
de lo común (hacen de sí mismos, como el caso de Sarah Silverman), pero en el
mismo capítulo hay una sensación incómoda por una acusación vieja, en la que se
aducía que Dane había robado chistes de Louis (que hasta aquel momento, en la
vida real, era uno de los principales elementos que solían citarse al hablarse
de la relación de los dos personajes). Es ahí que en el mismo marco ficticio de
la serie, los dos protagonistas hacen las paces, tanto en el marco diegético
como extradiegético, mostrándonos cómo, más que ser dos contendientes, son dos
personas incómodas por dicha disputa.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Uno ve <i>Louie</i>
y se da cuenta –o nos lo recuerda- que la vida es mucho más compleja, que hay
belleza donde hay tristeza y que lo más lindo en el mundo –como puede ser
padre- también está lleno de cosas jodidísimas, como el mero hecho de querer
matarlos de vez en cuando (específicamente, es grandiosa una escena en la que
la amiga de <i>Louie</i> le confiesa, en un
juego del estilo verdad consecuencia, que por más que lo ame, a veces quiere
pegarle a su hijo, pero no en el marco de alguna cagada o molestia que este le
causa, sino en momentos de verdadero aburrimiento). <i>Louie</i> es un extraño brazo de una moralidad profundamente humanista
perdida, algo que quizás retoma la posta de los dramas de Woody Allen, antes de
que el director se dedicara a repetirse a sí mismo en comedias y dramas
turísticos. <i>Louie</i>, en definitiva, es
un espacio tanto ético como moral, activo y efectivo en un mundo donde una
premisa como esa parecía completamente imposible.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-86359876777558836162014-06-03T14:59:00.002-07:002014-06-03T14:59:55.430-07:00El desconocido del lago (Alain Guiraudie, 2013)<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="foto el desconocido del lago 8 587" border="0" src="http://s29.postimg.org/60qzsts2v/foto_el_desconocido_del_lago_8_587.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
espera del siluro<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, un grupo
de nudistas homosexuales acuden al lago Sainte-Croix para retozar en su
pedregosa orilla, aprovechando el agua calma, pero más que nada, el tupido bosque
que parece levantarse morosamente detrás. Armada en base a episodios que dotan
a la cinta de una cierta circularidad, cada nuevo día parte de un plano
general, en el que el director, de acuerdo a la cantidad de automóviles que hay
en el improvisado parking, da una idea de la fluctuación de público dentro de
ese mismo espacio.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Convertido en un centro de encuentros sexuales, el
bosque actúa como un costado alternativo del espacio más abierto de la orilla,
pero entre los dos lugares hay como una continuidad plácida, como si todo
estuviese sumergido en el mismo sincretismo letárgico. Nada parece alterar la
pausada rutina de los bañistas y los amantes, imbuida en un silencio que es
similar al de la superficie calma del lago. Es en esa misma superficie plácida
e indiferente a la existencia de los hombres donde Franck (Pierre Deladonchamps),
el protagonista del film, presenciará un asesinato perpetrado por Michel (Christophe
Paou), un hombre de bigote (parece una mezcla más delgada entre Burt Reynolds y
los dibujos de Tom of Finland) codiciado por la mayoría de los allí presentes.
Es curiosa esta premisa, porque, si bien existe una considerable cantidad de
thrillers eróticos en el que el objeto del deseo es posiblemente el asesino
(piensen en la mayoría de las películas de Sharon Stone durante la década de
los noventa), casi siempre el principal resorte es la cuestión de si el amado
es realmente el culpable, algo que carbura la culpa con la duda, expandiendo
las tribulaciones del protagonista –y, naturalmente, de nosotros espectadores.
Sin embargo, el perfecto plano fijo en el que Franck ve, a lo lejos, cómo lo
que parece ser un juego en el lago termina siendo un ahogo provocado, no parece
elevar mucho campo a la duda: nosotros lo vimos con nuestros propios ojos, no
hay un solo corte, ningún posible <i>rashomon</i>
cinematográfico o vuelta de tuerca que nos permita instalar algún grado de
ambigüedad entre lo que vimos y sucedió.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Es así que el
asunto deja de ser concretamente el conocido “whodunit”, para volcarse en el
tema de la obsesión de Franck sobre alguien que no sólo fue responsable de una
muerte, sino que también podría ser un futuro perpetrador de la suya. Con un
particular interés por mantener a las figuras centradas en cámara -el corte del eje axial fijo a veces hasta
parece coquetear con el estilo de Wes Anderson, pero con una atmósfera
radicalmente distinta-, el retrato de la obsesión personal, entremezclada con
la indiferencia radical del entorno –es de gran poder la imagen de las ropas y
la toalla del asesinado prácticamente pudriéndose en la orilla sin que a nadie
le llame la atención-, por momentos nos retrotrae al cine de Michelangelo
Antonioni, haciendo de <i>El desconocido del
lago</i> una especie de versión gay de <i>L’avventura</i>
(1960).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sin embargo, parece agitarse algo más allá del
asunto del asesinato. En un espacio cerrado (no hay ninguna escena filmada por
fuera de esa zona), donde el público, salvo el investigador policial, es
invariantemente gay, la alternancia entre bosque y lago y las escenas de sexo
que suceden ahí parece una forma cifrada de lo que ocurre más allá del
argumento de thriller. Sorprende, en una primera instancia, la forma
desapasionada y distante con que el director filma los encuentros sexuales. Con
un estilo casi utilitarista, la gente deambula por el bosque y con un solo
gesto o mirada queda fijado el encuentro, realizado en silencio, pero levemente
a la vista de todos los allí presentes (los matorrales y arbustos tapan más
bien poco, pero a nadie parece molestarle demasiado). A esta cuestión cuasi
mecánica, sin embargo, sorprende cómo las escenas de sexo entre Franck y Michel
son mucho más detalladas y sensuales, no escatimando detalles, introduciendo
pocas elipsis, movida como por un ímpetu a registrarlo todo (algo que también
sucedía en las escenas sexuales entre Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux en <i>La vida de Adèle</i>).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">De alguna forma, la placidez y frialdad con la que se
documentan estos encuentros se rompe a partir, justamente, de la distante
escena del asesinato ¿Pero cómo se articula este asesinato con ese algo más de
lo que parece decir, quizás sintomática, y no concientemente, la película de
Alain Guiraudie? <i>El desconocido del lago</i>
es, sin lugar a dudas, un producto de su época. Estamos en la primera decena
del siglo XXI, el SIDA no retrocedió, pero sus efectos devastadores fueron
paliados por medicamentos más efectivos y una progresiva concientización e
inclusión social a sus víctimas (todo esto, obviamente, tomando la perspectiva
de los países desarrollados), y a su vez, los gays han ganado –al menos en
Francia y otros países europeos- un lugar de respeto y apertura que, pese a no
llegar a un grado último de consolidación, era impensable para los años
ochenta. Efectivamente, en la película, salvo algún comentario menor del
policía, no parece haber una particular animosidad hacia los gays, y todo
parece suceder de una forma transparente, endogámica y sin subterfugios. Sin
embargo, justamente el costado de este mundo demasiado adaptado, por momentos
maquinal, asexuado en su misma proliferación del sexo, es que surge el
asesinato. El crimen, en cierto punto parece en la película una especie de
sucedáneo del SIDA, algo que pone un quiebre en una liberación total, volviendo
a instalar el terreno de la prohibición, pero no el de una prohibición moral,
sino de circulación sexual. En la película hay una línea de esto en cómo Franck
elige tener sexo sin protección con Michel, a quien ya reconoció como asesino (mientras
que en otra escena la posibilidad de sexo con otro personaje se vio frustrada
por la ausencia de preservativos). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El crimen parecería entrar en escena en el film para
dislocar un sistema circular sexual y así habilitar el deseo del protagonista,
o el deseo a secas. Citando a Baudrillard en uno de sus artículos de <i>Pantalla total</i> –escrito en 1987, tiempo
en el que el SIDA seguía haciendo estragos: “Frente al peligro de una
ingravidez total, de una insoportable levedad del ser, de una promiscuidad
universal, de una linealidad de los procesos que nos arrastraría al vacío, esos
torbellinos súbitos que llamamos catástrofes son los que nos preserva de la
catástrofe. Estas anomalías, estos fenómenos extremos recrean zonas de
gravitación y densidad contra la dispersión total”. Esa catástrofe a la que se
refería Baudrillard era justamente la de la transparencia total, la del
desfondamiento radical de lo sexual, la norma, o la salud. No es,
específicamente un tema de la comunidad gay, es un tema del sexo en sí mismo,
elevado a su máximo grado de transparencia y su extremo más radical del orden.
Michel, saliendo del agua y aproximándose hacia el centro de la pantalla es,
casi por así decirlo, un agente de homeostasis para mantener un desequilibrio
que permita subsistir al deseo, o quizás al mismo sexo. Michel, en definitiva,
ocupa en El desconocido del lago el lugar de aquel siluro (un bagre gigante que
puede llegar a los cuatro metros) del que se Franck habla con miedo: un resabio
casi bíblico, un emisario de un antiguo desequilibrio, esperando en el fondo
del lago. </span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-56178392149366095732014-06-03T14:54:00.004-07:002014-06-03T14:54:52.530-07:0023 Segundos (Dimitri Rudakov, 2014)<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="444942" border="0" src="http://s28.postimg.org/8314i23sd/444942.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Los
sueños de Emi<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Todo lo discutible o analizable de <i>23 segundos</i> se juega en una sola escena:
el breve interludio onírico en el que Emiliano, que presenta un retardo mental,
fantasea con una cena entre amigos en el Salón Rouge del restaurant Rara Avis,
en la que se transforma en un hombre exitoso y sin una sola traza de su
condición. La escena marca tanto el punto fuerte como el débil de la
construcción del personaje a partir de la escritura de guión y la actuación de
Hugo Piccini, a la vez que es la que en mejor y peor forma cristaliza la
tensión, no sólo entre los sueños de Emiliano, sino entre el conflicto de
clases que atraviesa al film.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Para ordenar al posible espectador y lector de esta
nota, <i>23 segundos</i> cuenta la historia
de Emiliano (Emi, para los que lo conocen), un hombre de 33 años con un notorio
déficit intelectual, que en una de sus jornadas diarias como limpiavidrios auxilia
a una bella conductora accidentalmente baleada en un intento de robo. El
protagonista, casi como en una versión uruguaya del jorobado de Notre Damme,
salvará a la chica, pero enamorándose casi instantáneamente de ella, de una
forma tan pueril como obsesiva.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Desde <i>King
Kong</i> (Merian C. Cooper, Ernest B. Schoedsack, 1933) hasta <i>Misery</i> (Rob Reiner, 1990) las historias
de enamoramientos rayanos en el secuestro han adoquinado las sendas del cine,
pero curiosamente, la película de Dimitri Rudakov (ucraniano, pero afincado en
Uruguay, donde cursó sus estudios cinematográficos) se aliviana rápidamente de
este peso argumental, permitiéndole a la pobre chica escapar de los rústicos
cuidados de su salvador/captor. Es ahí donde entra la mencionada escena del
Salón Rouge. Emiliano mantiene guardia en el cuarto de la convaleciente,
sumergiéndose en el sueño mencionado más arriba, que comienza con él manejando
un moderno auto, donde es asistido en la limpieza del parabrisas por uno de los
adinerados hombres que suelen dejarle algunos pesos en la ruta. Hugo Piccini, tamborileando
despreocupadamente el volante, mientras habla con aquella chica que en el sueño
ya es su novia constituida (impecable, vestida de gala), se muestra
desenvuelto, bordeando lo cajetilla, hablando con una ductilidad mucho mayor
que aquellas frases pastosas que suele hilvanar en su vida real. Es, en teoría,
un sueño de restitución, un deseo enarbolado alrededor de la imagen que él
construye de aquellos para los que trabaja. En el mismo bar no parece haber
ningún rastro de la discapacidad de Emi. Por el contrario, el barbudo y narigón
logra, con unos breves detalles corporales y de habla, ser un hombre al que
podríamos imaginarnos escoltado por una mina como la que lo acompaña. El único
detalle que dota la escena de cierta extrañeza, quizás como una progresiva penetración
del mundo real a la membrana onírica, es que los platos principales son
hamburguesas con papas fritas, diferente de la sofisticación que podríamos
imaginarnos en un recinto como aquel. Así, el detalle de las hamburguesas no
parecería ser menor, ya que marcaría el punto ciego de imaginación de alguien
como Emiliano. He aquí el acierto y error más grave de <i>23 segundos</i>. La película podría haber presentado esta fantasía como
un jugueteo del mismo film, como algo no proveniente de la subjetividad del
personaje, sino como un paréntesis extradiegético, en el cual se nos permitiera
pensar una realidad alternativa. No suele ser un recurso muy elegante –sobre
todo en películas que tienen una estética que por momentos bordea lo
documental-, pero no hay, de por sí, nada malo en ello. Sin embargo, si la idea
del director es efectivamente sumergirnos en el inconsciente de Emiliano, ahí
la cosa flaquea. Principalmente, alguien como Emiliano no podría crear en su
fantasía un alter ego tan resuelto como el que se presenta en el sueño. No es
un interludio de un paralítico que sueña con bailar (algo para lo cual se
combinan dos capacidades diferentes y no necesariamente inclusivas), es el de
una persona con un déficit intelectual que fantasea con tener una soltura que
ya en la detallada construcción del deseo trampea la misma condición
intelectual de la que se pretende partir. Es como intentar recrear el mundo de
un ciego, reproduciendo todo tal cual lo vemos nosotros.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La escena, por así decirlo, brinda, sin embargo, una
oportunidad de lucimiento a Piccini, que logra, de muy buena manera, saltar de
un estado a otro en cuestión de un chasquido de dedos, sin que se noten muchas
costuras. Sin embargo, cada tanto hay en frases, o intervenciones del protagonista,
irrupciones intermitentes en las que esta normalidad se precipita (una palabra,
un gesto, un detalle que lo saca del retardo). Esto, justamente, no es que sea
exclusiva responsabilidad del actor, sino más bien efecto de una complicada
relación entre la interioridad del personaje y el estilo de narración optado
por Rudakov, el cual, por ejemplo, opta por un <i>voiceover</i> protagónico –sumamente innecesario- en el que parecería
borrarse todas las dificultades propias del habla, o de esta interioridad. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">23
segundos </span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">es, de esta manera, una película que como resonancia
de esta esquicia particular, también parece estar confrontada fallidamente en una
mixtura demasiado liviana de géneros, que van desde el policial al thriller,
pasando por el drama y la comedia romántica, casi siempre pisándose uno al
otro, sin lograr ser convincentes en ninguno de los flancos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Todo esto con respecto a lo más interesante que
podría presentarse a discusión en un film como este. Después está lo otro, las
escenas innecesarias (la de la madre de Emiliano y su ex esposo, o la absurda
inclusión de una banda en vivo dentro de la película), giros y <i>deus ex machinas</i> improbables, el
descenso de ritmo en la segunda mitad del film, una banda sonora que actúa
demasiado como prótesis de cualquier viraje emocional y un intento de cierre circular
con las palabras del comienzo de la película–las razones por las que aquellos 23
segundos le cambiaron la vida al protagonista- que parece bastante forzado.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-12401855508282614582014-05-02T08:42:00.001-07:002014-05-02T08:44:17.898-07:00En la casa (François Ozon, 2012)<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="seigner y umhauer" border="0" src="http://s10.postimg.org/imwq6skd5/seigner_y_umhauer.jpg" /></a><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ozon
x 3</span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">En
la casa</span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">, de François Ozon tiene –al menos- tres lecturas
posibles: una sexual, una política y una literaria. Por supuesto, no hay una
demarcación discreta entre los ítems de esta trinidad interpretativa, pero este
recuerso, además de auxiliar en el análisis, permite ver un elemento
longitudinal en el cine del autor francés.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La historia, casi en el mismo esquema que era
planteada <i>La piscina</i> (pareciera como
si Ozon nos estuviese llevando de la mano, como un agente inmobiliario paseándonos
por una propiedad que funciona como escenario de las fantasías de clase
francesas –a no sorprendernos una nueva película que se llame “El jardín”), se
desmonta en dos: la historia de seducción de un joven a una mujer mayor y la <i>historia de esa historia</i>, la del chico
contándosela/escenificándosela a su maestro/voyeur. Tal como Charlotte Rampling
frente a la deshinibida sexualidad de Ludivine Sagnier en la ya citada <i>La piscina</i>, Germain (Fabrice Luchini),
un profesor cansado por lo chato de la creatividad de sus alumnos, se deslumbra
con la composición de un joven que empieza a describir la vida cotidiana de la
familia de un compañero de clase. La historia que escribe (que involucra el
progresivo adentramiento en la familia de un amigo de clase social más elevada)
se va desarrollando en un formato de entregas, las cuales, tal como las
historias que cuenta Scheherezade en <i>Las
mil y una noches</i> -a las que se hace referencia en la película más de una
vez-, mantienen en vilo a Germain, no sólo interesado en el desarrollo de las
facultades literarias de Claude, sino gobernado por un verdadero placer de
mirón, dispuesto a incluso transgredir las reglas escolares para lograr que se
mantenga viva la empresa.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lo
sexual<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En una primera línea, el drama sexual es
tramposamente tradicional: la vieja historia de la Señora Robinson, cortejada
por el joven e inexperiente estudiante. Detrás de ese esquema podemos ver que
la verdadera relación flotante es la de la misma sexualidad de Germain, que inmerso
en su fascinación por Claude, empieza a ser responsable del desmoronamiento de
su matrimonio.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sin embargo, el tema sexual va más allá de un mero
escenario de deseo homosexual reprimido: en el cine de Ozon, las opciones
sexuales–tal como en uno de sus más famosos cortos, <i>Une robe d’eté</i> (1996)- son como un vestido que uno se puede sacar y
poner, una noción de género fluido, que se intersecta en la vida de los
personajes de una forma libre de binarismos. Las películas de Ozon son, en ese
sentido, parte de un discurso poderosamente posmoderno, el del género, incluso
el cuerpo, como una construcción social, algo atravesado por el lenguaje, las
prácticas y las ficciones que nos construimos. Justamente, en <i>En la casa</i> la erotización de los
personajes no viene tanto en los hechos concretos, sino en la narración de los
mismos, todo quedando en un estado de suspensión en el que nunca estamos del
todo seguros si lo que se despliega ante nosotros es lo que sucedió, lo que
está escrito, o lo que se construye en la cabeza de Germain. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">De la misma manera, uno no puede pensar esta actitud
polivalente de la sexualidad en Ozon como algo liviano y meramente natural,
sino que en esta misma horizontalidad hay una apuesta de políticas sexuales más
que evidente. En este sentido, la llegada del intruso, o la otredad –tal como
la rata, el negro y la latina en <i>Sitcom</i>
(1996)- aparece como algo parasitario que se instala en una institución
convencional (la familia) para hacerle conocer y juguetear con verdades
impensadas de su moral y sexualidad. Recurriendo a este elemento, no es
sorpresa que aparezca Pier Paolo Pasolini citado en boca de Germain, en tanto
el papel de Claude, fascinando, cortejando, o siendo seducido –real o simbólicamente-
por Esther, Germain, Rapha, Jeanne, o el mismo Germain es una reminicencia
evidente al personaje de “el visitante” (Terence Stamp) en <i>Teorema</i> (1968).<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lo
político<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Al igual que en <i>Teorema</i>,
la visita de Claude no sólo sirve para poner en juego lo reprimido de la moral
burguesa en la que se adentra (“el distintivo olor de una mujer de clase
media”, como se insiste en el relato del muchacho), sino que para dinamitarla
desde adentro. En este plano, la intrusión de Claude puede leerse de dos
maneras casi opuestas, pero no excluyentes. Por un lado, el chico proviene de
un entorno mucho más pobre que el de la familia en la que se alberga –su madre
lo abandonó desde chico y su padre permanece inválido por un accidente laboral-
y su llegada actúa como una especie de venganza de clase, ganando desde
adentro, exponiéndole a sus superiores sus propias miserias. Sin embargo, esta
teoría revanchista y emancipadora no deja de esconder un reverso ideológico un
poco perturbador, tanto en su lado más amable como el más jodido. En primera
instancia, la existencia del chico pobre que nos permite ver nuestras ruinas
burguesas no desmonta, sino que más bien retroalimenta el fantasma del pobre
como algo <i>más posta</i>, una infusión de
vitalidad y autenticidad de la que se dota vampíricamente la clase alta cuando
se encuentra decaída, o embargada por un conflicto existencial (algo que se
puede ver en un montón de films en donde aparece lo que ha sido comúnmente
llamado “the magical negro”, referido a compañeros de descendencias africanas cuya
existencia se diluye en asistir al protagonista a ser más desinhibido y descubrir
la felicidad por <i>las pequeñas cosas de la
vida</i>). Pero por otro lado, también está la otra lectura, la del pobre que
“está entre nosotros”, que se confunde y que puede estar en cualquier lado,
intentando seducir a nuestras esposas o madres. No es casualidad que el
comienzo de la película parta de la nueva medida del director del liceo de
adoptar uniformes para todos los alumnos: “en un instituto con estudiantes
socialmente muy heterogéneos, el uniforme se convierte en un símbolo audaz que
colocará por fin a todos los alumnos en pie de igualdad”. Justamente,
vestimenta y desnudez (esa palabra que repite Rapha cuando se indigna por cómo
el profesor lo obligó a hablar en clase, al igual que la escena en el
vestuario, donde simbólicamente Clauda es aceptado como parte de la familia) es
el elemento clave, el mismo que demarca ese riesgo a que un infiltrado se
confunda con uno de los nuestros. Uno no puede afirmar que ese sea el discurso
explícito de <i>En la casa</i>, pero de una
forma u otra, el discurso sintomático del film reduce al pobre, de una forma u
otra, como un instrumento de goce de la clase media.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lo
literario<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">No hay que olvidar, sin embargo, que<i> En la casa</i> es también una película
sobre la escritura. En los juegos de oposiciones que mencionábamos más arriba
se da, un poco más invisiblemente, uno de los conflictos centrales del film: la
contraposición entre lo moderno y lo clásico. Germain, en una especie de <i>comic relief</i> (alivio cómico) de la
historia, discute con su esposa sobre la futilidad del arte contemporáneo, con
sus instalaciones y su constante obsesión por los grandes alegatos conceptuales
por encima del producto táctil o visible fruto de la creación. Los ejemplos son
cuasi satíricos (las muñecas inflables con caras de dictadores, los marcos sin
pinturas con audioguías que describen lo que no está ahí), pero en esa
discusión se debate el verdadero asunto que es sobre cómo se debe contar la
historia. En todas las oportunidades que les recomienda y presta libros a
Claude hay en Germain una voluntad de “volver a los clásicos”: Flaubert y
Dostoievski. De igual manera, sus consejos sobre cómo continuar una historia
son harto clásicos, propios de los esquemas shakespearianos de desarrollo de la
acción. En este sentido, la obra de Cluade es tramposa, porque en la misma
medida que es una novela rosa, un “bildungsroman” –novela de amor de iniciación,
tal como es mencionado por el profesor-, la forma en que la realidad sale y
entra y des-escribe y reescribe lo acontecido es más propio de los estilos más
contemporáneos de escritura. Quizás, en ese sentido, no sorprende que el golpe
en la cabeza que se lleva Germain sea ocasionado por un ejemplar de <i>Viaje al
fin de la noche</i>, una de las novelas parteaguas de la literatura francesa
del siglo XX. Este asunto de moderno vs clásico se da también en forma de guiño
en el discurso inicial –el mismo que mencionaba el tema de los uniformes-,
hablando de una nueva forma de educar a los jóvenes, de forma más didáctica e
inclusiva, aspecto que le molesta bastante a Germain.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lamentablemente esta última oposición parece más una
licencia teórica de la interpretación que algo que está estratégicamente puesto
en juego en el film. En todo caso, estos conflictos parecen darse de manera más
accidental, como un clasicismo o miopía inherente del mismo Ozon, que mete el
pie en una trampa de oso en la que han caído sistemáticamente un montón de
directores: el problema de hacer una obra dentro de una obra que esté a la
altura de lo que genera en el campo ficcional del film. El primer capítulo de
las entregas que Claude le brinda a su maestro parece suscitar una verdadera
voz literaria, pero como pasaba en películas como <i>Más extraño que la ficción</i> (donde un voiceover narraba lo que para
algunos especialistas era “una de las mejores obras literarias de los últimos
años”), pronto el texto nos parece algo plagado de lugares comunes y facilismos
que difícilmente podrían cautivar de tal manera a un profesor de literatura –y
ex escritor- como Germain. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Se puede decir que esta dimensión fallida es sólo
una de las tres que mencionamos –aunque las otras dos también, como ya
vimos, tienen sus claroscuros-, pero
justamente es la que necesita mantenerse sólida para lograr anudar al resto.
Lamentablemente no es el caso y pronto empezamos a sentirnos parte de una
novela que por la mitad de nuestra lectura ya nos dejó de interesar, pero que nos
da lástima tirar por la borda el tiempo que hemos venido malgastando leyéndola.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>publicado en la diaria el 2 de mayo de 2014</i></span></span></div>
</div>
</div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-87779595519981054282014-04-11T11:51:00.003-07:002014-05-02T08:43:22.908-07:0032º Festival Cinematográfico Internacional de Montevideo<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="heli" border="0" src="http://s18.postimg.org/f4bq56lcp/heli.jpg" height="425" width="640" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Posible
ensayo sobre la crueldad<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Escribir adelantos de festivales de cine
es una labor complicada. Uno quiere evitar el formato gacetilla, que consistiría
en un breve salpicón de sinopsis y datos extra de varias de las películas a
exhibirse, pero al mismo tiempo carece del material y el tiempo para
adelantarse a toda, o lo más importante de la programación. En ese plano, uno
debe ingeniárselas para buscar copias de difusión, o bien abrirse a machetazos
en la espesa selva de las descargas ilegales.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ante la limitada cantidad de films a los
que uno puede llegar a acceder, la opción más plausible es hacer un repaso a
vuelo de pájaro asistido por boletines y material periodístico encontrado, pero
otra es, justamente, intentar realizar una narración, casi un montaje
intelectual a partir del material a disposición. En ese sentido, la primera
opción confluiría en una nota que hablara de este 32º Festival Cinematográfico
Internacional del Uruguay (con ceremonia de apertura hoy jueves a las 20:30hs
en Cinemateca 18), que hiciera hincapié en las películas de apertura y cierre,
de los principales films en competencia, de las películas del “Focus Palestina”
y “Portugal desde el margen”, junto a la retrospectiva de Lionel Baier y una
mención de las películas uruguayas que se presentan por primera vez (<i>Cometas sobre los muros</i> –de Federico
Pritsch- <i>23 segundos</i> –del ucraniano,
pero radicado en nuestro país, Dimitry Rudakov- y una presentación especial del
proceso de restauración de <i>Almas de la
costa</i>, a cargo de Nelson Carro). Sin embargo, quien escribe esta nota optó
por el otro camino, intentar realizar una suerte de narración a través de las
migajas que se fue encontrando en la espesura del gran bosque.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
llano en llamas<o:p></o:p></span></span></b></div>
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<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Una de las películas más esperadas del
festival es <i>Heli</i>, obra por la cual el
guanajuatense Amat Escalante ganó el
premio a Mejor Director en el Festival de Cannes y los Premios Platino , celebrados en Panamá hace tan sólo una semana.
Discípulo de Carlos Reygadas –y por lo tanto, también familiar cercano de Bruno
Dumont- Amat es un director que con sólo tres películas ya ha logrado construir
una condensada noción de obra, con películas no sólo atravesadas por una
temática en común, sino por una particularísima forma de filmar, algo que
incluso llega a vislumbrarse en la gráfica de sus títulos, con mayúsculas
abriéndose espacio entre el blanco y el rojo, que recuerdan al comienzo de <i>Funny Games</i>. La referencia a Michael Haneke
no es gratuita, el cine de Escalante es un cine sobre la deshumanización
maquinal del hombre, con héroes/villanos que parecerían estar desprovistos de
una interioridad, o cuyo drama los envuelve como un manto, sin poder hacer nada
más que reaccionar o actuar según los designios que les caen. Es, en
definitiva, una especie de tragedia griega pero con un <i>pathos</i> sin <i>ethos</i>, los
reflejos de un mundo al que los dioses hace tiempo le dieron la espalda.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Heli es un joven trabajador de una
fábrica automotriz en una zona desértica del México profundo. Un día, al novio
de su hermana se le ocurre robar unas bolsas de cocaína requisadas en un
reciente golpe a un cartel, escondiéndolas en el tanque de agua de la casa. Heli
descubre el paquete por accidente y sin dudarlo vacía el contenido del mismo, pero
aun tomando estas precauciones no podrá evitar convertirse en el objetivo de un
grupo de narcos que dieron con su paradero luego de torturar a su cuñado. Ante
esta premisa uno podría pensar en una película de persecución como <i>No hay lugar para los débiles</i>, pero lo
que en la mayoría de los films funciona como motor narrativo, en el cine de
Escalante se articula más bien como fondo. Una muestra de esto es la escena de
tortura, que entra, fiel al estilo de los otros directores mencionados antes,
como un estallido de violencia que desarticula toda la narración, pero que a la
vez presenta, como punto más perturbador, la naturalidad con la que es
presentado. En medio de una escena en donde vemos a un encapuchado siéndole
quemados los genitales, a lo lejos, abriéndose detrás del fondo, está la madre
de los torturadores, sacando una olla para preparar algo de comer. Es un centro
de torturas, pero también es una casa, y los palazos que reciben los torturados
son sólo una continuación de los espadazos que los hijos de los narcos lanzan
en una partida de Nintendo Wii.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En su anterior película, <i>Los bastardos</i>, se seguía el trayecto de
dos jornaleros mexicanos que cruzan la frontera para intentar vivir y ayudar a
sus familias, pero el film, con la constancia y precisión de una tortura china,
va construyendo en el <i>background </i>ese
mundo lleno de pequeñas indignidades que tienen que atravesar, hasta que se
rebasa el límite y algo del registro interno estalla en la más pura violencia.
El protagonista de Heli –al igual que el de <i>Sangre</i>-
corre por el mismo camino, un personaj que personifica a México en sí mismo,
observando cómo todo se va destruyendo como un terremoto en cámara lenta.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Desmontando
al bullying<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Fiel a ese estilo –y quizás asimilable a
un género cinematográfico que podría arriesgarse a bautizar bajo el término
“Nueva crueldad mexicana”- <i>Después de
Lucía</i> (que ya había formado parte de una muestra del último Festival
Internacional de Cine de Punta del Este) también describe un lento proceso de
deshumanización, en este caso lejos de las clases pobres y más cerca de las
altas, vinculadas al particular acoso liceal que sufre una adolescente. Al
comienzo la chica intenta desentenderse con inesperada entereza a este ataque
constante, pero pronto empieza a flaquear, tomando rol pasivo de esa especie de
excrecencia humana que el resto de su grupo de compañeros pretende convertirla.
A diferencia del ritmo de Amat, el grado de violencia de Después de Lucía va en
un <i>in crescendo</i> constante, llegando
al plano secuencia de sucesivos abusos sexuales (fuera de nuestra visión) a los
cuales es sometida la protagonista, encerrada en el baño de un cuarto de hotel
(algo bien típico de Haneke, en esas escenas desesperadas como la del asesinato
del hijo en <i>Funny Games</i>). Sin
embargo, hay algo que no cierra del todo en la película de Michel Franco, que
es justamente el proceso interno de la violencia. Percibimos y sufrimos la
violencia, pero nunca entendemos del todo su articulación, sólo cae porque cae,
y por más que podamos establecer algunos vínculos con los móviles de la
sociedad y algunos de los personajes (en donde el machismo es la moneda de
cambio de todo el film), nunca se convierte en algo mayor –o cualitativamente
distinto- a mera violencia. Lars von Trier suele tocar estos aspectos violentos
y deshumanizantes también, pero casi siempre intentando colocar al espectador
en un lugar en el que es interpelado. A diferencia de estos directores de
referencia, cuando termina la película de Michel Franco no nos sentimos
interpelados, ni llegamos a una noción de la particular ingeniería del
sometimiento, sólo nos sentimos sucios y deprimidos.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Otra película del festival que lidia con
el <i>bullying</i> es Los sucios, film
dirigido y protagonizado por Matt Johnson, armado como un documental y película
dentro de película en la que dos amigos intentan realizar un film en el que se
vengan de los compañeros de clase que suelen acosarlos diariamente. Por fuera
de lo vinculado estrictamente al <i>bullying</i>,
es un interesante estudio sobre cómo nuestras vidas son moldeadas a imagen y
semejanza de las ficciones que consumimos y una reflexión metacinematográfica
paralela sobre el poder del montaje. En este último sentido, la película opera
en un formato documental estrictamente filmado con cámara en mano –donde la
presencia de micrófonos inhalámbricos siempre se hace consciente- pero luego
volvemos a ver las mismas editadas, con filtros y banda de sonido, y vemos algo
radicalmente distinto, en este punto, no sólo dentro de la película, sino fuera
de ella, descubriendo en Matt Johnson un director habilísimo en el manejo de
lenguajes cinematográficos.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En todo este proceso, en el cual el
protagonista comienza a confundir realidad con ficción (y en donde la camiseta
del toro que porta, tal como la que tenía el joven rubio de <i>Elephant</i> –Gus Van Sant, 2003-, pareciera
anticiparse a hechos similares), los ataques esporádicos de los <i>bullies</i> aparecen como algo que hace saltar
al metraje, obstáculos que parecen parte del fondo, en vez de ser la figura
–como sí era el caso de <i>Después de Lucía</i>-,
ocupando una suerte de invasión súbita de la realidad, que desgarra el mundo de
fantasías de los protagonistas. Es un film inteligente, con un final un poco
efectista y cierta traición a su premisa (algo que sucede con todas las
películas con formato cámara en mano, que siempre terminan filmando mucho más
de lo que podrían), pero aun así es una disección interesante sobre cómo la
ficción puede ser colchón de resistencia, o arma definitiva de venganza en
entornos marcados por la violencia.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Figura/Fondo/Ideología<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En esta última dimensión, una película
infaltable, la definitiva con respecto a todo esto hablado, sería <i>El Acto de Matar</i>. Ya se ha hablado en otras
oportunidades sobre este fascinante objeto cinematográfico, una película en la
que se da a antiguos miembros de un escuadrón de la muerte indonesio los medios
para llevar a cine sus torturas, obteniendo un producto terrorífico, que supera
los mismos límites de la ficción. Un ensayo sobre cómo, los mismos
protagonistas de estos asesinatos, creyéndose Tony Montana, encontraban en el
cine justificación y bálsamo ante sus
actos más violentos.</span></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Repasando todo esto mencionado, uno
percibe que el principal nexo y elemento diferencial entre todos estos films es
la manera en que la violencia entra como fondo y figura, y el papel que la
ficción actúa como escape o catalizador de estas explosiones. En referencia al
papel del fondo, uno debería citar a Zizek en <i>Guía del perverso a la ideología</i> (también en la programación del
festival): “No es sólo nuestra realidad la que nos esclaviza, la tragedia de
nuestro predicamento cuando estamos dentro de la ideología es que cuando
creemos que nos escapamos en nuestros sueños, a ese preciso punto es que
estamos más adentro de la ideología”.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-79150150536658244262014-04-04T13:45:00.001-07:002014-05-02T08:43:44.227-07:00Las brujas de Zugarramurdi (Alex de la Iglesia, 2014)<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="Las Brujas de Zugarramurdi Carolina Bang Hugo Si" border="0" src="http://s18.postimg.org/qpr5208ah/Las_Brujas_de_Zugarramurdi_Carolina_Bang_Hugo_Si.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
traficante de mulas<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ya desde <i>La comunidad</i>, uno podría decir que las mujeres de Alex de la
Iglesia siempre tuvieron algo de brujas. Sean <i>femme fatales</i>, madres posesivas, o viejas desquiciadas, las mujeres
siempre pasaron por su cinematografía como un síntoma del hombre, algo que
tiene consistencia en el acotado mundo de los fantasmas masculinos. En <i>Las brujas de Zugarramurdi</i>, este aspecto
disipado pero omnipresente en la filmografía del director aparece en todo su
esplendor, ya no tras los velos, sino como la metáfora principal del film:
todas las mujeres son unas brujas.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">José (Hugo Silva), junto a su hijo
Sergio (el jovencísimo Gabriel Delgado, que guarda un curioso parecido al niño
de <i>El Resplandor</i>) y Antonio (Mario
Casas) atracan una casa de empeño, tomando de rehén a un taxista (Jaime
Ordóñez) y a un pasajero, dispuestos a escaparse hacia la frontera en Francia.
La escena está filmada de una forma absurdamente vertiginosa, condimentándosela
con el hecho de que José y Antonio planearon el atraco disfrazados de estatuas
vivientes (de esas que pululan por la Plaza del Sol, en el centro de Madrid).
Es, definitivamente, el mejor momento de la película, ya la mera posibilidad de
ver a un Bob Esponja siendo acribillado a balazos paga el ticket de entrada.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ya entre toda la explosiva dinámica de
la secuencia inicial se despliega el tema central de la película: la castración
masculina a cargo de las mujeres. Todos los personajes, víctimas y victimarios,
a pesar de los momentos de tensión, tienen un pequeño espacio para quejarse de
lo insufrible que se ha vuelto su vida por culpa de las mujeres. El mejor
chiste de todos, por lejos, es el de los rehenes temporales del atraco,
juzgando a José por su decisión de haber traído a su hijo allí, con este
replicando que nadie le va a quitar el poco tiempo que su custodia no
compartida le permite. Al mismo tiempo, el taxista está más preocupado por lo
mucho que se va a enojar su esposa si no va a cenar y Antonio dice que su
reciente pareja prácticamente le lee los pensamientos. En algún sentido, todo
este primer tramo podría ser un <i>sketch</i>
y no le faltaría ni le sobraría nada de lo que se verá en dosis más exageradas
e irregulares en lo que resta del film.<o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sin embargo, casi como en un quiebre
similar al de <i>Del crepúsculo al amanecer</i>
(aunque, por supuesto, sin la sorpresa que generaba la película de Robert
Rodríguez), los cuatro -los cinco, si contamos al amordazado en el maletero del
auto- terminan perdiéndose en Zugarramurdi, pueblo conocido por su oscuro
pasado durante la inquisición española, en donde se llevó a la hoguera a una
importante cantidad de brujas (o, más bien, lo que los pobladores de aquella
zona creían que eran esas pobres mujeres). Rápidamente, la historia se pone
escatológica, con tres brujas, Graciana (Carmen Maura), su madre Maritxu
(Terele Pavez) y su hija Eva (Carolina Bang), que pretenden hacer un extraño
sacrificio para obtener el control del mundo. No es sorpresa que estas tres
familiares representan, en algún sentido, esa tría de fantasmagoría sobre la
femineidad desde la perspectiva masculina que se había mencionado más arriba.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">De ahí en más vienen muchísimas más
escenas de acción y mundos paralelos, como si fuese una extraña mezcla entre <i>Los locos Adams</i>, <i>El laberinto del Fauno</i> y <i>Acción
mutante</i>, en donde los tres hombres tienen que abrirse paso a través de un
oscuro mundo de maldad, demencia, e histeria femenina.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
canto de los castrati<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Lo que evidentemente salta a la vista en
la película es la discusión sobre la misoginia. En una primera instancia, uno
podría decir que Alex de la Iglesia es plenamente consciente de este mensaje y
que en cierto punto no hace otra cosa que satirizarlo (eso para lo que los
ingleses tienen un muy buen término, llamado una “versión <i>tongue in cheek</i>”). También, podría decirse, a su defensa, que la
película no es tanto sobre la maldad femenina, como sobre la definitiva
emasculación de los hombres. Apoyando a esta teoría, podríamos ver que los
hombres son, en definitiva, todos unos pollerudos, que le temen a las mujeres y
cuya vida está siendo constantemente negociada con ellas, llevándose siempre la
peor parte. La película, sería así, una fantasía de liberación masculina,
escenificada en un conflicto abierto, físico, entre el hombre y la mujer (hacía
tiempo que no se veía en una película tantos golpes legítimos de hombres hacia
mujeres), una conquista cuasi bélica en un terreno donde el feminismo –o simple
y claro, lo femenino- fue agarrando cada vez más poder. Apoyando esta teoría
tendríamos los créditos de inicio del film, con la proyección de fotografías de
mujeres que en su nómina incluye a Mata Hari, La Reina Isabel, Frida Kahlo,
Margareth Thatcher y Angela Merkel. Casi podría decirse que, lejos de señalar a
mujeres terribles (como puede ser la Thactcher, o la asesina de los niños Moor
-</span><span lang="ES-UY"> </span><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">esa sobre la que los
Smiths compusieron “Suffer little children”), lo que hay es un listado de
mujeres importantes, o poderosas, casi como si se señalara que todas, en el
fondo, son parte de una especie de confabulación histórica (como esa suerte de
concilio de brujas que en la película planean una suerte de Apocalipsis).<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La temática vinculada a la crisis del
poderío masculino se ha vuelto bastante presente en el cine español (recordar
como un exponente de este núcleo de films, la película <i>Una pistola en cada mano</i>), posiblemente cebada por la crisis
europea, que dejó a un montón de hombres sin empleo (siendo el trabajo,
históricamente, el principal espacio identificatorio que definía el rol
masculino). Justamente, en Alex de la Iglesia lo social siempre aparece colado
de alguna manera, y tal como en <i>El día de
la Bestia </i>la temática sobre el crecimiento de la xenofobia avanzaba
disimuladamente acompañando al metraje, en <i>Las
brujas</i>, José intenta robar la casa de empeño justamente para paliar
problemas económicos propios, quizás como espejo de esa crisis.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
gran pregunta<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Aún más allá de esto, nos sigue quedando
el tema de la misoginia ¿Es o no es misógina? Por un lado, esta pregunta se ha
convertido en una subcategoría del periodismo, con un montón de plumas
feministas que se dedican a revisar films, canciones, discursos, o cualquier
expresión cultural intentando de encontrar cualquier hilacha que pueda
denunciar cierta cuota de misoginia en algún ámbito (a veces con resultados
justísimos, otras con cavilaciones absurdas, cerradas en sí mismas).<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Pero el terreno es mucho más complicado
de lo que parece. <i>Las brujas</i>, incluso
por la temática, puede compararse a la película de Lars von Trier, <i>Anticristo</i>. En ella, el juego
psicológico que nos planteaba el malévolo escandinavo -tal como sucedía en <i>Manderlay</i> en esa puesta en juego sobre
el lugar que nosotros ocupamos frente a la esclavitud- era poner delante de
nosotros el fantasma de la mujer-bruja, esa locura que se adueña del cuerpo de
Charlotte Gainsbourg y ante el cual, por un momento, casi deseamos que Willem Dafoe la asesine ejemplarmente, cual verdugo de inquisición (lo mismo se daba
en el final de <i>Dogville,</i> donde
deseábamos que Nicole Kidman arrasara con todo aquel pueblo a su paso,
llevándose consigo ancianos, madres, niños). El efecto es perturbador, pero
efectivo: en semejante hipertrofia de las identificaciones nos vemos a nosotros
mismos y nos horrorizamos ante la puesta en acto de aquello que construimos en
nuestras mentes.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">De
cerca no se ve<o:p></o:p></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<b><span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Por supuesto, Alex de la Iglesia no sabe
o no gusta de poner en funcionamiento –al menos conscientemente- una máquina de
reflexión política tan perversa, pero aun así no deja de tener efectos.
Nuevamente, uno podrá decir “es sólo una comedia” y que en definitiva, es más que
nada una parodia sobre los estereotipos pelotudos que el hombre ha construido
sobre las mujeres, salvo que el único problema es que, pese a esta opacidad,
estos estereotipos siguen siendo las herramientas que utiliza y que no
encuentran un desdoblamiento reflexivo, como si ocurría con Lars von Trier.</span></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En épocas donde hay una caza de brujas
de corrección política, justamente a veces lo que más se nos escapa es lo más
evidente. Un ejemplo fundamental de esto es los pocos golpes que recibió <i>El Lobo de Wall Street</i>, siendo un film
cuya misoginia a veces se le escapa por todos lados (y que, a pesar de eso, no
lo oscurece como una película genial, divertidísima, e impactante). Con <i>Las brujas</i> en alguna medida pasa lo
mismo, reproduciéndose la famosa parábola del traficante de mulas, aquel nómade
que siempre al pasar la frontera se le chequeaban, para ver si traficaba algo,
los sacos que sus animales cargaban, cuando lo que efectivamente traficaba eran
las mismas mulas.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span>
</div>
<div style="text-align: right;">
<div style="text-align: justify;">
<span lang="ES-UY" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>publicado en La diaria el 3 de abril de 2014</i></span></span></div>
</div>
</div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-53629130561107772812014-03-05T09:32:00.001-08:002014-03-05T10:56:06.206-08:00Revólver- Vengan todos a la Luz (2013)<a href='http://postimage.org/' target='_blank'><img src='http://s22.postimg.org/8he67assh/Revolver_Vengan_todos_a_la_Luz.jpg' border='0' alt="Revolver Vengan todos a la Luz" /></a><br /><a target='_blank' href='http://postimage.org/index.php?lang=spanish'>imagen jpg</a><br /><br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
dilema del dragón<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Días de blues posiblemente sea la banda más citada
de la última generación de agrupaciones de rock locales. En un comienzo
reservado a nichos más exclusivamente vinculados al blues, el Flaco Barral fue ocupando en citas y referencias un lugar similar al que
ocupó Eduardo Mateo a fines de los ochenta. La influencia, lejos de caer en esa
colección de gestos y lecturas lineales en la que cayeron algunos continuadores
simplistas de Mateo, demostró ser bastante fructífera, con un montón de bandas
que utilizaron aquel influjo mezclándolo con un sonido proveniente de otros
subgéneros. Como ejemplo de estos se podría citar a la progresiva
“uruguayización” del hardcore de Hablan por la Espalda, la licuadora stoner de
Santa Cruz, la arqueología folk de Sr. Faraon, o el enlentecimiento (pero con
ganancia en contundencia) y poda –tanto conceptual como sonora- de Cadáver
Exquisito. Es difícil precisar cuánto le deben todas estas bandas a Días de
Blues, pero de alguna manera se refuerza esta noción de generación, pudiéndose
llegar a algo más propio de “familia”, considerando la fuerte endogamia que se
puede registrar entre todas las formaciones.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
heredero<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Si pudiéramos hablar de familia, Revólver ocuparía
el lugar de esos hermanos mayores disciplinados, deslumbrados por los logros de
su padre, dispuestos a continuar el negocio familiar. Es, por así decirlo, la
banda que recoge el legado de forma más purista, sin apostar tan de lleno a esa
mixtura de géneros o relecturas visibles que sí se perciben en otras
formaciones.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Quizás lo primero que habría señalar es que si se
dice que Revólver revuelve en los cajones de sus padres, el producto que
obtiene de ello no deja de ser excelente. Un rescate retro calibradísimo, con
un juego de voces y coros poco usual en el rock local, complementado con una
batería contundente y unos arreglos guitarrísticos que (como en el tema
“Campanario”) pueden recurrir a un <i>riff</i>
de sitar haciéndolo sonar como algo mucho más relevante que un asterisco a <i>Their satanic majestie request,</i> de los Rolling Stones. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El sonido no viene solo, Revólver es Daniel Croza
(bajo), Gonzalo Marín (guitarra y voces), Ismael Varela (también conocido por
su rol detrás de las tumbadoras de Hablan por la Espalda, o en su proyecto
solista Sr. Pharaón; un tipo tan musical que podría hacer un disco entero con
un juego de llaves), sumándole a la nómina la reciente incorporación de Mauri
Sepúlveda (uno de los mejores guitarristas rítmicos del rock local). Si a esto
le agregamos la participación de Andrés Varela en el <i>hammond</i> y a Luciano Supervielle en el piano <i>wurlitzer</i>, se puede concluir que el Revólver de <i>Vengan todos a la luz</i> (descargable en <a href="http://www.revolver.com.uy/">http://www.revolver.com.uy/</a>) tiene uno
de los mejores planteles de la vuelta.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">En materia de sonido, los puntos más altos de su
segundo álbum –un título que sigue en la senda del blues que ya se había
abierto en <i>Peligroso río </i>(2010) ,
pero que en este caso se coloca un pie más cerca del <i>hard rock</i> - es el ya mencionado “Campanario” y “Necesidad”, un tema
que desde el comienzo pone quinta sin desacelerar nunca, una metralla de
múltiples cargadores que, más que por las guitarras circulares, se sostiene sobre
el redoblante de Varela, con un pulso casi de marcha militar que se repite
exitosamente en “En la luz”. En este sentido, prácticamente se podría decir que,
más que las guitarras, es la calibradísima batería de Varela lo que marca de
principio a fin el trote (refiriendo al primer tema) de </span><i style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Vengan todos a la luz</i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Más aprestados a la mixtura genérica, “Está picando
alrededor” lleva una cadencia más funk, acompañada por el <i>wurlitzer</i> de Supervielle y ciertos requiebres en la vocalización y
coros que guarda varios enlaces con la música de Tótem, algo que también se
mantiene en “Trota y trota”, aunque acercándose mucho más explícitamente al
estilo de Manal (sobre todo en los versos “Mi corazón de muchacho también
galopa en su trote/ Está golpeando a tu puerta porque el amor se le impone”).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
impulso y su freno<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Uno describe <i>Vengan
todos a la luz</i> y entonces aparecen todos esos nombres: Tótem, Manal, El
Kinto, Días de blues, Pescado Rabioso, Psiglo. Y es que es rock setentoso, y
bien hecho. El único problema de Revólver es la forma en que ese rescate a una
década es lo que lo hace grande y a la vez lo que le marca un poco el techo. En
esta paradoja de lectura quizás lo que más trastabilla es el tema de las
letras, que por momentos uno no sabe precisar si el problema es que la
letrística es demasiado burda o demasiado fiel a las letras de aquella época
(algo que pasaba, por ejemplo, con el anacronismo hippie de algunos temas de La
medio siglo). A diferencia de <i>Peligroso
Río</i>, donde las letras se apoyaban en un aspecto más terrenal y una
imaginería bluesera más concreta (por ejemplo, “Nena quisiera poderme ganar/
ese dinero para comprar/ Guitarra costosa y equipamiento/ para tocar/ Yo sé que
no importa lo material/ y que el amor debería bastar/ Es que siento:/ merezco
un millón y algo más”, en “Blues de los cuatro ceros”), <i>Vengan todos a la luz</i> toma un tenor un poco más abstracto, con un
intento de vuelo más poético. El problema es que las letras del álbum quedan en
un incomodísimo punto intermedio, con un abuso a ciertas imágenes y palabras
(me imagino un juego de bebida en el cual uno debiera encajarse un shot de
tequila por cada vez que dicen la palabra “luz”) y cierta vaguedad conceptual
que a veces parece más movida por cerrar bien con la métrica y rima que con la
idea de la canción. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Una forma útil para analizar una letra es
preguntarse sobre ella de la forma más naive posible, es decir, preguntarse
“¿qué me están contando?”. Citemos un ejemplo: en el tema que cierra el disco,
la estrofa “Escupe fuego y es dorado/ Quiere volar sobre el lago/ Quiere volar
con actitud”. Calculamos, por la descripción, que la canción se refiere a un
dragón. A un comienzo quien escribe esta nota pensaba que lo que quería hacer
ese dragón era “volar con altitud”, pero después, a partir de las letras, se
dio cuenta de que el término era “actitud”. Hay un problema de base con el
término “quiere”. Un dragón es un dragón, y si vuela –y más aún si logra arrojar
fuego por la boca- lo que le sobra es actitud; lo que quiere, lo que pretende
ese dragón –que me lo imagino volando dorado y majestuoso por encima de un
lago-, y mucho más, su “actitud” en el vuelo, se vuelve irrelevante frente a su
mera condición de dragón. Es un dragón, y basta con ser un dragón. Algo similar
en “Hombre”: “Ahí va el hombre/ Cortando las malezas para que sus hijos puedan
transitar/ Y los hombres van dejando senderos/ A veces oscuros, a veces con
Luz”. Obviando el tono filosófico simplón –tampoco se tiene por qué pedirle a
la música ser un tratado humanista-, el último verso “A veces oscuros, a veces
con Luz” sufre de la misma redundancia que el ejemplo del dragón; es decir,
basta con decir que a veces son oscuros, la parte de la luz viene por
añadidura. Es un ejemplo que podría cristalizarse si suplantáramos la bina
“luz-oscuridad” por “bueno-malo”. “Y los hombres van dejando senderos/ a veces
son buenos, a veces son malos”. Ante un verso como ese, a uno no le quedaría
otra que decir “y sí, che”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Más allá de que los setenta guardaban letristas a
veces bordeando lo barroco (en especial Luis Alberto Spinetta), la mayoría de
las composiciones de las bandas mencionadas más arriba fueron -en la medida que
se les fue colando lo setentoso- cortando las malezas de sus letras (uno de los
ejemplos más notorios es la simplificación de aquella complejísima metralla
expresionista, nietzscheana y anarca de las primeras épocas de Hablan por la
Espalda a versos como “amigo hay que moverse/ que el frío ya llego /si no nos
movemos/ se para el corazón/ viento sopla fuerte/ dame tu calor/ amigo hay que
moverse/que el frío ya llegó”, de la época actual). Los resultados en la
calidad de estos caminos es variable, pero el problema de las de <i>Vengan todos a la luz</i> es que no tienen
ese tono más ambiental, de compañía de ruta, de Santacruz (recordar el “no
tengo auto, no tengo chica/ cuanto humo en esta habitación/ por qué no nos
vamos a fumar afuera” de “Stargirl blues”), ni la simpleza cuasi mística de Sr.
Pharaon, ni la linealidad mundana y
guarra de Oro (“Nena por tu cara sé/ que tu novio no lo hace bien/ nena yo sé
que vos querés/ un poco de/ un poco de amor” en “Te hacés desear). Obviamente
no hay un sólo camino correcto en el rock y cualquiera de estas dos sendas
demuestra ser válida –más que nada, <i>útil</i>-
pero es en ese interregno, entre lo sencillo y lo florido, entre los filosófico
y lo mundano, entre lo ambiental y lo lírico, que se pierde un poco la pluma de
Revólver.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">¿Esto hace a <i>Vengan
todos a la luz</i> un mal disco? No. Le sobra música e intensidad para remar
estas carencias, pero aun así, quizás más allá del álbum en sí, estudiar sus
problemas letrísticos eleva una pregunta más profunda sobre los caminos que
eligen tomar los músicos uruguayos a la hora de escribir sus canciones. Una
cuestión que hace necesario pensar qué quiere decir uno y cómo quiere hacerlo.
Algo así como evaluar qué es lo que se puede hacer con un dragón una vez que
salió de su cueva.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-5930582840180316702014-02-28T13:23:00.000-08:002014-02-28T13:23:55.325-08:00The Act of Killing (Joshua Oppenheimer, 2013)<a href="http://postimage.org/" target="_blank"><img alt="the act of killing3 800x450" border="0" src="http://s10.postimg.org/4plazf889/the_act_of_killing3_800x450.jpg" /></a><br />
<a href="http://postimage.org/index.php?lang=spanish" target="_blank">subir fotos</a><br />
<br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b>Lo indecible, ya dicho</b></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En el 2001 Joshua Oppenheimer realizaba un documental sobre unos campesinos indonesios que intentaban formar un sindicato. En poco tiempo el director percibió que no sólo su labor era constantemente entorpecida por fuerzas del orden que intervenían en todo tipo de reuniones (a menudo por medio de la fuerza) sino que todos los implicados guardaban un temor radical a ser descubiertos, o estar asociados con alguna organización de izquierda. Fue en este marco que comenzó a escuchar historias de las purgas anticomunistas que ocurrieron en el país entre 1965 y 1966, hecho poco conocido en el mundo occidental –incluso en Indonesia, donde el hecho suele ser tapizado con el término “lucha patriótica”, y en el que se reducen significativamente los cruentos desenlaces-, en el que el número de muertes está estimado entre 500 mil y dos millones de indonesios.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Fue a partir de estos fugaces testimonios que el director norteamericano decidió lanzarse de lleno a realizar un documental sobre este oscuro suceso. Sin embargo, conforme realizaba su investigación iba descubriendo lo imposible que era acercarse a su material de estudio: no sólo la producción era constantemente interrumpida por ariscas fuerzas del orden, sino que los mismos portadores de la historia tenían demasiado miedo para ofrecer testimonio. Fue en ese marco donde, a partir de una sugerencia algo absurda y a primera vista ingenua de un entrevistado, el foco del documental pegó un imprevisible giro: ¿si querés saber cómo fue el genocidio por qué no mejor preguntarle a los mismos que lo perpetraron?</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">“La historia siempre es escrita por los ganadores” es una conocida frase que en <i>The Act of killing </i>actúa como uno de los principales motores que ponen en marcha el documental. Es una película sobre y en un régimen que sigue siendo, de una manera matizada –aunque, como veremos, no tanto- el mismo perpetrador de uno de los hechos más despiadados y cruentos que haya dado el siglo XX. Es transferible, casi por así decirlo, a una especie de ucronía ambientada en nuestro tiempo, en donde los nazis siguen controlando la mitad de Europa. A pesar de esto, casi siempre comprendemos esta noción de escritura histórica pivoteando en la manera en que las partes ganadoras estructuran el relato para dejar sucesos dentro, o fuera del marco, alterando el montaje, o implantando velos, excusas, o justificaciones; por así decir, una fiscalización del secreto y las invisibilidades selectivas. Esto es justamente lo que asombra y genera escalofríos por oposición en <i>The Act of killing</i>: es una historia de los vencedores, pero sin el velo ni los juegos de luces, o justamente, una historia sobre la total transparencia de estos velos. La historia de los vencedores, pero sin la negociación con una historia mayor, o una historia que deba acoplarse a un horizonte moral determinado.</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b>Un pequeño repaso histórico</b></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Para localizar temporalmente al lector, el genocidio del 65’-66’ fue un hecho que ocurrió en toda Indonesia (al comienzo en la misma capital Jakarta, pero luego diseminándose –en forma aún más cruenta- en otras regiones como el Norte de Sumatra) luego de un fallido golpe de Estado a manos del movimiento 30 de setiembre. Sukarno, con el apoyo de movimientos comunistas y cristianos (en un país bastante dividido entre el islam y dicha religión) estaba bajo el comando del país y el fallido golpe (en el que no se logró colocar de una forma convincente a favor o en contra del grupo -pese a haberse declarado en varias circunstancias bastante afín a los movimientos revolucionarios-) fue aprovechado por los mandos militares para sacarlo del poder e instalar como presidente a Suharto (quien ocuparía su rol durante treinta años). Ni bien entró al poder proscribió el PKI (el Partido Comunista Indonesio, en aquel tiempo el partido con más cantidad de adherentes en un país no comunista) y lanzó una serie de purgas en donde los militares colaboraron activamente con escuadrones de la muerte, la mayoría de ellos formados por gangsters locales que aprovecharon la oportunidad tanto por razones ideológicas como meramente económicas, o vinculadas al poder. El proceso de limpieza se terminó –por así decirlo- desregularizándose, con un montón de milicias y movimientos paramilitares que mataban sin siquiera juicios sumarios, recayendo específicamente en inmigrantes chinos, a quienes asociaban con comunistas por la simple referencia a los países rojos del norte (lo que le hace colindar a las purgas con auténticos procesos de limpieza étnica).</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b>El show de Anwar</b></span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Es en este marco que entra Anwar Congo, protagonista y estrella de <i>The Act of Killing</i>. Anwar fue el entrevistado número cuarenta y uno de todos los que accedió Oppenheimer conforme iba realizando el documental. Al igual que la mayoría de los integrantes de los escuadrones de la muerte, Congo no se armaba mucho lío, o más bien disfrutaba contar sus historias con el mayor estilo gráfico posible. Una de las primeras escenas del documental lo muestra a él en un balcón donde solía llevar a los apresados para asesinarlos por medio de varios métodos. “En un principio los matábamos a golpes, pero quedaba tanta sangre y el olor terminaba siendo tan insoportable que terminamos encontrando un método mucho más limpio”. Congo, utilizando a un tipo como muestra explica con divertido tono pedagógico cómo ahorcaba a sus víctimas con un sencillo sistema armado en base a un cable y unas maderas. Acto seguido, habla de cómo, sabiendo que era un acto terrible tomaba alcohol para sentirse más relajado y contento, y ahí mismo, alegremente se pone a bailar en cámara, casi como pisando los espíritus de todos los cuerpos que yacieron allí.</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Hasta este punto, pese a la honestidad brutal del entrevistado, la película no es algo mucho más deslumbrante que otros documentales de su especie. Sin embargo, el documental de Oppenheimer tiene un pequeño giro cinematográfico que cambia por completo la narrativa y los efectos del film: viendo cómo Congo y sus amigos suelen identificarse a sí mismos con algunos personajes de Hollywood (en un friso terrorífico que en sí mismo marca la verdadera dimensión del horror, Anwar trabajaba cortando los boletos en un cine, actividad tras la cual, después de verse una película, se iba al piso más alto de un periódico para torturar a sus enemigos emulando a sus figuras de cine favoritas), el director les ofreció la oportunidad y los medios para filmar sus propias experiencias en las torturas, pudiendo apelar a la imaginería o recursos que quisiesen. El producto que vemos en <i>The Act of Killing</i> es, ya no la historia en sí, sino las historias que los asesinos se hacían en la cabeza mientras cometían sus actos.</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b>El juicio al cine</b></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Las escenas filmadas suelen ser absurdas, carburadas por una violencia pueril en la que por momentos pareceríamos ver a dos asesinos jugando a ser vaqueros. Incluso, en momentos donde un auténtico sentimiento de culpa parece emerger, las escenificaciones intentan encontrar redención de una manera que redobla esta especie de inocencia asesina: en uno de los momentos de mayor humor involuntario, Anwar Congo se coloca a sí mismo en el cielo, siéndole otorgada una medalla por uno de sus ejecutados, diciéndole “gracias señor Anwar, por haberme matado y llevado al cielo”.</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sería muy fácil meramente decir que Anwar y sus secuaces son unos psicópatas sin sangre en las venas, o que Indonesia es un país demasiado bruto para que podamos entenderlo (más bruto, no en el plano de lo que realiza, sino en la ausencia de intentos de tapar o justificar lo hecho –como sí tienen países “más civilizados” como el nuestro). Si de algo habla <i>The Act of Killing</i> es justamente del cine y de la manera en que en determinado momento del siglo XX se produjo un radical quiebre entre la representación y lo representado. Anwar Congo se inspiró para interpretar a su papel en el Tony Montana de Al Pacino, pero en el mismo movimiento estaba realizando en la realidad lo que él sólo realizaba en el celuloide. En esa constante mediatización del gesto por medio de las imágenes, lo real y lo imaginado, lo público y lo privado se funden en una misma cosa, se vuelven una misma moneda de cambio en donde ya no se sabe qué es lo verdadero y lo falso.</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Casi en la clave de lo dicho por Ranciére sobre el cine y los campos de concentración a partir de <i>Historia(s) de cine</i>, de Jean Luc Godard ("el cine es culpable de no haber filmado los campos en su tiempo; es grande por haberlos filmado antes de su tiempo; es culpable de no haber sabido reconocerlos"), uno podría acusar a la violencia en el cine como inspiración de estos horrendos actos. Pero también uno podría salvar al cine como aquel que supo augurar, en sí mismo, estos actos que estaban por venir. Y también uno puede pensar al cine como inocente y a la vez fracasado por no haberlos podido impedir a tiempo. Pero, en definitiva, el cine tiene la capacidad para volver a hacer imagen esto que no se pudo registrar.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b>Eichmann recargado</b></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En determinado momento Anwar conversa con otro compañero de las purgas –uno mucho más serio y autocrítico, pero a la vez mucho menos propenso a la culpa- sobre el papel que una película que advertía sobre los peligros del comunismo tuvo en su vida. Anwar dice “en el fondo estaba orgulloso porque yo mate a esos comunistas que se veían crueles en el film”. Su compañero enseguida plantea que las cosas no eran así, y que obviamente que la película estaba hecha para demonizar a los comunistas. Sin embargo, Congo acierta en su error: la de él no fue una empresa contra comunistas reales, sino frente a los comunistas de aquella película, no cómo un sortilegio en el que cayó, como fruto de la manipulación ideológica de los medios, sino como una prótesis en la que eligió armarse un colchón a la hora de realizar sus actos.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>The Act of Killing</i>, con estos personajes que en su crueldad infantil están en algún lugar por fuera del bien y del mal casi podría decirse que supera a la teoría de la banalidad del mal de Hannah Arendt. Anwar es un redoblamiento de Eichmann, una vuelta de tuerca posmoderna a su figura de burócrata sereno y pasivo.</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Finalmente, <i>The Act of Killing</i> es una película sobre el fin de la opacidad histórica, sobre los efectos de la transparencia radical en la forma en que se estructura el presente y pasado. Ante la dicotomía de Lanzmann de no poder hacer representable la dimensión real del horror de los campos de concentración, apelando a un vacío imaginario radical, y la de Pasolini, de construir un escenario irreal y terrible en Saló, para desfondar este imaginario, <i>The Act of Killing</i> se presta en un punto intermedio, apelando a lo más radical de estas dos posiciones. Es el escenario pesadillesco de Pasolini, sólo que los protagonistas representan aquellas historias que ellos mismos protagonizaron.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>The Actof Killing</i> es testigo de un mundo donde se perdió la dimensión de secreto, y con ella, de verdad. Ya no una verdad ontológica, sino micro verdades, todas diseminadas por doquier, como los millones de cables de wikileaks, como un tiempo que parece haber perdido su densidad, cerrándose sobre sí mismo.</span><br />
<div>
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Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-85987999521715436712013-08-13T21:27:00.003-07:002013-08-13T21:27:45.600-07:00Entrevista a Che Sandoval<a href="http://imageshack.com/i/5h40bxj/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://imageshack.com/scaled/large/197/40bx.jpg" /></a><br />
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Chilenísimo</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En el Festival de Cine de Piriápolis se exhibió la película" Soy mucho mejor que vos", una obra asfixiante y circular sobre la decadente noche (y día) de un hombre que intenta por todos sus torpes medios levantarse a una mujer -cualquiera- por despecho ante la reciente partida de su esposa. Siendo un film tan ácido y gracioso como controvertido, aprovechamos la oportunidad para hablar con su director, José Miguel Sandoval, que ya tiene en su haber "Te creís la más linda… (pero eris la más puta)", una de las películas que marcaron a una generación del Chile reciente.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Creo que el centro de "Soy mucho mejor" que vos es la pregunta de qué significa ser hombre hoy en día, en tiempos en que las condiciones laborales y la relación entre géneros ha cambiado tanto.</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Claro, quizá reafirmarse como hombre sería asumir que tu pareja tiene un proyecto de familia,y esa quizá sería la decisión más macha, pero uno no sabe. Está el tema del estrés, está el tema del sexo, está el tema de ser padre... creo que son los grandes temas. Es justamente ésa la razón por la que la película comienza hablando del pico [pene], es decir, hace todo un recorrido por lo que se concibe que es ser hombre, desde lo más básico hasta lo más complejo. El tema es que nadie sabe qué es ser hombre. Yo creo que en la película el principal drama es el hijo. La gente se ríe y se ríe, pero al final sale amargada. De hecho, a quien hizo los créditos le dije que la película terminara con una música depresiva, pero él decía que no, que no puede ser así, que en el momento de los créditos la gente tiene que recordar que estuvo viendo una comedia.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-¿Cómo le ha ido a la película?</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-En Chile todavía no se estrenó. Se estrena en Los Ángeles este mes y se estrena en Chile en octubre. Estuvo en Toulouse, Guadalajara, Montevideo, el BAFICI. Estuvo en el Festival de Cine del Mar en Uruguay, en uno en Turquía... ahora recién es que empezamos a buscarlo, ahora recién empezaron a caer otros festivales, pero la verdad, no sé, cuesta tratar de colocar la película en festivales.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Vos me comentabas antes que a la gente le caía mejor "Te creís la más linda… (pero eris la más puta)" que esta película, ¿por qué creés que sea así?</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Es algo que me han dicho. Yo creo que es el tema de la adolescencia, es un tema más entrañable en el cine. Me dijeron que eso podía pasar más en Europa, pero creo que esta película puede funcionar en Latinoamérica. Me parece que habla de un tema latinoamericano muy actual... bueno, justo en Uruguay no sé si es así, pero si uno va a Perú, Colombia, Chile, son países bien conservadores, antiguos, que impusieron un liberalismo moral de respetar a todos por igual, de “no a la homofobia”... valores muy positivos pero que todavía no están integrados a la sociedad. La clase política de esos países creció en sociedades mucho menos libertarias y todavía es la que domina el discurso, es decir, nuestros padres. Es muy latina en ese sentido, porque habla un poco de que es mentira que estamos tan modernizados como sociedad. En el discurso oficial está eso, pero en el discurso privado la gente sigue siendo medio racista, sobre todo clasista, machista; es algo que sigue existiendo en toda Latinoamérica.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-En ese sentido, el Naza [personaje de la película] es como un cable pelado de todo lo que pasa en Chile...</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Esto fue algo de lo que me di cuenta después de ver la película, pero es algo así como lo peor de Chile, que tiene cosas muy lindas pero sigue siendo un país católico, culposo, clasista. Cuando la escribí, para mí lo más chileno era este huevón de clase media que tiene su pyme, que quiere destacarse.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Tu película entra en un momento en el que el cine chileno agarró bastante fuerza.</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-En general tiene que ver con las películas, pero también con grandes productores, grandes lobbies; y sí, el cine chileno está muy de exportación. Pero creo que mi película es muy políticamente incorrecta y se desmarca de otras que me parecen personales, pero que están hechas para un tipo de mercado. Yo no pienso mucho en eso. Igual, no es que esté mal... "Joven y alocada" (Marialy Rivas, 2012) me parece más un desmadre: la mina hizo lo que quería hacer y no pensó en ningún momento en Europa, en Estados Unidos, en nada.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-¿Pensás que a veces el horizonte, no sólo cinematográfico, sino también moral, de las películas latinoamericanas trata de coincidir con un horizonte europeo, de lo que se espera de ellas en los festivales?</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Creo que es un círculo vicioso: como al cine latinoamericano lo financia Europa, las películas que se hacen en general hablan de lo que Europa quiere que hablemos, y las otras no se hacen porque no tienen plata. Y después Europa toma esas películas y las levanta, pero al final las películas latinoamericanas se tratan de lo que los europeos piensan de nosotros, o de los pensamientos más europeos de los latinos, ¿cachai? Pero, por otro lado, está lo que pasa acá con [Pablo] Stoll, que hace su cine y llegó a un nivel tal que lo invitan de todos los festivales, pero haciendo un cine más latinoamericano. Llegó a un lugar en el que ahora lo llaman de donde sea. A mí me gustaría entrar a los mercados de ese modo, no me calienta mucho la cabeza entrar a los festivales.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Justo que mencionás a Stoll... "Te creís la más linda..." tenía mucho de "25 watts".</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Yo no había visto "25 watts", pero siempre ocurren estas cosas... No sé, en el rock, cuando Estados Unidos estaba haciendo lo mismo que se hacía en Inglaterra, sin saber exactamente qué estaba sucediendo en cada uno de los países, pero había una necesidad mundial de hacer esa música. Quizá hubo algo de películas de ciudad decadentes. Está "25 watts", está "Pizza, birra y faso" [Bruno Stagnaro e Israel Adrián Caetano], está "Rapado" de [Martín] Rejtman, que tiene que ver también con que son fanáticos de [Martin] Scorsese y de Jim Jarmusch. Son cosas que te llegan, pero la gracia es hacer lo propio, no una imitación. Creo que todas esas películas que te mencioné son muy propias.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-La primera vez que vi "Te creís la más linda..." lo primero que pensé es que tenía todo para ser una obra generacional. ¿Fue tan así que pegó en Chile o es idea mía?</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-En Chile pegó muy bien. Fue un hitazo y la hice con los amigos de la escuela. La vendí un poco como película generacional y encima tenía una cosa que no era taquillera. No había esa idea de “somos hipster, somos cool”, sino que era sobre un perdedor, que odiaba los grafitis; todo al revés de lo que era una película ondera de los jóvenes. Están las películas de losers, de ultralosers, y las películas de cools. En la primera de Jarmusch, "Vacaciones permanentes", los personajes son demasiado cool, te llegan a caer mal, te hablan de Nietzsche, te hablan de filosofía, se pasan un poco, ¿cachai? Las películas cool en las que bailan, que tienen esa cosa de rock, me dan vergüenza ajena; no sé cómo la gente hace esas cosas. Las de losers me gustan más, pero no sé si quería buscar un punto medio; me terminó saliendo así. En esta última, si bien no habla de una generación que tiene que ver conmigo -tengo 27 años y el personaje tiene 40-, para mí sí hay algo de esa generación. Cuando escribí la peli pensaba: ¿cómo hago un personaje de 40 años si no lo conozco, si lo que más tengo es a mi padre, que trabaja de lunes a viernes, de ocho a ocho, el fin de semana está con los hijos... ¿Muy normal, cachai? Entonces me puse a observar con qué gente salía de joda y me di cuenta de que eran de 37, 41... no sé. Y me dije: “concha tu madre”...</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">"Soy mucho mejor que vos" es el spin off de uno de los personajes de "Te creís la más linda..." Tengo entendido que tenés pensado hacer otra sobre la historia con uno de los personajes femeninos de esta película.¿No te viene la tentación de hacer una franquicia de estas historias?</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Sí, de hecho lo haría muy fácilmente. Hasta el personaje que yo interpreto, que me voy a la playa con la mina, se podría hacer. Cómo debe haber sido la historia de ese hijo... El tema es que con los niños es complicado, fijate que a los seis meses tuve que redoblar algunas voces del niño y ya le había cambiado la voz...</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En un momento la mujer del hermano de Naza -que es tu novia, argentina- se queja de los chilenos y de su forma de relacionarse con las mujeres. Tomando en cuenta que vos actualmente vivís en Buenos Aires, ¿no tiene un poco que ver con tu vida?</span></b><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">-Sí, lo que cuenta ella tiene mucho que ver con nuestra relación. Eso de “yo con mi ex obsesionado”... ella inventó esa frase de “mucho ex poco sex”, y me pareció tan chistoso que lo metí en la película. El personaje que hago yo tiene que ver conmigo y con relaciones anteriores, y el bar en el que está es uno al que yo iba siempre. No sé, esto de andar borracho en el auto de mi madre y tener que ir a devolverlo y no poder dormir, tener que estar a las siete de la mañana en su casa... La verdad, siempre meto cosas mías en distintos lados.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: right;">
<i><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Publicada en La diaria el 8/8/13</span></i></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-67060761612300009022013-05-23T12:31:00.001-07:002013-05-23T12:31:04.877-07:00Una mirada sobre Michael Haneke<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/809/funnygames.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img809.imageshack.us/img809/1175/funnygames.jpg" /></a><br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
proceso va por dentro<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hoy comienza en Sala Cinemateca un ciclo enteramente
dedicado a la obra de Michael Haneke, una experiencia y también una tarea
frente a la que el espectador interesado debería ser advertido de ciertas o contraindicaciones: un posible aumento en sus niveles de misantropía, cuando no depresión, auténtica
desesperación y desesperanza con relación a la raza humana. Aún esto dicho, Haneke es
un director que hace pensar tanto en las estructuras sociales sobre las
que versan sus films como en nosotros mismos en tanto espectadores, por lo
que la asistencia continuada a esta pila de películas que nos aguardan en sus
latas es casi un imperativo para todo aquel que se diga cinéfilo, o que al
menos pretenda tener una visión crítica del mundo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hijo de madre actriz y padre director (católica y
protestante, respectivamente –algo que no debería ser pasado por alto a la hora
de reseñar su obra), ya al tiempo de filmar su primer largometraje
cinematográfico Michael Haneke era un hombre de cultura, con un montón de
logros y títulos en su haber. Formado en filosofía, psicología y drama en la
Universidad de Viena, sus comienzos artísticos están vivamente imbricados con
su trabajo en la televisión alemana, donde no sólo llevó a escena conocidas
obras dramáticas, sino también algunos de sus primeros largometrajes de formato
televisivo (con <i>Fräulein</i> -1985- y <i>Lemmings</i> 1 y 2 –ambas lanzadas al aire
en 1979- como sus obras más insignes de este período). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La
trilogía de la glaciación emocional<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ya con un denso y gélido espíritu crítico, no sería
hasta la negativa de su canal de televisión de llevar a pantalla El séptimo
continente cuando Haneke decide aventurarse en el más libre –pero más inestable
e incierto- mundo cinematográfico. Las razones eran bastante claras: aún
teniendo la televisión europea estándares mucho más amplios que la
estadounidense en cuanto a lo que puede ser televisado, la historia de un
hombre acomodado que decide suicidarse junto a su mujer y su hija –agregándole el
plus morboso de ser un caso verídico reciente- era una papa caliente de la que nadie
quería hacerse cargo. Ya en esta primera película puede rastrearse no sólo la
génesis del descontento de Haneke hacia la televisión y los medios masivos de
comunicación (uno de los grandes <i>leit
motifs</i> de sus films, en donde casi invariablemente –sobre todo en los
primeros- se suele incorporar material televisivo, más que nada periodístico,
solapado con la historia), sino algunas de las temáticas centrales de su cine.
Con un estilo notoriamente bressoniano (sobre todo en la particular construcción
de personajes fríos y el montaje basado en primerísimos planos y planos detalle),
la película abre una serie de films que, junto a <i>El video de Benny</i> y <i>71
fragmentos de una cronología del azar, </i>forman una trilogía comúnmente
llamada “La trilogía de la glaciación emocional”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En muy pocos trabajos se ha desmontado con tal severidad
las pequeñas miserias de la pequeña burguesía europea (en este sentido, Haneke
tiene en minuciosidad y sistematicidad lo que Fassbinder tiene en furia), con
personajes que al no saber cómo expresarse terminan implotando, arrasando
consigo todo lo que los rodea. En esta línea <i>71 fragmentos…</i> crea un friso en el cual, como aquellas piezas de
tangram con las que unos universitarios intentan formar una cruz, varios de los
personajes diseminados alrededor del film forman parte de una misma miseria, un
mundo desesperado, en progresivo estado de entropía, donde todo puede explotar
por el lado menos imaginado (en este sentido, es de particular interés cómo el
vaso comunicador del film es la ruta de un arma –que va pasando de una mano a
otra, a través de un clandestino sistema de intermediarios- que coincide con la
ruta de un inmigrante ilegal rumano, al que una familia pretende adoptar como
si fuese un bien suntuario, para taponear la miseria que cae sobre ellos).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La
maldad del video<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
video de Benny</span></i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">, por su parte, al tiempo que introduce
uno de los personajes arquetípicos de su filmografía, es el film con que lanza
más concretamente la discusión del cine, la televisión y el vhs como cómplices
o productores de violencia. En el film, Benny (Arno Firsch), un niño aburrido,
de clase acomodada, suele capturar todo en cámara, pero su particular obsesión
circula alrededor de un video familiar, en el que se registra el sacrificio de
un chancho por medio de una pistola a presión. En una escena escalofriante,
donde el acto violento se dispara inesperadamente (la escena violenta que
irrumpe en escena y que cambia todo el contenido anterior del film es uno de, por no
decir “el” recurso más insigne del cine de Haneke), casi fuera de cuadro,
Benny, tras invitar a una niña desconocida a su casa, procede de igual manera
que con el cerdo, teniendo que dispararle varias veces hasta matarla. Uno ve a
Benny, en cómo cuenta la historia, en su distancia radical frente al hecho y se
da cuenta de que lo hizo porque podía hacerlo, o más bien porque estaba harto
de ver las muertes en televisión, y no en carne propia (en este detalle, la
muerte suya o la muerte de la niña tenía el mismo valor, lo que quiere Benny es
llevar lo representado al campo concreto de los hechos).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En este sentido, en la manera en que el personaje se
desfonda en su más auténtico pasaje al acto (no sólo el caso de Benny, sino el
vidrio colocado sobre el bolsillo de la estudiante de <i>La profesora de piano</i>, la escena del suicidio en <i>Caché</i>, el disparo inicial en el que
muere el padre en <i>El tiempo del lobo</i>,
las represalias sádicas y enigmáticas de <i>La
cinta blanca</i>, o la dolorosa decisión de Jean Louis Tritignat en <i>Amour</i>), se vería una inversión a la
condición del acto y la responsabilidad en su versión más típicamente
existencialista. Tal cómo Mersault mata a un árabe en la famosa obra de Albert
Camus, estos pasajes al acto aparecen de una forma idénticamente intempestiva e
irracional, pero se manejan en campos prácticamente inversos, en lo que refiere
a libre albedrío, contingencia y determinismo. Por un momento parecería que los
personajes no estuvieran decidiendo, sino más bien actuando la voluntad de otro
mayor, algo que los manejara y del cual no pudieran escapar ¿Pero quién es ese
otro?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Rebobinando<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Quizás la forma más útil para encontrar esta
respuesta se encuentre en nuestras sensaciones luego de ver las películas de
Haneke. En pocos autores se nota un efecto tan particular de la película
continuándose internamente en el espectador, una vez habiendo terminado el
film. Ante cualquier película de Haneke la sensación que queda es perturbadora,
triste, incómoda, como si quedara una rémora en nosotros que nos impidiera
salir del todo de aquel hechizo que cayó sobre nosotros. Quizás, para ser más
precisos, ese sedimento amargo que queda en nosotros no sea otra cosa que la
culpa ¿Pero culpa de qué? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La película que mejor podría explicar esta sensación
es <i>Funny Games</i>, posiblemente el film
más violento y polémico que haya hecho Haneke hasta la fecha. En dicha obra,
una familia de clase alta viaja a su pequeño retiro junto al lago para
encontrarse unos extraños intrusos que copan la casa, tomándolos de rehenes y
haciéndolos jugar una serie de juegos perversos en los que su vida pende de un
hilo. Uno de los villanos del film es Paul (Arno Frisch), quien diera cuerpo al
escalofriante Benny en el film anteriormente citado. Casi uno podría pensar que
el personaje es el mismo Benny, una evolución del mal personificado, que en la
anterior obra aparecía como un mal inocente, pero que en esta se convierte en
un mal activo, seductor y contestatario. Sin embargo, ciertas fisuras en la
cuarta pared (como un segundo en el que parece guiñarnos a la cámara) nos van
haciendo ver que Paul/Benny, no es sólo un personaje, sino algo más. Es en una
escena paradigmática, en la que la esposa logra aprovechar una distracción y
disparar a uno de los perpetradores, que descubrimos la mecánica interna de
aquel personaje. Ante la súbita resolución de la mujer el público festeja
(Haneke señala que en su proyección en Cannes todo el cine llegó a aplaudir,
literalmente, ante este giro), pero Paul agarra un control remoto y –literalmente-
rebobina la situación, anticipándose en este segunda versión al intento de la
madre por tomar resolución activa en el asunto. La sensación en el espectador
es de total indefensión –especular a la del padre que, desde el comienzo, con
su rodilla rota, sólo puede ser testigo de las vejaciones a la que es familia
es sujeto- viendo cómo la contingencia, o la casualidad no es un consuelo: lo
que está escrito sucedería, no hay forma de negociarlo, estamos solos, frente a
la omnipotencia de un director que decide a qué someternos, tal como los
villanos del film. En pocas palabras, Paul no es otra cosa que el cine en sí
mismo encarnado, un virus formado por la violencia a la que nos hemos
acostumbrado, incluso cobijado, pretendiendo que no tiene nada que ver con
nosotros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Esta vuelta del espejo inmisericorde sobre nosotros
mismos es quizás el gran <i>tour de force</i>,
el gran salto ontológico de la obra henekiana. La tranquilidad del espectador
coincide con la tranquilidad de una nación, y en estos aspectos, <i>La cinta blanca</i> y <i>Caché</i> hablan de los nacionalismos europeos en la misma clave que
sobre la naturaleza espectatorial. Siempre es bueno ver a un director
haciéndole recordar a la Francia progre y cool de aquel pasado colonialista
negado, tapado sobre la igualdad, libertad y fraternidad de los que se sienten
garantes históricos (recordar que ellos mismos, en el caso latinoamericano,
fueron ellos y no los más asimilables norteamericanos, los que enseñaron a las
fuerzas represoras argentinas los métodos de tortura para desactivar las
células montoneras). El gran acierto de Haneke es que no resuelve estos asuntos
discursiva, o políticamente, sino desde lo estrictamente cinematográfico: no es
necesario hablar sobre ello, sólo es suficiente jugar con el formato, la
crudeza de un plano fijo, el poder de un rewind, la tensión que genera lo que
no podemos captar dentro del cuadro y nuestros anhelos de rellenarlo con lo más
oscuro de nuestros deseos.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-81849543573365063002013-05-23T12:18:00.000-07:002013-05-23T12:19:08.028-07:00Entrevista a Micaela Dominguez Prost<a target='_blank' title='ImageShack - Image And Video Hosting' href='http://imageshack.us/photo/my-images/545/f01p1020130515if017arti.jpg/'><img src='http://img545.imageshack.us/img545/8088/f01p1020130515if017arti.jpg' border='0'/></a><br>Uploaded with <a target='_blank' href='http://imageshack.us'>ImageShack.us</a>
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Notas
al pie<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Luego de haber pasado por el Festival de Cine de
Punta del Este, este sábado en Cinemateca 18 a las 21hs se realizará una
proyección especial de <i>Voz de murga</i>,
película pronta para sumirse a una gira itinerante por distintos rincones del
país, que trata sobre el famoso género y fenómeno social uruguayo, con la
curiosidad de haber sido dirigida por una argentina y un equipo integrado casi
íntegramente por españoles.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Considerando
que viviste gran parte de tu vida en Bahía Blanca ¿Cómo fue que conociste la
murga?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Yo tengo unos amigos en Bahía Blanca que son
fanáticos de Uruguay. En general, de todo: del fútbol, de los cantantes, de
Cabrera, Mateo, de todo. A través de ellos empecé a conocer la música uruguaya,
y entre ella, la murga, más que nada la murga de cantautor, como Jaime Roos, no
de grupos murguistas. Después, lo primero que recuerdo fue Falta y Resto, que
fue la primera murga que llegó a Argentina y se hizo muy conocida. No tenía
idea de cuánta gente actuaba ni de cómo eran los trajes y los maquillajes.
Había visto fotos, pero para mí la murga era únicamente música. Después sí,
recuerdo la primera vez que vi murga en un televisor, que fue en Noruega en el
2004. Sí, Noruega fue el primer lugar en donde vi murga, créase o no. Ahí fue
que conocía a Alejandro Seijas, el productor de esta película que presento, y
él se había llevado unos videos de murga de Diablos verdes y no me acuerdo qué
otra murga y estábamos en una escuela de muchísimos países y él quería a
alguien para ver esos videos y obviamente yo era la indicada, porque la gente
de otros lados no entendía nada. Entonces me acuerdo perfecto de ese momento.
Un profesor me había dejado su casa para que le cuidara el gato y Alejandro
vino con un vhs y ahí fue cuando vi por primera vez los cuarenta y cinco
minutos de Teatro de Verano de una murga. Me cambió completamente la noción que
yo tenía de lo que para mí la murga era. De repente saber que no eran
canciones, que era parte de un espectáculo que se unía y que tenía un principio
y tenía cosas entre medio que estaban conectadas y un desenlace. Ahí Alejandro
me contaba de los cuplés, de la retirada y y estaba emocionadísimo de poder
hablar sobre la murga con alguien estando en Noruega. Me acuerdo que era
febrero y él estaba muy mal de perderse el carnaval y para mí no significaba
nada de eso, porque no tenía idea de qué era el carnaval. Y él me contaba de
ese año, de qué murgas andaban bien y cuáles no. Ahí fue que creo que me picó
el bichito de la murga, y ahí yo pasé años viendo videos por mi cuenta<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Youtube,
mediante…<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Claro. Y después en el 2007 volvió a aparecer la
murga en mi vida. Yo estaba en Estados Unidos (siempre en lugares que no tienen
nada que ver con Uruguay) y a mí me interesaba mucho la literatura clásica. Fue
todo muy de casualidad, el primer semestre yo iba a estudiar cine, pero un
profesor de poesía me dijo “a vos te va a gustar este curso de comedia griega
romana”. No me conocía el tipo, pero yo lo hice, aún cuando no tenía nada que
ver con el cine. Lo hice y quedé fascinada. Leímos ocho obras de Aristófanes y
un par de Plauto y me encantó. Todo. La gente por ejemplo cuando lee Sófocles o
similar no se relaciona mucho porque dicen “fue hace mucho”, pero a mí me
llegaba mucho más que el libro contemporáneo de un argentino. Entonces, a
partir de eso hice un curso de historia del teatro, cursos que no me ayudaban
para la carrera, pero me ayudaban a mí. Y en historia del teatro volvimos a
hablar del teatro clásico griego y cuando hablábamos de la diferencia entre
comedia y tragedia, hablando de la comedia se comenzó a hablar de que se armaba
un concurso todos los veranos, que se hacía una especie de teatro de verano
donde actuaba la gente del pueblo y se seleccionaban los favoritos. Nosotros
leíamos las notas del traductor y decían “con esta obra Aristófanes salió
segundo ese año y la gente se quejó…”. O, por ejemplo, había una nota que decía
“acá señalan al público porque entre la gente ese año había un dirigente” que
no se qué había pasado. Hablando de eso, de qué sano para un pueblo poder
actuar entre tanta gente, de poder decir lo que le sucede, yo dije “no, pero
miren que eso de lo que hablan existe hoy en día y es la murga uruguaya” y
claro, ahí nadie entendió nada, porque eran todos de Estados Unidos. Entonces
decidí hacer un trabajo comparando las obras de Aristófanes con la murga
uruguaya. Y ahí está, se quedo ahí. Pasó el tiempo, volví a olvidar la murga
uruguaya y después estando en España, ya haciendo el master de cine documental,
sabía que no iba a quedarme ahí, que no me iba a contratar nadie por la
situación en España y entonces pensé “tengo que hacer un proyecto yo” y salió
solo. Un día estaba escuchando música y salió una canción de murga y dije “ya
está, quiero hacer una película sobre la murga”. Me puse en contacto con Alejandro
de vuelta –prácticamente yo no tenía contacto con él desde Noruega, desde el
2005- y a él le encantó la idea y hablé con los chicos que estaban haciendo el
master conmigo (no tenían idea de lo que era la murga uruguaya), pero les dije
“quiero hacer esta película” y me vieron muy convencida y se zambulleron en
este proyecto.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">En
una proyección que se hizo en el Festival de Punta del Est</span></b><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">e, en las preguntas y
respuestas contaste que la murga tiene un tema con los timbres que le cuesta
mucho a la gente ¿Cómo se dio con los
que trabajaban contigo en sus comienzos?</span></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sí, a cualquiera le cuesta un poco, y ese fue el
razonamiento que tuve cuando empecé a hacer la película. Yo estaba escuchando
murga en el metro y pensé “qué lástima que toda esta gente no puede escuchar
esto”, pero después me acordé que yo había intentado varias veces hacer
escuchar murga a gente de otros países y había fracasado rotundamente.
Escuchaban quince segundos y decían “¿qué es esto?, no entiendo nada, es un
coro que no termina nunca”. Entonces me puse a pensar que no entienden porque
no saben de dónde viene y qué representa y por qué es así. Entonces pensé que
tiene que haber algo que le pueda llegar a la gente para que entienda todo lo
que hay atrás y alrededor de la murga y por qué cantan así, por qué dura tal
tiempo y por qué hablan de estos temas. La primera vez que le mostré la murga a
los españoles no les gustó demasiado. Me frustraba un poco. Pero una vez que
les empecé a contar “esto fue en tal año
y por tal motivo” ahí ya lo empezaron a mirar por otro lado y empezaron ellos a
buscar sus propias cosas y a ver y escuchar mucha, mucha murga y tener sus
favoritos y ellos mandarme cosas. Ya cuando llegaron acá les gustaba mucho y
después de verla en vivo les encantó.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Viendo
la película me pasaba por un momento que podía imaginarme que era un film muy
interesante para alguien extranjero, pero que acá algunas nociones pueden ser
ya muy manejadas.<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sí. Fue muy difícil intentar lograr un equilibrio.
La idea mía desde el principio era hacer una película para que cualquier
persona que no tenga idea alguna sobre la murga pueda decir “entiendo de qué me
están hablando”, pero tampoco mandar mucha información teórica de “la murga
empezó en tal año, consta de diecisiete personas arriba de un escenario…” Yo
quería obviar esa información, pero que de alguna forma se dijera. Entonces al
editar con uno de los camarógrafos era bueno que él fuera español, porque había
cosas que él no sabía y yo sí. Es difícil editar algo haciendo como que uno no
conoce ciertas cosas, es imposible. Entonces era muy difícil mantener ese
equilibrio, agarrar un testimonio y decir “esto lo dejamos lo suficiente para
que una persona entienda, pero no tanto como para que un uruguayo se levante y
se vaya”. Yo hice algunas pruebitas con españoles para ver si entendían. Hice
una pequeña investigación para ver qué sabían de Uruguay y Forlán era la única
respuesta. Yo les decía “¿Pero conocés a Jorge Drexler?” y ellos me decían “¿Pero
no es argentino?”, “¿Y Galeano?”, “Ah, a Galeano nunca me puse a pensar de
dónde era”. No asocian a nada con Uruguay más que con Forlán. Y todo esto en
España. Entonces se quedaban con más ganas de conocer a Uruguay y ese era más o
menos mi objetivo. Era injusto que la gente pensara en carnaval en términos
exclusivos de Brasil.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">¿Cuánto
das para que los argentinos empiecen a decir que la murga no es argentina, sino
rioplatense?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">No, yo creo que es uruguaya. No, sería muy de hijos
de puta robarles también la murga.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">¿Tenés
alguna murga favorita en sí misma?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">No. Depende del año. Creo que todavía no desarrollé
ese fanatismo que tiene mucha gente de seguir a una murga todos los años. Soy
más crítica. Hay murgas que un año las veo y me encantan y hay otras que no.
Por suerte tengo eso, espero no perderlo. Cuando alguien empieza a escuchar a
una murga porque sí y te hacen un chiste y te reís porque es tu murga ya perdés
algo. Está bueno ver cada espectáculo como un espectáculo nuevo sin tener el
preconcepto de “me río de este chiste porque el año pasado me hizo reír”. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Hubo
un tema en particular que partió la murga que fue cuando ganó el Frente, en
donde de golpe se empieza a definir un oficialismo y no oficialismo en la
murga.<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sí, eso lo tratamos un poco en la película. Está
bueno ver el rol de la murga con los cambios políticos y sociales, es un
reflejo de lo que pasa en la sociedad. En una parte Raúl Castro [letrista,
director general y productor de la Falta y Resto] dice que últimamente la gente
criticaba a las murgas porque las murgas no criticaban lo suficiente, pero él
decía una frase que es al revés, “miren a un gobierno por cómo están las
murgas”. Si no hay tanta crítica es porque hay esperanza. Yo creo que es verdad
eso. No es que se vuelven más blandas, sino que quizás es momento de parar un
poco, siempre va a haber cosas que están mal. Esta bueno que haya diferentes
tipos de murgas, murgas que dicen “las cosas están mejor, entonces vamos a
hacer un show para que se rían y se olviden del mundo” y otras que dicen “no,
nuestra misión es que todo siga mejorando siempre”. Está buenísimo que estén
esos dos estilos. Ayer estaba hablando con un amigo y me decía “no, porque a mí
Contrafarsa no me gusta, porque yo no tengo esas cosas tipo emotivas, para mí
la murga me tiene que divertir” y yo ahí le explicaba que hay tres grupitos de
espectadores de murga: están los que van porque quieren reírse sin parar,
entonces la presentación y la retirada no les importa porque no hace reír en
general; después están los que van a emocionarse, que esperan un coro muy
fuerte, con muchas voces juntas que les pegue el corazón y se pongan a llorar;
y finalmente están los que esperan encontrar crítica y palo para todos lados.
Eso me parece interesante, que un mismo género, de acuerdo a cómo se presente,
pueda producir esas tres cosas que las tres son muy válidas y muy fuertes:
reírte, emocionarte o enojarte. No hay ninguna más válida que la otra. Si juntás
las tres cosas sos “La” murga.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Vos
qué tipo de espectadora sos?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">A mí reírme no me interesa mucho. Obviamente me río,
pero no me parece fundamental. Yo soy más de las otras dos: de la parte de
crítica y una buena retirada me parece fundamental. A mí lo que también me pasa
es que en ciertas murgas hay cupleteros que hacen reír porque aparecen, por eso
que te decía de la predisposición. Son muy conocidos, el tipo dice una frase y
la gente estalla de risa y yo no quedo medio descolocada. Pero claro, la gente
se ríe porque es un personaje que conocen de mucho más tiempo. Son tipos que
tienen una trayectoria que con su cara ya está. Ahí es que me doy cuenta de que
no pertenezco, de que no soy uruguaya y no crecí acá.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Igual,
después de tantas vueltas terminaste viniéndote a venir acá…<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Bueno, creo que fue la consecuencia inevitable. Fue
algo gracioso porque yo sabía mucho sobre Uruguay y me enteraba de muchas
cosas, pero nunca había estado en Uruguay. La primera vez fue el año pasado
para filmar la película. Era gracioso porque me hicieron algunas entrevistas de
radio antes de venir y yo hablaba del Teatro de verano, del Velódromo y una vez
un periodista me pregunta “y vos qué años estuviste?”. Y al responderle que
nunca estuve en uruguay me preguntó “y cómo haces para hablar de todo esto?” … Y
nada, vine y me encantó, me gustó todo lo que tiene que ver a Montevideo. Volví
a Madrid luego de haber filmado ya con la idea de quedarme a vivir acá. Y en
enero de este año volví y me instalé acá.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-85247652553061481122013-05-23T12:16:00.001-07:002013-05-23T12:16:03.303-07:00Tabu (Manuel Gomes, 2013)<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/834/tabuz.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img834.imageshack.us/img834/4673/tabuz.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
ojo del cocodrilo<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Tabú es una palabra de origen polinesio, cuya
etimología proviene de la conjunción de “ta” (tocar) y “pu” (no). En su
concepción original, el término demarcaba un terreno de lo prohibido,
generalmente remitiéndose no sólo a prácticas (el antecesor más directo a las
normas sociales), sino también a ciertos objetos, lugares y palabras. De esta
forma, la función del tabú era doble: de la misma manera que define lo
prohibido, también erigía un terreno de lo sagrado (dos continentes separados
por un océano de aguas oscuras).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En esa misma noción la imaginería de Manuel Gomes no
puede ser más perspicaz: ¿qué otro animal que el cocodrilo, con su hocico apenas
sobresaliendo de la superficie del agua, puede ilustrar mejor la naturaleza del
tabú, aquello que en su misma prohibición abre nuestro deseo, aguardando al
momento en que nos acerquemos demasiado a la orilla y nos arrastre a las
profundidades como a un impávido antílope? Y al mismo tiempo, ¿qué otro animal
que el cocodrilo, con su piel dura y su paciencia mineral, con sus ojos que
parecen querer devorarlo todo, para corporizar aquello que nunca muere, que se
eternifica sin envejecer ni rendirse? Precisamente, si hay algo que caracteriza
a los tabús –los verdaderos, los más duros- eso es su práctica inmutabilidad,
su persistencia sauria, su repliegue dentro de toda práctica social, desde las
más antiguas a las más actuales.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">De este tabú habla la última película de Manuel
Gomes, que no casualmente comparte título con la famosa obra casi póstuma de Robert
J. Flaherty y Friedrich Murnau (el maestro del cine expresionista alemán
moriría en un bochornoso accidente automovilístico rumbo a la premiere de aquel
film). Partiendo de un corto y hermoso prólogo en el que se cuenta la historia
de un hombre que tras ver el fantasma de su esposa recientemente fallecida se
entrega a las fauces de un cocodrilo (en el que termina convirtiéndose, para
acompañar al espíritu de su amada por el resto de los tiempos) <i>Tabú</i> se divide en dos partes que invierten
el orden original de la obra del director alemán. “El paraíso perdido” ocurre
en Lisboa, en tiempos actuales, donde Pilar (Teresa Madruga), una señora que intenta
palear sus soledad consustanciándose con causas humanitarias, intenta ayudar a
Aurora (Laura Soveral) una anciana coqueta pero algo desvariante que se dedica
a perder lo poco que le queda de plata en el casino. El errático y caprichoso
comportamiento de la señora es prolegómeno para su repentina muerte, en cuyo
lecho pide por la visita de un hombre que no logrará llegar a tiempo, pero que
una vez encontrado narra el pasado y su vínculo con la difunta, abriendo la
segunda parte del film. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Titulada “El paraíso”, esta segunda mitad pega un
volantazo estilístico, en el que, pese a mantener el blanco y negro de la
primera parte incorpora un lenguaje cinematográfico más propio del cine mudo
–permitiéndose el uso de efectos y sonido ambiente, pero enmudeciendo a los
parlamentos de los personajes-, diferente al estilo más realista y árido con el
que se filmaba el acontecer de Pilar. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La historia es conocida y ha sido escrita y
reescrita incontables veces: un prohibido romance entre la joven Aurora (Ana
Moreira) y Giovanni Ventura (Carloto Cotta), enmarcado en la salvaje belleza de
Africa. Un sinfín de novelas rosa han sido escritas con la misma fórmula y no
hay nada que, en términos estrictamente argumentales, nos hagan pensar que <i>Tabú </i>se aparte demasiado de estos
precedentes. Sin embargo, hay algo en la forma en que tiene Miguel Gomes de
contarlo, en la pasión puntillosa del <i>voiceover</i>
de Ventura, en los detalles aledaños a la trama, que vuelve a esta segunda
parte algo distinto. Justamente es en estas narraciones accesorias donde <i>Tabú </i>parece recrearse míticamente,
proponiendo causalidades históricas alternativas (el chispazo que dio comienzo
de la guerra colonialista contra el imperio portugués se debió a un asunto
amoroso encubierto), presentando a personajes excéntricos (el hijo loco
aficionado al boxeo francés, el padre alcohólico que juega a la ruleta rusa
todos los fines de año) y desplegando mitologías paralelas (la formación de una
banda musical creada por colonos, que más tarde sería objeto de culto por
coleccionistas y melómanos expertos –quizás en referencia indirecta a Les
surfs, mítica banda de Madagascar que suena en el soundtrack, con un cover en
español de “Be my baby”, de The Ronettes).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En este entusiasmo narrativo de quien cuenta una
historia porque puede contarla, <i>Tabú</i>
tiene mucho de <i>Historias extraordinarias</i>
(donde tampoco importaba que las historias de Mariano Llinás sonaran cursis o
ya conocidas), así como también de Guy Maddin (más que nada en la creación y
deconstrucción de mitologías a gusto del propio autor), siendo esto posiblemente
el corazón que bombea y justifica el desarrollo de la trama. Poco importa la
veracidad de los hechos, el desbalance entre la primera parte o la segunda, o
el hecho de que cueste asociar a la Aurora joven de la vieja; lo único que
importa son las historias y en este retorno a la textura de lo narrativo –aún
cuando lo narrativo se erige sin soporte de los personajes, volviéndose
historia en sí- se encuentra el mayor logro de Gomes. En un cine que parece
haber llegado a su punto de agotamiento, donde se vuelven a refritar viejas
películas e ideas como única alternativa, Gomes vuelve a las bases del cine
mudo (donde todo parecía crearse de la nada) pareciendo señalar de que siempre
hay nuevas historias, aún cuando son las mismas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Finalmente, más allá de este placer de lo narrativo
encerrado en sí mismo, <i>Tabú</i> es una
película sobre el colonialismo, justamente en ese aspecto donde el colonialismo
parece ser fondo y no figura. La Aurora vieja dice que tiene las manos llenas
de sangre y teme por las brujerías de su cuidadora, de las que cree ser objeto.
Este miedo motivado por la culpa parece muy indirecta al asunto del tórrido
romance, pero uno pronto se da cuenta (al menos desde la óptica del film) de
que ella tiene tanta responsabilidad de los miles de muertos en la guerra como
Gavrilo Princip (quien mató al archiduque Francisco Fernando) de los millones
de caídos en la segunda guerra mundial. La misma culpa que siente
disipadamente Pilar, tratando de
palearla yendo a demostraciones públicas casi coreografeadas (uno de los
momentos auténticamente absurdos del film), que no es otra que la culpa de un
pecado original, que no se puede tapar por más tierra que se le arroje. Este
tabú, ese lugar al que no se debe ir, ese objeto que no se puede tocar, esa palabra
que no se puede siquiera mencionar, es la misma a la que prometen no remitirse en
su carta los dos amantes. Es el cocodrilo, un trozo de Africa que parece no
estar, pero sigue ahí, camuflado entre los troncos y los helechos, mirando con
su ojo insomne, paciente, como el fantasma del comienzo.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-90201798252911156942013-05-23T12:12:00.002-07:002013-05-23T12:12:41.265-07:00Entrevista a Leticia Jorge y Ana Guevara<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/27/f01p1220130509if012arti.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img27.imageshack.us/img27/9199/f01p1220130509if012arti.jpg" /></a><br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Recuerdos
de un venado de plástico<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Luego de un exitoso estreno en festivales como la
Berlinale, el BAFICI y el Festival de cine de Guadalajara, hoy se estrena en
salas montevideanas <i>Tanta Agua</i>,
primer largometraje de Ana Guevara y Leticia Jorge, un film con fuerte peso
generacional, sobre un padre y sus dos hijos que deciden pasar unas mini
vacaciones en las termas del Arapey, para terminar encontrándose encerrados,
sin mucho que hacer, en un entorno donde nunca termina de llover.<b><o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En
sus anteriores cortos, <i>Corredores de
verano</i> y <i>El cuarto del fondo</i> el
tema de la adolescencia era recurrente ¿Hay algún motivo específico que las
haga a ustedes volver a allá en Tanta Agua?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Mira, en realidad con <i>El cuarto del fondo
</i>fue algo que con Anita estábamos escribiendo sobre unos personajes
secundarios y otro guión que nunca terminamos y como que ahí el cuelgue que
teníamos era, más que con la adolescencia, con la navidad y la casa de los
abuelos. Algo que lo encarnamos en esa nena, en Sol, esa noche. Lo que más
queríamos contar en ese corto era una sensación. De hecho, la locación principal
es la casa de mi abuela y si yo lo pienso, la casa de mi abuela ya no es la
casa de mi abuela. Me gusta haber filmado ahí, que eso haya quedado
inmortalizado. El segundo corto en realidad es mucho más un cuento, no es tanto
una sensación. Teníamos un guión que nos gustaba, teníamos ganas de filmar tres personajes,
porque también era un poco una prueba de lenguaje que teníamos para hacer y que
no tuviera diálogos era un poco un desafío, contarlo con los planos y que ellos
no hablen. Entonces, el segundo corto tuvo una génesis muy distinta. No había,
a diferencia de <i>El cuarto del fondo</i>,
un trasfondo en los personajes, algo que había ocurrido algo con ellos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">:
<i>Corredores de verano</i> fue aparte un
momento importante de nosotras, eso de decir “podemos trabajar juntas de
vuelta”. <i>El cuarto del fondo</i> fue un
cacho caótico, éramos re inexperientes, se nos fue un poco de las manos. Tratamos
de ser cuidadosas, habíamos ensayado mucho, pero en el rodaje no supimos
planificar muy bien. En corredores de verano fue distinto, nos sentimos muy
profesionales en cómo lo producimos, cómo encaramos las horas de trabajo, en
nosotras enfrentándonos en nuestras
horas de trabajo, en donde lo importante es lo que se está filmando y no vos.
Fue el momento en que empezamos a ser conscientes de que estábamos trabajando
juntas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">¿Y
cómo fue ese proceso de empezar a pensarse como una dupla?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Porque empezamos a escribir juntas. En el momento que estás escribiendo
comienzan a aparecer imágenes y comenzás a especular en cómo vas a filmar,
sobre cómo vas a plantearte todo ese trabajo y creo que la decisión de hacer
esto fue después de haberlo empezado a hacer. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Nosotras trabajamos juntas pero no todos los procesos son iguales. Es muy
infantil lo que voy a decir, pero yo ya sabía que iba a hacer una película. No
sabía qué película iba a ser, ni cuándo la iba a poder filmar, pero sabía que
eso era lo que quería hacer. Después del primer corto nos preguntábamos si
íbamos a volver a hacer otra cosa juntas. Creo que lo más importante de <i>Corredores </i>es que nos divertimos mucho
más haciéndolo. Aprendimos a poner la energía donde tenía que estar y <i>Tanta agua</i> posiblemente sea el rodaje en el que más nos divertimos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Fue el rodaje más lindo que fui en toda mi vida, y eso que estaba salado, porque
sos director y no importa después, la culpa es toda tuya. Las decisiones son
tuyas, defendés una cosa y la llevás hasta el final. Y creo que en ese sentido
ser dos sirve mucho más para repartirse la carga.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">LJ: Es como que necesitás encontrar un método de
trabajo. La manera en que preparás ciertas tomas tiene que ver con lo más
relacionado a dirección, pero también con cómo administrás la energía a los
demás, el clima que se respira, en fin, requiere mucho tiempo con mucha gente. Dirigir juntos no es nado sincronizado. A
veces no estamos de acuerdo y a veces nos damos espacio. Eso es re importante,
no sentir que tenés que estar todo el tiempo de acuerdo y charlando. Porque los
procesos son largos y son cansadores y son exigentes.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
película se la dedican a sus padres y en cierto punto hay una fuerte impronta
de recuerdos de la adolescencia ¿A ustedes les tocó ir a las Termas del Arapey?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Creo que debo haber ido a todas las termas, Anita no sé.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Fui de muy chiquita, fui solo una vez y me agarré conjuntivitis. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Lo que pasa es que tengo familia en Salto, entonces a veces íbamos ahí, pero a
mi padre no le gustan las termas. Eso de las termas era más por una cosa que a
Leti le pasó con su papá y era un buen
contexto, un lugar bien lindo para filmar. Era “qué bueno filmar en la termas,
ese lugar increíble, que está lleno de viejos y qué lugar de mierda para ir de
vacaciones”. Todo eso se fue transformando y dejó de tener peso el lugar en sí.
Podría ser un balneario, podría ser Parque del Plata. Por suerte fue como para
ese lado y no es un montón de imágenes de las termas. Es una película sobre
gente. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En
las producciones más conocidas del cine uruguayo hay como una fascinación por
las locaciones ancladas en el tiempo, con el Argentino Hotel en <i>Whisky</i>, o Jaureguiberry en <i>Flacas Vacas</i>.<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Lo que comparten esas películas es que son personajes de clase media, es como
que en Uruguay los lugares para ir de la
clase media son todo así. No es muy pro Uruguay en eso.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Igual, me pasa que el otro día unos amigos me decían “yo veo la película, veo
las termas, veo el agua y se ve tan linda que me dan ganas de ir”. Depende cómo
lo vivas, a mí me encanta ir. A mis viejos les encanta. Nosotros teníamos un
cuelgue un poco plástico que tenía que ver con el anclaje en el tiempo, pero
también con el tema de la piscina, la lluvia, el humito. Y después nos pasó
que teníamos que encontrar un lugar que
funcionara y que no se comiera la historia. En todos los años que estuvimos
escribiendo el guión y sacando fotos fue la novelería absoluta, vos ibas y
había carritos de jugo de naranja que tenían forma de naranja. Uno ve eso y le
vienen ganas de que esté todo en la película.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lo
que se ve es que ustedes tienen un particular gusto con el plano detalle y
aislar una imagen que resume muchas cosas<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Ahí hay una intención de contar a los personajes a través de las cosas. Los
personajes en <i>Tanta agua</i> no hablan
sobre sí mismos demasiado. No es obvio quiénes son. Hay una intención de hablar
sobre ellos mostrando cosas que hacen y sí, después hay un cuelgue con el plano
detalle. Y eso que sacamos la mitad de todos los que filmamos...<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Cada
personaje tiene un objeto medio distintivo, como el detalle del lápiz con
bracitos.<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Esas cosas se fueron dando. En una fuimos a Salto con un regalo que era unas
lapiceras, y esa era la de Joaquín. Ta, empezamos a ensayar con la lapicera y
se terminó incorporando al rodaje. No era que en el guión él tenía una
lapicera, que estuviera todo eso escrito. Fueron como cosas que fueron
entrando, como las caravanitas de Malú, que las trajo ella.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">¿El
venado fue también casualidad?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
El venado está desde el principio de todo<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:
</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Yo
lo voy a decir: mi tía tenía en la casa una pared que eran relojes como
distintos souvenires del mundo y en el medio un venado de plástico que decía
Bariloche. Yo fui una navidad a su casa e hice un videíto hace muchos años y
después siempre me acordé del venado. De hecho, cuando empezamos a hacer la
película yo la llamé para ver si lo tenía y me dijo que se le había roto, que
no encontraba un cuerno.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
De hecho, terminamos comprándo por Amazon al venado. A nuestra directora de
arte no le gustaba nada, decía que sobreactuaba. No va tanto con el naturalismo
que quizás uno pensaba hacer la película, pero era un chiste que valía la pena.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Es
curioso, porque todo el mundo habla de naturalismo en el cine uruguayo, pero yo
no noto mucho eso<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Es naturalista en las actuaciones, pero no es naturalista el cuento, no es
realismo crudo. Yo estuve pensando sobre eso en este tema de dar entrevistas,
creo que es que el registro tenía que ser natural, ser muy verosímil, y dar con
actores que fueran así era muy importante para que vos entres en la película y
vivas con ellos, pero no porque la película sea en sí realista.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
película mantiene un diálogo bastante curioso con Tres, tiene esos detallecitos
bastante particulares, pero también es una historia bastante similar, en lo que
respecta a la relación del padre con su hija. ¿Hubo un diálogo con esa
película?<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
En realidad el guión se había escrito hace muchos años, en el 2006. En todo
caso, ahí entra el tema de cómo uno como espectador asocia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Yo
pensaba por el lado de Control Z, que terminó por convertirse en algo más que
una productora. Algo más como una insignia.<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Una editorial, decimos a veces. Yo en realidad no me doy mucho cuenta. Es un
papá y una hija, están ausentes, pero creo que pasan por otro lado.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Lo que pasó con Tanta agua en ese sentido es que Anita, Agustina [Chiarino,
productora ejecutiva] y yo armamos ese proyecto con la plataforma de Control Z,
pero con otro equipo. La directora de fotografía es María Secco, trabajamos con
otro editor, el hecho de que Fernando no es el productor… eso le dio otra
impronta y en realidad a la hora de filmar la película no manejamos ningún referente
concreto. No fue un diálogo de manera consciente con casi ninguna otra
película. De hecho, nosotros teníamos muchos apriorismos de “esto lo vamos a
hacer así, esto lo vamos a hacer asá” y después al estar en la locación es
“esto se va a filmar así porque ya va para allá”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Pero igual, las películas de Control Z a nosotras nos gustan. Control Z fue un
momento muy importante para gente que estaba tratando de hacer una película,
con unos pibes que lo hicieron y les fue bien.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
agua no sólo parece algo funcional a la trama, hay algo metafórico que se puede
ver, no sólo en la lluvia, sino en las piscinas vacías que comienzan a ser
llenadas, o en el balde para limpiar los zapatos.<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Es una metáfora para quien la quiera ver, para nosotros es un recurso<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Es lo que tiene de hablar con personas que vieron la película, ves cosas que no
hiciste muy conscientemente. En la película la lluvia es un recurso estético,
es un recurso de guión. Nosotras queríamos que esas vacaciones se arruinaran,
que estuvieran en un lugar donde no hay mucha cosa que hacer y donde tuvieran
que pasar mucho tiempo juntos. Después, tenés tres personajes donde todo lo que
hay para hacer tiene agua, rodeados de lluvia, yendo a un río. O sea, en la
película cobra un protagonismo, pero que tiene que ver con la adolescencia, con
eso de estar inundados y estar saturados, como en el afiche. El agua que te
sobrepasa y no sabés cómo enfrentarlo. Entonces sí, el agua a nivel metafórico
se puede ver, pero ahí ya estamos a un nivel de análisis de texto.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Hay
algo generacional que tiene la película, es algo extraño, porque si bien es una
película actual, funciona de una manera diferente con determinada generación<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Bueno, en realidad no era inscribirla en un período de tiempo. De hecho,
luchamos un poco para salir de esas cosas para que no distrajera de la trama
mucho. Pero tampoco le dimos mucha bola, no hicimos una exploración de qué hace
un adolescente de ahora.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Es medio revisionista, puede ser, va más por ese lado que por una intención estética.
Es una observación más autorreferencial aunque no sea autobiográfica, que tiene
que ver con nuestro pasaje por la adolescencia en los noventa. Hay gente que se
cuelga mucho con sus detalles de la juventud. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Espero que a toda la gente le guste, pero más allá de que sea una película con
adolescentes, no creo que sea tanto una película para adolescentes. Es más una
película para gente que recuerda su adolescencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">AG:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Bueno, justo antes veníamos hablando de los chicles Bazooka y ahora estamos
sentados en el bar que yo venía con mi padre del club todos los sábados a los
catorce años. Todos los sábados, a las ocho de la mañana. El premio era
capuchino con medialunas<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LJ:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">
Qué rico. Qué lindo tu papá, ¿ves?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">AG:</span></span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">
¿Ves? Por eso le dedicamos la película. A él y al tuyo.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-69999001770123152662013-05-23T12:08:00.001-07:002013-05-23T12:08:08.385-07:00Entrevista a Sergio Rojas<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/593/sergiorojas1.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img593.imageshack.us/img593/4720/sergiorojas1.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El
último hombre<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sergio Rojas, Doctor en Literatura y Director de
Investigación de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile llegó a
nuestros territorios con motivo de presentar su libro <i>El arte agotado</i> y dar una serie de charlas académicas, entre las
que se incluyen una mesa de discusión en el Espacio de Arte Contemporáneo, este
viernes a las 19hs. Aprovechando su visita, tuvimos una larga charla en la cual
discutimos algunos de los puntos clave del acontecer artístico actual. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
tu nuevo libro vos señalás que no vas a trabajar desde la historia del arte,
sino desde la idea del fin de la representación, criticando a su manera también
el fin de la subjetividad ¿como pensás esto con respecto a lo que plantea Danto
con respecto a que la historia del arte no puede ser contada desde la historia
de las estéticas?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Yo creo que el fin de las narrativas se puede
entender a través de la distinción que él hace entre uso y mención, señalando
que lo que hace el arte hoy, más que usar los recursos, es mencionarlos. Eso es
el fin de la narrativa. Igual, en el fin de la narrativa no quiere decir que la
narrativa se quede atrás y el arte sigua siendo otra cosa, el fin de la
narrativa es eso que ocurre allí donde el arte menciona a los recursos, esa
narrativa está allí. Tenemos minimalismo, objetualismo, en la literatura
tenemos a Beckett, pero lo que uno espera cuando ve a estos autores es una
historia. Sólo un espectador que espera ver algo puede ser desestabilizado por
una pintura que se reflexiona a sí misma. Ese espectador que ya está sobre aviso, que dice “ya sé que el
arte ya no significa, que no relata nada”, a ese espectador no le pasa nada, ya
no tiene ninguna relación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ahí
entramos en el cinismo en el arte…<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Absolutamente. Es una figura con la cual tienen que
lidiar hoy día las artes contemporáneas, con este espectador, lector, auditor
cínico, que viene de vuelta, que ya ha sido iniciado en las prácticas del
nihilismo, del escepticismo… es la gran paradoja, porque eso es lo que el arte
quería producir, una dosis importante de escepticismo, y hoy el escepticismo está
instalado como sentido común. Entonces,
¿qué pasa hoy en día con el arte? Ese es el contexto del arte agotado.
El problema de las artes hoy día es que el espectador es excesivamente lúcido.
Este espectador hoy dice “sólo hay representaciones”, eso que el arte le quería
enseñar, que no estás frente a la realidad misma, sino frente a una
representación, hoy es sentido común. Entonces, ¿cuál sería el trabajo de las
artes? Recuperar la referencialidad de su lenguaje. Es decir, el artista que
dice “lo que yo quiero enseñar, lo que yo quiero mostrar es que sólo hay
representaciones” no tiene nada que hacer, porque eso el espectador ya lo sabe,
todo el mundo lo sabe. Eso es parte del cinismo. ¿Qué es lo que tendrían que
hacer las artes? Restituir la relación del lenguaje con algo. Ahí en donde una
de las posibilidades es el neobarroco a partir de la intensidad visual de la
escritura, incluso desde artes visuales, ahí donde el lenguaje genera una
visión, pero es una visión imposible. Es un arte o una literatura que genera
deseos de ver. No te entrego la visión, sino que administro la visualidad o la
audición de tal manera que genera un deseo de ver que no se cumple.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Sería
como desandar el camino del arte conceptual en ese punto?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Creo que no se puede desandar. Yo creo que esto
solamente es posible porque el arte conceptual llegó al límite de sus
posibilidades y se agotó. Ese es el lugar extraño que tiene Clement Greenberg, que
es el gran teórico del arte abstracto y, por otro lado, es el gran desmentido: cuando
el anuncia en los cincuenta que la pintura va a concentrarse cada vez más en sí
misma, el capítulo siguiente en esta gran historia es el arte pop, o sea el
cuadro que estalla, que se deja invadir por toda la realidad. Uno puede decir
que Greenberg fue desmentido, pero fue desmentido con honores. El arte pop, o
el neobarroco es algo que no podría existir, haber comenzado, sin que esa
historia previa se hubiese agotado. Por ejemplo, en la narrativa, Severo Sarduy,
el cubano, cuando en Cobra habla de un sujeto que se había tatuado en los
testículos la totalidad de los nombres de los agentes de la KGB repartidos en
el mundo, eso lo que está presentando es una imagen, pero una imagen imposible
de ver. Yo no me puedo imaginar eso, pero genera la expectativa de verlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No
creés que lo que hizo Warhol sería llevar el cinismo a un paroxismo absoluto?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sí, en ese sentido está la tesis de Al Foster,
cuando dice “la gran obra de Warhol es Warhol”. Ante la crítica de Roland Barthes
cuando dice “el pop a diferencia de las otras vanguardias tiene cero grado
crítico, es un cómplice, es un colaborador con el mercado”, Foster dice “ojo,
tengamos cuidado con eso porque no es que Warhol haya estado seducido por el
mercado, el personaje que Warhol inventó es el seducido”. El mercado es una
realidad no humana, genera una escala de goce no humana. Nadie puede gozar todo
eso sin ser aniquilado como sujeto. Warhol inventa a un sujeto que es capaz de
gozar todo eso, pero no él, él está detrás manipulando esto. Warhol instala la
diferencia entre el artista y el sujeto empírico. El artista se fue con la obra
y quedó el sujeto empírico, que no sabe mucho qué decir, o que dice demasiado,
o cobra los derechos, pero ya nada tiene que ver con el autor. Un hito es
Sleep, el sujeto filmado durmiendo. Cuando le preguntan a Warhol cómo se le
ocurrió eso, él dice “se me ocurrió porque era muy fácil, sólo era cuestión de
poner la cámara en el lugar adecuado y hacerla funcionar”. Uno piensa que una
explicación tan idiota como esa no puede ser el fundamento de un hito en las
artes visuales contemporáneas, pero Warhol necesita inventar un sujeto que es
capaz de ese grado de cinismo. Pero eso es difícil de controlar en qué momento
el cinismo se convierte en una actitud de vida (lo que es un fracaso total) o el cinismo es
parte del sujeto que lo inventa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Dónde
decís que se da ese quiebre?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La pregunta implica en qué momento, planteándolo en
términos hegelianos, empieza la falsa conciencia. En qué momento el sujeto
tiene que empezar a elaborar representaciones de lo real, no para representarse
lo real, sino para olvidar, reprimir ese coeficiente de negatividad que lo real
ya está operando. Yo creo que tiene que ver con momentos muy concretos. Por
ejemplo, en esa ficción de la historia universal, la Revolución Industrial. La Revolución
Industrial es un acontecimiento en el pensamiento precisamente porque ella no
es un pensamiento, no es una idea, no es un libro. Entonces todos los códigos
de interpretación existentes hasta ese momento quedan completamente out,
producto no de una nueva teoría, sino de algo que ha ocurrido. Otros sumarían a
esto las guerras mundiales y así sucesivamente. Son esos hitos que generan conflictos
inéditos, en tanto los códigos que rigen a la subjetividad quedan totalmente
desbordados, pero uno no puede deshacerse de los códigos como quien se cambia
de ropa. Los códigos siguen allí, pero uno sabe que ya no funcionan. Es como
seguir soñando, aún cuando ya te diste cuenta que estás un sueño. Es lo que
Nietzsche llama “el último hombre”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pero
eso está dado por una imposibilidad de simbolizar determinados acontecimientos<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Sí, pero en ese mismo sentido, la naturaleza del
acontecimiento se diversifica. Para algunos el acontecimiento fundamental es la
caída del muro de Berlín. Es un acontecimiento simbólico, pero en realidad el
acontecimiento es la crisis de la economía de los países del Este. Tú no te
puedes hacer una representación de eso, pero sí puedes hacerte una
representación de la caída del muro de Berlín. Es como pensar que la Revolución
Francesa comienza con la toma de la Bastilla; eso es el cuerpo simbólico. Y ahí
viene la ilusión de las Torres Gemelas,
y al orden económico mundial se le superpone el orden policial. Incluso la
paradoja de que vivimos en un mundo globalizado, pero nunca fue más difícil
cruzar una frontera. Pero además están nuestras historias, las dictaduras,
nuestros golpes de Estado. A diferentes escalas de experiencia, constituyen
también ese acontecimiento. ¿Qué es lo que hace posible el arte contemporáneo
en mi territorio? El arte contemporáneo
en mi territorio está dado por la dictadura. No está dado por una puesta al día
respecto a la historia del arte que se estaba escribiendo en el norte o en
Europa. Eso ya estaba y llegaba, pero de pronto algo ocurre, que ya no es
posible trabajar de esa manera<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Qué
es lo que cambia específicamente?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En Chile hay un período de representación muy
fuerte, donde la condición de existencia cotidiana, política, es la
representación. Eso es específicamente durante el gobierno popular de Allende.
Durante esos tres años todo es representación. Hoy día alguien podría decir
“sí, todo es representación”, pero cuando alguien hoy día dice “todo es
representación”, en realidad está diciendo “todo es sólo representación”. En
ese momento todo se jugaba en la representación, en los partidos políticos, en
las políticas culturales… Entonces la representación era un campo de batalla.
Viene el golpe militar y lo que pone en manifiesto (al menos desde mi lectura)
es que el orden de nuestra escala no estaba dada por el concepto de nación,
sino por la globalización del capital. Eso genera dos lecturas ¿Quién da el
golpe militar? La derecha, con el ejército como instrumento. Pero alguien
tomando un poco más de distancia se da cuenta de que quien da el golpe es el
capital transnacional. Entonces, de pronto todas estas representaciones
intensas, densas, en cosa de meses parecen parte de un pasado, la ficción se
rompió y apareció una realidad que ya no puede ser representable, porque todas
las representaciones quedaron con eso, porque nadie puede representar el
capital transnacional. Como dice Baudrillard, “¿qué es la IBM?” Nadie puede
explicarlo, representarlo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿No
creés que el discurso del arte y la sociedad van a velocidades desfasadas?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Yo creo que ahí se dan dos cosas. Efectivamente hay
que hacerse cargo de esa percepción. El arte está en una especie de burbuja. La
burbuja tiene dos pilares: uno de los pilares es el mercado. Efectivamente el
mercado del arte es una burbuja dentro del mercado, porque es una burbuja que
resulta indemne a las grandes crisis. Cuando se avisora una crisis, lo mejor es
invertir en arte. Algo ocurre con esa burbuja, genera relaciones de consumo. Y
el otro pilar es justamente la crítica, una crítica muchas veces especializada,
sofisticada, con muchas referencias. Yo diría, en términos gruesos, para no ser
cínico, que eso es bueno. Bueno, a lo mejor eso es más cínico [risas]. Me
refiero a que esa crítica demasiado sofisticada genera a veces una distancia,
aleja al gran público del arte, y yo creo que eso es bueno. Las artes
contemporáneas son una realidad elitista, y yo creo que está bien que sea
elitista, porque la otra alternativa es el mercado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En
nuestro país, por ejemplo, las políticas culturales actuales tienen como slogan
la “cultura para todos” ¿Cómo se relaciona eso con lo que planteás acá? Porque
también ahí se da un problema que es la educación del gusto y la educación en
artes. Una cultura para todos y una cultura inaccesible en entendimiento
básico.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Yo creo que es bueno que la gente sienta que hay
cosas que no entiende. Lo que es malo es que la gente piensa que hay cosas que
no son capaces de entender. Cuando alguien va a escuchar algo sobre arte
contemporáneo y lee el texto y no entiende, se enoja. Ahora, cuando esa misma
persona lee un texto de ciencias básicas no se enoja si no entiende. Dice
“bueno, me equivoqué, no soy el destinatario”. Pero de arte sí se enoja.
Entonces se maneja una noción del arte como algo que debiera de poder
entenderse y si no se entiende es porque hay una cosa impostada. La gente se
enoja de que no puede entender, como si entendiera todo excepto el arte.
Entonces lo que hace el arte es justamente devolver el entendimiento a su
estado de no entender, y eso es una gran cosa. Yo no entiendo nada de fútbol,
porque no me entusiasma, pero cuando escucho a amigos hablar de fútbol quedo
completamente fuera. Digo “bueno, eso es una conversación elitista”, pero si a
mí me gustara el fútbol no es algo inaccesible, pero hay que hacer un trabajo.
Ahora las políticas de gobierno van en el sentido de aumentar las audiencias,
etc. Yo creo que cada uno a lo suyo, uno no puede pedirle a un ministerio de
cultura como si fuera una universidad. Yo creo que el concepto de arte agotado
que yo propongo se refiere entre otras cosas a la obra. Una de las cosas que
está visiblemente agotada es la obra como soporte del trabajo del artista.
Durante mucho tiempo era cosa de sentido común que la voluntad de arte era la
voluntad de obra, la voluntad de hacer obras de arte. Yo creo que hoy día los
artistas hacen algo así como obras, pero eso genera textos, discusiones, y todo
esto es parte del arte hoy día. Ya no es solamente la figura del artista que
hace una obra y que depende del galerista (aunque se da esa realidad). Nunca
hubo tantas posibilidades para ser artista.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">¿Y
con los asuntos de copyright e internet cómo ves la condición del artista en
este momento?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Yo creo que ese tipo de realidades vienen a
verificar la hipótesis que estamos discutiendo acá. ¿Cómo podría el artista
generar una representación cuando las representaciones están por todos lados?
El trabajo del fotógrafo cuando la fotografía está por todos lados, cuando no hay
donde dejar las fotografías ¿Qué significa hacer fotografía-arte en ese
contexto? No digo que no se puede hacer, lo que digo es que el artista que esté
trabajando en ese contexto tiene que plantearse esa pregunta ¿Qué significa
hacer narrativas hoy en día? Es la caída de los metarrelatos, pero no ha
existido como en este tiempo tanta gente escribiendo. Lo cual no significa que
todos sean artistas. Por lo tanto la tarea del artista se define no por hacer
algo, sino por reflexionar sobre ello. El año pasado asistía a una conferencia
de un curador de escenas de Louvre, en donde se exponían unos materiales muy
inquietantes del accionismo vienés, una cosa muy pesada. En la parte de las
preguntas, le pregunté al curador “¿cuál es la relación que tiene esto con el
mundo que estamos viviendo? porque es muy impactante, pero hoy día cualquier adolescente le dice a otro “¿supiste
del tipo que se tiró al tren?” y al rato dice “acá hay un video”. La realidad
pareciera superar mucho, aunque sea lo mismo, sólo que esto es real. ¿Cómo se
relacionan? ¿Lo parodia, es una ironía del arte? La reacción del entrevistado
fue la única posible, creo: no respondió la pregunta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Pensás
que el agotamiento es una condición necesaria para que ocurra algo nuevo?
Pensarlo así es bastante Hegeliano…<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A mí lo que me inquieta en realidad es lo que ese planteamiento
puede tener de heideggeriano. Si nos parece verosímil que estamos en un estado
de agotamiento, entonces uno se pregunta “y qué hacer?”. Si lo que está al cabo
de ese proceso es un nuevo inicio, queremos asistir a ese nuevo inicio,
entonces ¿Qué podemos hacer para colaborar? ¿Cómo colaborar con el agotamiento?
¿Podemos hacer que vaya más rápido? ¿Qué hay que hacer? Bueno, esa fue la
pregunta que hizo Heidegger, y su respuesta fue militar en el
nacionalsocialismo. Es por eso que las cosas no se pueden apurar. Becket
guardaba silencio, no porque no dijera lo que tenía que decir. Beckett, como
dice Cronin, guardaba silencio cuando no tenía nada que decir. Uno dice “eso es
obvio”, pero no es tan obvio, porque el 99% de la gente no lo hace. Las dos grandes
figuras del siglo XX, para unos de tradición analítica es Wittgenstein y para
otros es Heidegger. Para mí es Heidegger, y eso es lo inquietante. Que la
cumbre del pensamiento del siglo XX sea un nazi eso es inquietante, porque no
es accidental. Pero es inquietud, esa idea de “esto se está agotando, qué se
puede hacer? ¿Cómo transformamos esto en un saber que oriente mis conductas?”
Una vez en una discusión sobre esto un colega dijo “bueno, como todos sabemos,
el sujeto ha muerto”. Yo dije “bueno, sí todo el mundo lo sabe, todo el mundo
que está en esta sala, pero afuera el sujeto goza de buena salud. La diferencia
sujeto-objeto, todo aquello que damos por muerto, la realidad funciona con
estas categorías. El tema es lo que significa realizar las ideas: si Breton
hubiese querido realizar sus ideas, hubiese sido un fascista. Lo ponemos en las
antípodas del fascismo porque no intentó realizarlas. Sus diferencias con el
fascismo no están tan desde el punto de vista del contenido, sino en el hecho
de que no las pretendió realizar. Si cualquier artista, Kandinsky, lo que fuera,
hubiese querido transformar su ideología estética en política, el resultado es
fascismo. Las ideas están para inquietar, no para realizarse. Pero de pronto
hay alguien que las realiza.<o:p></o:p></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-39404598254565427402013-05-23T12:04:00.001-07:002013-05-23T12:04:19.177-07:00La delicadeza (David Foenkinos, 2011)<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/838/ladelicadeza2.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img838.imageshack.us/img838/3315/ladelicadeza2.jpg" /></a><br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No
es una forma de decir adiós<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Son inestimables los efectos que <i>Amélie</i> tuvo en la psiquis femenina -y
masculina- desde su estreno en 2001. Pelo corte carré, cerquillo desprolijo, vestiditos
rojos, leggings verde inglés, el embeleso ante todo lo bello del mundo
salpicado en pequeños detalles (la alegría de recoger piedritas y hacer sapito
en un estanque, el placer de meter la mano en una bolsa de lentejas), cierto
gusto por los <i>adorables</i> comics de
Liniers, cierto coqueteo inevitable con el infumable mundo de los clowns, las
fanáticas de <i>Amelié </i>se convirtieron
en una especie de versiones modelo siglo XXI de la Maga cortazariana, (una maga
extirpada de todo lo malo, de la violación en el conventillo
del Cerro, del bebé Rocamadour muerto ante los ojos de los integrantes del Club
de la Serpiente). <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Por supuesto, todo esto es una simplificación canalla,
pero aquel personaje interpretado por Audrey Tautou delineó uno de los
arquetipos cinematográficos femeninos más influyentes de la última década (de
hecho, en la industria estadounidense casi que forjó una categoría en sí misma
llamada la “Manic Pixie Girl”, término que refiere, siendo concisos, a esos
personajes femeninos un tanto chiflados, siempre super espontáneos y adorables <i>full time,</i> que asisten al protagonista
masculino en el reencuentro con su felicidad –ver: Zooey Deschanel). Es por esa
misma razón que cuando nos enteramos de una nueva película de Audrey Tautou,
sabemos que nos vamos a encontrar con: a) Adurey Tautou vistiendo ropa lindísima;
b) Audrey Tautou caminando por las calles de París; c) Audrey Tautou
sorprendiéndose, asustándose, o enojándose, pero siempre como si entre ella y
las cosas que le pasan hubiera un gruesísimo vidrio espejado. No es algo
necesariamente malo. De hecho, aquello mismo podría ser considerado el gran
acierto de carrera de la actriz francesa: el haber logrado adaptar un estilo
propio del cine mudo a las exigencias del cine actual y hacer de su cuerpo
flaco, casi esquelético, un estándar estético en sí mismo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La
delicadeza</span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> esperablemente apunta a lugares y recursos
similares, sólo que sumerge a Audrey Tatou (en la película, Nathalie Kerr), de
una forma curiosamente veloz e inesperada, al empedrado proceso de tener que
olvidar a un ser querido y lograr volver a amar. Casi en los primeros veinte
minutos, a fuerza de veloces elipsis, vemos a Nathalie enamorarse, casarse,
conseguir trabajo, enviudar y empezar a trabajar su duelo, teniendo que
rechazar casi sistemáticamente a su tesonero jefe del trabajo (una feminista
plantearía, con toda razón, la trivialización que hace el film del acoso
laboral que sufre la protagonista –y que muchísimas mujeres tienen que
enfrentar día a día-, pero este punto pertenece a una nota que no es esta). Es
en este proceso que Nathalie conoce a Markus (François Lundl), un compañero de
trabajo escandinavo no caracterizado por su belleza, su gracia, ni sus
habilidades sociales. Los dos actores, muy prestados a lo corporal, se
complementan en los tonos rojizos, onduleantes y delicados de los vestidos de
Tautou y el caqui o los pasteles de esa ropa que casi siempre parece quedarle
grande o bolsuda a Lundl. Más allá de estos hándicaps iniciales, pronto el
gigantesco sueco demuestra no sólo tener un gran corazón, sino ser una persona
atenta, tierna y divertida, demostrando que el amor siempre puede más
(extrañamente, conforme el film avanza, vamos dejándolo de encontrar feo, como
si nuestros ojos comenzaran a confundirse con los de Nathalie)<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Más allá de la descripción harta conocida de la trama,
contra todos los pronósticos François Lundl demuestra ser un gran acierto,
guardando en sus torpes acercamientos hacia Nathalie (por así decirlo, el
segundo tercio del film) la parte más auténticamente divertida de un film que,
haciéndole honor al estilo que ha marcado las comedias francesas de la última
década, siempre se refugia de cualquier sensación muy fuerte, muy dramática o
muy espontánea. Casi como si la “delicadeza” del título fuera el norte que
guiara la película, las risas no pueden ser demasiado descollantes, el dolor no
puede ser demasiado trágico y el amor no puede ser demasiado sexual (ni
demasiado cursi). Las parejas se mueren, pero “hey, así es la vida” y el amor
puede encontrarte a la vuelta de la esquina.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Curiosamente, en esta practicidad se oculta tanto el
punto flaco, como lo más interesante de la película. En el último tercio, donde
una vez superadas la renuencia melancólica de Nathalie y las torpezas de Markus
todo apunta a la consolidación final de la pareja, el film baja de intensidad, perdiendo
un poco el centro y dando rienda suelta a algunos clichés estéticos (las
múltiples Nathalies correteando en un antiguo jardín). Aún así, en este último
tramo en apariencia completamente prescindible, el film llega a una inesperada
y dolorosa verdad, que es el hecho de que las personas que uno ama son
continentes oscuros, custodiados por fantasmas que nunca lograremos conocer. En
otras palabras, que –citando a Leonard Cohen en la canción “Hey that’s not a
way to say goodbye”- nadie es nuevo, que todos hallamos un terreno y
construimos una guarida en el dolor inaprensible y lejano de nuestras parejas,
donde pasaron muchos otros antes que nosotros llegáramos. <o:p></o:p></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-74802120521822806562013-05-23T12:00:00.001-07:002013-05-23T12:00:59.131-07:00Tournée (Mathieu Amalric, 2010)<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/607/tourneew.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img607.imageshack.us/img607/5993/tourneew.jpg" /></a><br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
voluptuosidad de la vida<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El burlesque americano, con comienzos en el
victoriano siglo XIX, pero incorporando sus características más insignes en las
décadas previas a la crisis del 29’, forma parte de un pasado mítico de Estados
Unidos. Las plumas, los stilettos, la brillantina, las pestañas falsas, los
corsettes ajustados al borde de lo imposible, el descaro y la voluptuosidad de
las performers, todo forma parte de un patrimonio que, pese a haber atravesado
diversos picos y fondos, forma parte de una curiosa construcción histórica de
Norteamérica. En la retromanía actual –que se abre como un abanico, abarcando una
amplia gama de décadas para todos los gustos (desde el <i>hipismo chic </i>al estilo disco, pasando por el pelo batido y colores
flúor de los ochenta y el rescate irónico de los noventa)- no es sorprendente
que se vuelva sobre el rastro de los filosos tacones del burlesque, pero no
deja de ser curiosa su particular referencia a un tiempo que nunca existió (o
al menos en su más fastuosa voluptuosidad) más allá del escenario. Tal como las
<i>pin-up girls</i>, o como los géneros musicales
del <i>rockabilly</i> o <i>psychobilly</i>, más que un retorno a un pasado, es la reconstrucción
de un pasado que no existió en su materialidad, un pasado levantado sobre las
proyecciones del presente, lo que se perdió y queremos reencontrar en aquél.
Uno de los ejemplos más ilustrativos en este sentido es el <i>steampunk </i>victoriano, una estética y un género en sí mismo, en
donde se edifica la estética victoriana
desde una ucronía en donde las máquinas a vapor han prevalecido sobre al
sistema eléctrico que las superó en la historia. Un caso de un futuro
alternativo construido sobre un pasado reinventado.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El burlesque, por lo tanto, es un teatro armado
sobre proyecciones históricas, pero más que nada sobre la mirada del hombre de lo
que es una mujer. El <i>glamour</i>, la <i>extravaganza</i>, la imponencia de las
performers (de cuerpos exhuberantes realzados con maquillaje y vestuario), se
construyeron como una hipertrofia de aquel fantasma masculino de la mujer
sensual, pero es justamente en esta misma exageración, en este “en tu cara”,
que el mismo mensaje volvió en forma invertida, haciendo que justamente este
aferramiento a lo femenino en su más supurante radicalidad se fuera
convirtiendo, con el tiempo, en una reafirmación post-feminista (diferente al
más bien deprimente escenario de los <i>strip-clubs</i>
actuales, o incluso al teatro de revista argentino). No es casualidad, en este
punto, que justamente el burlesque sea uno de los géneros más defendidos y
redefinidos por el travestismo (en especial por las <i>drag queens</i>), que justamente se basan en una identificación masiva
(para nada ingenua) con lo femenino, una identificación elevada a su dimensión
política.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Es en esta tradición y en estas lógicas de sentido que
justamente se inscribe Tourneé, película de Mathieu Amalric (más conocido por
nosotros por su desempeño actoral, a pesar de tener varios trabajos como
director en su haber) que narra las peripecias de una troupe de starlets
americanas, que viajan a lo largo de la costa francesa, desplegando varios e
impactantes shows. Todos los integrantes trabajan dentro de la corriente de
neo-burlesque en la vida real, conservando sus nombres de escenario: Dirty
Martini, Mimi Le Meaux, Kitten on the keys, Julie Atlas Muz, Evie Lovelle y el
único performer masculino, Roky Roulette. Amalric encarna a Joachim Zand, el
productor del show, un ex presentador de televisión que vuelve a su país natal,
encontrándose con las cenizas de lo que fue: ex colegas enemistados, personas a
las que estafó, deudas, amenazas, amores rotos y dos hijos frente a los que no sabe ser padre (gloriosa es la incómoda
dubitación de Amalric en aquella escena en que el policía le pregunta la fecha
de nacimiento de su hijo mayor).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Curiosamente, a contramano de todos estos datos más
bien deprimentes, Tourneé es una película que desborda de vida, tal como las
carnes de las starlets atadas y tironeadas por las cuerdas y los vestidos. En
esta línea, el estilo documental con que parece iniciar el film parece ir cediendo
al efecto tempestuoso, impactante y emocional de actuaciones siempre al borde
de su paroxismo. Las chicas de la troupe gritan, patalean, se ríen en voz alta,
seducen y aman, por momentos entrando y saliendo de un drama de cine
independiente a una comedia slapstick en un abrir y cerrar de ojos. Casi
parecería, que en vez de un enfoque real a la vida del burlesque, la película
fuera convirtiéndose en un enfoque de burlesque a la vida real. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Quizás en esta línea, el primer nombre que salte a
colación es el de John Cassavetes, en ese cine lleno de emoción, que en su
búsqueda de intensidad le tuerce la muñeca al realismo, con esos trompos en los
que la trama se queda girando, atrapada de la fuerza centrífuga de las
explosivas actuaciones. Joachim Zand (no es redundante repetir la excelente
performance en la construcción del personaje) en sí mismo tiene mucho del
Robert Harmon de Love Streams, no sólo en esa indistinguible condición entre violencia
y ternura, sino también por la particular relación del protagonista con las
mujeres que la rodean en contraposición a su incapacidad de ser un verdadero
padre.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lo más interesante, el centro vital de Tourneé es
justamente esa dimensión de burlesque de la vida real, donde las mujeres, más
que ser un objeto a ser observado, fantaseado y codiciado, demuestran ser
personajes pasionales, que saben lo que quieren y que saben cómo conseguirlo,
con un compañerismo y una sexualidad que no está en negociación. Un mundo donde
no sólo las starlets, sino las mujeres cotidianas, como una cajera de una
estación de servicio (la fugaz y desconectada escena de flirteo entre ella y
Amalric es de esos pequeños pero perfectos momentos que muy de vez en cuando
aparecen en el cine) pueden sentir y ser personajes activos, sin que la película
las juzgue, o las deje mal paradas. Las mujeres ya no tienen por qué ser
imaginadas, proyectadas, o fantaseadas por los hombres; ellas mismas han hecho
de sí mismas su propia construcción de fantasía, viven, respiran y si no te
corrés, te pasarán por arriba.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-28714467462572224092013-05-23T11:57:00.002-07:002013-05-23T11:57:39.173-07:00Eternamente comprometidos (Nicholas Stoller, 2012)<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/209/eternamentecomprometido.png/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img209.imageshack.us/img209/120/eternamentecomprometido.png" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
vals de la castración<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Eternamente
comprometidos</span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> parte del clásico escenario que suele
utilizarse como momento catártico y de cierre en la mayoría de las comedias
románticas: Tom Solomon (Jason Stegel) le propone matrimonio a su novia Violet
(Emily Blunt), con quien estuvo en pareja desde hace no más de un año. Más allá
de la impulsividad de esta propuesta, los mismos percances en la preparación de
la sorpresa (movidas por la torpe franqueza del protagonista –papel para el que
la bonhomía e ingenuidad clásica de Jason Stegel calza como anillo al dedo)
vaticinan lo que va a ser un camino mucho más sinuoso del aparente.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Tom es un chef en ascenso a cargo de la cocina de un
respetado restaurante en San Francisco, al tiempo que Violet es una chica
británica, estudiante de psicología, que espera nerviosa la admisión en alguna
de las más importantes universidades de Estados Unidos. A la ya excéntrica
profusión de familiares tanto de parte del novio como de la novia
(cristalizando estas diferencias en los sucesivos velorios y los famosos
discursos a los novios de las fiestas pre nupciales -donde vemos a los
personajes secundarios desarrollarse por pequeños detalles, como el prontuario
de novias asiáticas que exhibe el padre de Violet), se le suma un inesperado
embarazo de parte de la hermana de la novia con el mejor amigo de Tom, que hace
postergar el tan mentado casamiento. Cuando ese obstáculo temporal parece ya
superado, le llega a Violet una carta de admisión para la Universidad de
Michigan, sometiendo a la pareja –y más que nada a Tom- a la decisión entre
quedarse en la cálida San Francisco o ir juntos a la fría ciudad universitaria
de Ann Arbour.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">A la mayoría de los espectadores uruguayos esta
precisión geográfica posiblemente no les diga mucho, pero guarda varios chistes
internos para quienes tienen conocimiento de la fama que rodea a ciertas
universidades y sus campus. A diferencia de la ensoñada imagen que se suele dar
en el cine a las universidades y sus alrededores, la mayoría de las ciudades
universitarias suelen ser exageradamente suburbanas, chatas y por momentos un
tanto deprimentes, quedando todo lo interesante por dentro de sus aulas. En ese
sentido, diferente a las imágenes de postal con que se lleva a pantalla San
Francisco al comienzo del film, el micromundo de Ann Arbour –una ciudad bien al
norte de los Estados Unidos, comúnmente cubierta por nieve y con la decrépita
Detroit como ciudad grande más cercana- con esa alternancia radical entre los
exitosos universitarios y los slackers (vagos) dementes, es de los aciertos
silenciosos del film, algo que no suele ser muy bien logrado en el cine de factura
hollywoodense, a diferencia del independiente (ejemplos hay muchos, pero el
primero que salta a la mente es la New Jersey de Kevin Smith, o la Austin Texas
de Richard Linklater).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En ese particular entorno es que las diferencias
entre el exitoso ascenso intelectual de Violet (con una creciente fascinación
mutua entre ella y su profesor) y la progresiva decadencia de Tom (descendido
al nivel de armador de sandwitches) comenzarán a mostrar sus hilachas, siendo
en una primera mitad de esta meseta del film, un medido e inteligente concierto
pasivo-agresivo (el costado más Nicholas Stoller del film), y en la segunda un
descenso a la más honda decadencia del protagonista masculino, abundando en el
humor guarango que más caracteriza las películas de Judd Appatow (aparece como
coeditor del film).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lejos de una comedia romántica lineal, <i>Eternamente comprometidos</i> eleva la
pregunta que las películas de Appatow parecen hacerse casi desesperadamente:
“¿Qué significa ser un hombre?”. En este sentido, el cine de Appatow puede
considerarse el gran catalizador moral de los últimos diez años de Hollywood,
presentando problemas realmente serios de los dramas de entrada en la adultez
en un formato hilarante, casi siempre desprejuiciado (particularmente bien
logrados en <i>Ligeramente embarazada</i>).
Por cuenta de Stoller también, esta pregunta ha surgido alrededor de su
filmografía de forma casi sintomática, con esos personajes masculinos que no
saben cómo pararse frente a las ambiciones de sus mujeres (en <i>Get him to The Greek</i>, la novia del
protagonista arma su vida laboral con particular desconsideración a sus sentimientos
y proyectos conjuntos), o esos protagonistas que deben tomar una decisión
drástica cuando se espera algo de ellos (puede ser tanto <i>Dick y Jane</i> –en la que trabajó como escritor- o en la misma <i>Muppets</i>).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Esta dinámica de “qué significa ser un hombre” se ve
abordada por la progresiva, por llamársele de alguna manera “feminización” del
personaje, cada vez más relegado a actividades hogareñas –encontrando su
epítome absurda en el amigo de Tom que teje horribles sweaters de lana-
culminando en un final en espejo de lo que fue el comienzo del film. Por
supuesto, hablar de “feminización” refiriéndose a abocarse a actividades de la
casa es parte del mismo sistema que confiere a la mujer un rol específico, pero
al menos vemos este cambio de roles desde el paradigma cultural clásico
hollywoodense.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La película, como en la mayoría de los films de
Appatow, dura más de lo esperable, pero en este caso baja bastante de nivel en
lo que sería el último acto del film, tanto en lo humorístico como en los
problemas que plantea o intenta resolver. El final (con varios subplots que se
resuelven demasiado a vuelo de pájaro) parecería solucionar un problema
dialéctico entre los dos personajes, pero a pesar de los gestos grandilocuentes
y el score cinematográfico, todo hace pensar aquello como un cambio
gatopardense, en los que sigue siendo Tom quien se adapta a las necesidades de
Violet. La pregunta de “qué significa ser un hombre” seguirá planteada, y es
falla y mérito de este film no lograr responderla.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-7956490752104975602013-04-04T12:29:00.004-07:002013-04-04T12:29:42.820-07:00Harry Reems (1947-2013)<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/405/162052harryreems200313.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img405.imageshack.us/img405/125/162052harryreems200313.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El
Cristo del porno </span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Cuando pienso en bigotes no pienso en Dalí, en
Nietzsche, Hitler, Chaplin, Groucho Marx, o Burt Reynolds. Ni siquiera en Tom
Selleck. Cuando se trata de bigotes, lo primero que se me viene a la cabeza es
Harry Reems, vestido con túnica de doctor, haciéndole un chequeo médico a Linda
Lovelace en <i>Garganta profunda</i>. Lejísimo
de ser un buen actor (aunque estaba dotado de una facilidad para la comedia
inusual en las filas del mundo del porno –donde lo cómico suele suceder de
manera involuntaria) en aquel poblado mostacho se concentraba el pulso y aire
de una época, el universo post hippie de los setenta (más hedonista y menos
idealista que el de la década anterior) y con la noticia de su muerte, un trozo
importante de ese mundo acaba de extinguirse. El actor llevaba más de veinte
años fuera del alcoholismo (luciendo un inusual rostro afeitado con el que
aparecería en el documental <i>Inside Deep
Throat</i>), pero los duros ochentas dejaron inevitables secuelas de salud que
terminaron por tomar cuerpo en un cáncer pancreático que se llevaría su vida el
pasado 19 de octubre.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Posiblemente haya actores más conocidos, pero Harry
Reems fue la primera estrella porno masculina, con la particularidad de, si
bien quedar por fuera del plano detalle de la famosa felación de <i>Garganta profunda</i>, tener el pene más
veces visto en la historia del cine. Estudiante de dentista, marine del
ejército, actor de teatro, instructor de scuba diving (sin haberse nunca puesto
un tanque de oxígeno en su espalda), sus comienzos ejemplifican el tono
azaroso, soñador y despreocupado del East Village, lugar en el que muchos buscavidas
sin talento intentaban dar sus primeros pasos hacia el estrellato, sitio en que
esa mezcla de entusiasmo y desilusión sería el más perfecto potrero del porno
en tanto industria. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Los comienzos de la escena porno neoyorquina (antes
de mudarse a Los Angeles, y donde su formato habitual eran los “Stag Films”,
películas generalmente mudas, de un solo rollo, en donde toda la acción se reducía
al acto sexual) estuvo marcada por unos pocos personajes polifuncionales como
Reems, Eric Edwards, o Jamie Gillis, un ejército silencioso de performers que
hacían lo que hacían un poco por dinero, pero mucho más por “amor al arte”, o como
forma de vida (de hecho, el primer ingente de actores del mundo pornográfico
estaba conformado por numerosas parejas swingers). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Eran los tiempos previos a la persecución del Senado
de Estados Unidos, previos a las grandes secuelas de la masiva distribución de
cocaína, y más que nada, previos a la fuerza devastadora del SIDA, en donde
todo el mundo hacía de todo un poco, siendo uno de los ejemplos más notorios el
de Jamie Gillis (más conocido por su rol en <i>The
opening of Misty Beethoven</i>, una de las mejores películas porno de todos los
tiempos), que en sus comienzos dividía sus días trabajando doce horas de
taxista, actuando de Pericles en obras de Shakespeare y filmando Stag films en
la noche.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La vida de Reems cambiaría con su actuación en <i>Garganta Profunda</i>, película en la que
comenzó trabajando como iluminador (a sólo veinte dólares el día –al parecer,
sólo para acercarse a Linda Lovelace), para terminar siendo el protagonista
masculino, papel por el que se le pagó ochocientos dólares, en una película
que, contra todas las expectativas, terminó recaudando tanto dinero que se
comenzó a pesarlo en vez de ser contado. La película llevó al estrellato a
Reems y Lovelace –especialmente por su particular destreza que da nombre al
film-, pero este salto a la esfera pública también los volvió centro de
investigaciones, en los que culminaron con el apresamiento del actor, siendo
acusado bajo los absurdos cargos de “distribución
de material obsceno”. Reems, secundado por el hábil abogado Alan Dershowitz
(quien no por nada fuera abogado de O.J. Simpson) , hizo de su juicio un suceso
nacional y pronto pasó de ser una figura de clase b juzgada a uno de los
grandes mártires de la libertad de expresión de la cinematografía
estadounidense (con el apoyo de actores como Jack Nicholson y Warren Beaty –dos
estrellas que no sorpresivamente gozaron de particulares contactos con diversas
actrices del incipiente mundo pornográfico de la época).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El triunfo legal de Reems marcó un nuevo precedente
en la historia de los Estados Unidos, pero fue una victoria pírrica para él,
porque en el proceso se volvió un notorio alcohólico, cada vez más recluido en
su casa, o apareciendo borracho en set –en muchas películas de aquella época su
actuar errático parece parte del personaje o los absurdos guiones, pero uno
pronto se da cuenta de que está auténticamente bajo los efectos del alcohol.
Este período oscuro de su vida (casi inmediato a su participación en <i>Garganta profunda</i> y <i>The devil in Miss Jones</i>) tomó su forma más terrorífica en <i>Forced Entry</i>, obra del malévolo director
Shaun Costello, más conocido por el film <i>Water
Power</i>, una película cuyo personaje principal es una mezcla entre el
protagonista de Taxi Driver y el verdadero caso del “Enema Bandit”, un tipo que
secuestraba personas y les hacía enemas contra su voluntad. En <i>Forced Entry</i> Reems –ya en su franco
proceso de alcoholismo- interpretaba a un veterano de Vietnam que entraba a la
casa de clientas de su garage y las violaba para después matarlas a sangre
fría. El film terminaba con una epifánica escena del protagonista volviéndose
loco y pegándose un tiro en la cabeza. Reems vio la película y dijo haberse
quedado tan consternado que por un momento pensó no volver a actuar jamás.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Los ochenta fueron años particularmente duros con
una extensa cantidad de miembros de la industria pornográfica, no sólo por el cocktail
de drogas, mafias y la paranoia del SIDA, sino por la popularidad del VHS, que trasladó
a las películas de las fastuosas salas de cine a la privacidad del hogar de los
espectadores (transición muy bien retratada en Boogie Nights, de Paul Thomas
Anderson). No muy diferente fue el caso de Reems, que se sumió al alcohol y
llegó a vivir en la calle durante un tiempo, hasta que inició un proceso de
desintoxicación y se acercó a la religión mormona, para luego casarse y vivir
sobrio el resto de su vida, trabajando como un agente de bienes raíces.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Reems, a diferencia de los actores canonizados y
eternificados en el mismo ámbito (como Ron Jeremy, quien recientemente sufriera
severos problemas de salud), los desaparecidos (el enigmático caso de Bambi
Woods, la actriz de Debbie does Dallas) y los que cayeron como soldados en el
camino (con Savannah y John Holmes como caso más notorio), fue un superviviente
que halló un camino propio y por fuera del que le dio la fama. En su historia
se escribe la parábola de toda una industria, pero indirectamente también la de la vida sexual de un montón de
personas.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-74615367691590834382013-04-04T12:24:00.005-07:002013-04-04T12:24:58.921-07:00Entrevista a Michal Bielawski<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/15/f01bielawski20130327pv1.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img15.imageshack.us/img15/4779/f01bielawski20130327pv1.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b>La danza del banderín</b> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Una de las más interesantes secciones del XXXI Festival de
Cine de Cinemateca es una muestra de películas de Telewisja Polska, (Televisión
polaca), entre la que se encuentra <i>Mundial</i>, documental que trata sobre
la intrincada relación entre el excelente rendimiento de la selección polaca en
el mundial 82' (llegando a un histórico tercer puesto) y el desarrollo de la
ley marcial en dicho país, donde fueron apresadas las figuras más importantes
del movimiento Solidaridad (sindicato de oposición al régimen de inmenso
arraigo popular). Aprovechando la visita de su director Michal Bielawski, luego
de lamentarnos tendidamente de la mala situación actual de nuestras respectivas
selecciones, tuvimos tiempo para hablar de las complejas relaciones entre
fútbol, cine, televisión y política</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Recién me estabas contando que fue a partir de la campaña
de Polonia en España 82' que empezaste a jugar al fútbol, en lo que respecta a
Mundial, qué vino primero, el fútbol o la política?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La película empezó de una manera confusa, porque estaba
construyendo el escenario para un documental del movimiento Solidaridad basado
en aquellos tiempos de Ley Marcial de 1982 y leí unas memorias muy interesantes
de unos personajes que terminaron apareciendo en Mundial. Las memorias eran de
algunos prisioneros a los que no se les permitía mirar el Mundial, y los
oficiales les decían algo así como “si sus compañeros siguen haciendo
manifestaciones y reclamos no van a ver el Mundial. Fue a partir de ahí que me
di cuenta de que esa historia era interesantísima y que mi anterior escenario
pod{ia esperar. Creía que había algo muy importante en esa historia, porque
nunca conecté esos dos puntos: el detalle de que la Copa del Mundo sucedió
mientras había una ley marcial. Los soldados desaparecieron de la calle, pero
los miembros de la oposición estaban escondidos y la mayoría de ellos ya
estaban apresados, pero los niños de aquella época no estábamos al tanto de
todo ello</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Vos eras muy chico para tener noción de aquello...<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sí, no tenía idea. Recuerdo cuando vi los tanques y la
milicia caminando por la calle todo el invierno y parte de la primavera, o una
vez que estaba paseando con mis padres en el centro de la ciudad y mis padres y
yo empezamos a llorar por el gas lacrimógeno. Son como extrañas memorias, por
lo que me quedé un poco shockeado cuando asocié el mundial y aquel período
histórico. Inmediatamente me di cuenta de que había algo importante en ese
tema, porque no es obvio, no hay nada obvio en esa historia, al menos desde mi
perspectiva. Entonces empecé a buscar en los archivos y había muchos otros
presos que decían lo mismo. La mayoría de ellos estaban muy contentos de poder
ver el mundial y de alguna manera le dio algo de aire fresco. Pero creo que lo
más extraño es que aquello haya pasado en muchos lados en un período bastante
similar. Uruguay tuvo el Mundialito -conocí ayer al director- y también
Argentina en el 78'... Entonces, sí, podría quedarme horas tratando de explicar
por qué aquello pasó, pero creí que era importante escribir sobre eso</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Esto que me contabas de España 82' debe haber sido una
paradoja, para prisioneros que por un lado hinchaban por la selección de su
país, pero que al mismo tiempo sabían que el triunfo de la misma servía para
tapar cosas que estaban pasando ahí mismo.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sí, estaban muy conflictuados. Definitivamente. Estaba muy
interesado en lo que pensaban. Muy rápidamente percibí algo muy polarizado con
respecto a lo que era el Mundial. Uno de mis entrevistados era uno de los que
estuvo más tiempo en prisión -tiene gran carisma y la cámara lo ama- pero
estaba seguro de que no había nada malo con respecto a ver el campeonato. Había
otro en situaciones similares que decía que estaba totalmente mal ver el
Mundial, porque de cierto modo era una forma de aprobar lo que está pasando en
tu país. Es interesante, porque mucha gente está reaccionando ahora, incluso
antes de que se haya estrenado el film en Polonia. Leí hoy en facebook en la
página de nuestra productora, que uno decía que no había nada heroico con el
partido con la URSS, que todo estaba arreglado desde antes. A la gente le
encanta pensar que saben más que todos, pero me encanta, es tan divertido, es
muy humano pensar que uno es quien tiene la razón.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Bueno, al final del partido estaba esa jugada en que vos
hacés particular hincapié, en la que uno de los jugadores comienza a retenerla
contra el banderín del corner, que era una forma de garantizar ese empate.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Esa fue una de las cosas más grandes que hizo en la cancha.
Eso fue heroico, fue algo que para mucha gente dio el espíritu de tomarle el
pelo a los soviéticos. Para mí lo que hizo en el corner fue justicia poética.
Fue fantástico. Fue una versión diferente de el banner del Movimiento
Solidaridad en el estadio, al menos en mi opinión. Fue como una metáfora, desde
algún punto. Es de esos momentos que se vuelven mucho más que futbolísticos,
como la mano de Maradona.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Kusturica trató de hacer aquello una gran metáfora sobre
la relación entre los países subdesarrollados y el resto de Europa.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sí, pero a mí me pareció que la historia de “la mano de
Dios” empieza y termina en esa frase. Maradona mismo dijo que aún si hubiese
sido su mano, era la mano de Dios. Así que creo que no es necesario crear toda
la crítica política de ello. Igual, yo no estoy muy a favor de ese forzamiento
que hace Kusturica a la hora de crear esa metáfora.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Mundial forma parte, junto a otros films, de la muestra
de cine que el Festival de Cinemateca hizo sobre Telewisja Polska. Teniendo en
cuenta que Polonia tiene una larga tradición de grandes programas y películas
pensadas para televisión, cómo fue la relación de película con los canales
polacos?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La televisión en el caso de nuestra película fue de una
enorme ayuda, especialmente de parte del canal TVP Kultura, que es el canal
temático de la televisión nacional. Es un gran canal. Gracias a ese canal pude
hacer un gran estudio en los archivos. Cuando te metés en los archivos nunca
sabés qué va a pasar, eso es lo que aprendí. Hice tres o cuatro investigaciones
diferentes en el mismo canal, sobre el mismo tema, para percibir el tema desde
diferentes ángulos. Afortunadamente gracias a esto obtuve un material
fantástico que fue llevado al público por primera vez con esta película. Hay
material realmente genial, y la mayoría tuvo la suerte de ser grabado y
almacenado en celuloide. Dos años después aparecieron otras cámaras que fueron
la primer versión del BetaMax, por lo que tuvimos la suerte de poder conservar
una excelente calidad de imagen. Creo, además, que el mundial estuvo muy bien cubierto
por la televisión. Por ejemplo, la escena del lío en el aeropuerto: sólo
salieron al aire unas pocas escenas de eso, en cambio había un montón de
registro que estaba grabado, que quedó completamente por fuera de la edición.
Un montón de colegas me preguntan cómo fue que pude llegar a ese material. Así
que sí, la televisión polaca tiene un inmenso archivo y podés hacer cosas
fantásticas si tenés disposición y tiempo. Incluso, estoy muy contento de
compartir en este festival una selección con películas que me parecen realmente
buenas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Viendo Mundial, en una escena se reprende a los jugadores
por hacer una pequeña parada antes de un viaje y visitar al Papa Juan Pablo II.
Algo que me llamó particularmente la atención es cómo el movimiento Solidaridad
estaba tan relacionado con la Iglesia Católica.<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Después del 89' cuando Solidaridad ganó las primeras
elecciones, todo el movimiento sufrió una división. Solidaridad en los 80' fue
un movimiento que recogió muchísimas motivaciones en un sólo grupo, porque era un
símbolo de oposición, pero no era un monolito, estaba sujeto a divisiones
internas. Creo que hay muy interesante material sobre las primeras elecciones
del líder del sindicato, cuando tuvo complicaciones para ser reelecto. Con
respecto al apoyo de la iglesia católica es bastante lógico, el comunismo
siempre estuvo en contra de la religión, es como fuego y agua, no podés
conectar esas dos cosas, con el comunismo que racionalizaba todo y no había
lugar a Dios en ese modelo de sociedad. Es por eso que la iglesia siempre
estuvo a favor de la oposición democrática. Pero el movimiento siempre acogió
muy diferentes mentes, desde la actual derecha a la izquierda. Creo que lo que
pasó en el 89', lo que genero siempre un gusto amargo con respecto a
Solidaridad, es que introdujo un sistema de libre mercado que cambió toda
nuestra vida, y eso fue introducido por miembros del sindicato. Las demandas
más famosas que ellos tenían en los ochenta eran sobre libertad de expresión y
un tipo de futura democratización de la vida, pero las primeros famosos
reclamos que hicieron en el puerto de Gdansk fueron, desde una perspectiva
actual es bastante shockeante. Todo iba alrededor del valor y el nivel de vida,
no era todo acerca de la libertad, era algo mucho más movido por cuestiones
económicas. Y esto de un sindicato que filosóficamente era socialista. Así que
hay muchos problemas a la hora de analizar linealmente los cambios que se
dieron a ese nivel del movimiento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Cómo te manejaste para dar con los futbolistas? Fue
difícil o estaban disponibles? <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Estaban disponibles, creo que sólo era una cuestión de
arreglar las entrevistas con bastante tiempo. Los llamé como ocho meses antes
de la entrevista. Tomó un montón de tiempo hacer la película, fueron tres años.
Buscar plata, muchas investigaciones en televisión y un archivo llamado Osrodek
Karta, que guardan archivo de todos los movimientos de oposición en los setenta
y ochenta, nos ayudaron muchísimo porque no nos cobraron nada por un montón de
fotografías que incluimos en Mundial. Fue algo muy importante, porque es el
único material actual para cubrir el tiempo de Solidaridad en prisión.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Cuáles son tus expectativas del film? Creés que va a
tener un impacto político o va a congregar principalmente a entusiastas del
fútbol?<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Mis expectativas? Estoy curioso de cuales interpretaciones
la película va a tener. Lo que querría es que la película funcione en niveles
diferentes, que muestre un trozo de tiempo muy específico, la ley marcial, que
van más allá de lo político o el fútbol. Es por eso que en la película hay
tantas cosas: canciones de la época, o escena que muestran qué estaba pasando,
una idea de contexto de qué pasaba en muchos niveles en Polonia en ese momento.
Quiero ver qué pasa cuando la gente perciba esa conexión de dos niveles, el
político y el futbolístico. Lo que más quiero evitar es que la gente salga o
llegue con lecturas muy lineales o condescendientes de la película. Para mí el
pasado siempre es mucho más complicado que el presente, porque el pasado es
donde guardamos nuestras memorias y donde están documentadas. Uno no puede
documentar todo, no puede copiar la vida en presente, por lo que uno sólo puede
hacer uso de partes de la realidad a
través de material que fue proyectado antes. Eso fue lo que me motivó desde el
comienzo, no crear una muy simple explicación de qué pasó, por ejemplo de que
los jugadores de fútbol fueron usados por el gobierno. No estoy de acuerdo con
esa opinión. Creo que fueron usados, pero ellos también estaban jugando con el
gobierno en ese momento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Creo que en cierto momento vos mismo hacés esa
comparación entre la unión de los jugadores y la unión del movimiento
Solidaridad. <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Sí, en cierto sentido. Los jugadores de fútbol igual no
estuvieron en la misma situación, nunca pasaron por una situación similar a la
oposición política, pero igual los jugadores, de todas formas, tuvieron los
huevos para crear un fantástico show, y su motivación fue enorme en reacción a
lo que estaba sucediendo en ese momento. Quizás sin la Ley Marcial el resultado
del mundial hubiese sido completamente diferente. Estoy seguro de que lo que le
pasaba a mi país era algo que le afectaba a los jugadores y traté de mostrar
esto, aún sabiendo de que no son intelectuales, que no son motivados de las
maneras que estaban la gente en la prisión, porque en definitiva, cuando
empiezan a jugar piensan en meter un gol, no piensan en si meten un gol, qué
gesto podrían hacer a favor del movimiento solidaridad y esas cosas. </span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2857737834275534770.post-17344485475251150362013-03-25T10:10:00.003-07:002013-03-25T10:10:33.762-07:00Los directores las prefieren rubias<a href="http://imageshack.us/photo/my-images/268/siennamillerastippihedr.jpg/" target="_blank" title="ImageShack - Image And Video Hosting"><img border="0" src="http://img268.imageshack.us/img268/3483/siennamillerastippihedr.jpg" /></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<b style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; line-height: 18px;">Dos películas simultáneas echan luz sobre el mundo privado de Hitchcock</b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span style="line-height: 18px;"><b><br /></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Si bien hasta la fecha no habían aparecido muchas <i>biopics</i> sobre el director, Hitchcock
siempre se encargó de hacer de sí mismo un ícono estrictamente cinematográfico,
en el que no sólo se dedicaba a aparecer fugazmente como actor de reparto en
sus propias obras (algo que suscitaba el entretenimiento de muchos espectadores
que se lanzaban a buscarlo en el set como si se tratara de un escenario de “¿Dónde
está Wally?”), sino asumirse a sí mismo como una propia marca, un elemento
crucial en la promoción –e indistintamente financiación- de sus films. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El cine ha rebosado de directores mucho más
físicamente agraciados, pero difícilmente haya alguno que iguale el
reconocimiento visual inmediato de aquel gordo inglés que podía ser reducido a
una mera conjunción de trazos de pluma. Justamente, la firma de Hitchcock era
su propio perfil, al igual que tenía una propia intro musical que lo
identificaba y los manierismos ingleses en las presentaciones de sus películas
(algo revolucionario en el mundo de los trailers –aún hoy lo es, en
contraposición al modelo estandarizado de sinopsis climáticas y emotivas) que no
tardaron en convertirse en uno de las versiones paradigmáticas de lo que es y
hace un director.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En este sentido, realizar una <i>biopic</i> del director es difícil justamente en lo sencillo que parece
la empresa. No es difícil apelar y recurrir a la imagen consensuada de
Hitchcock (su metódica y lenta forma de hablar, la papada asomando en la
barbilla, los cigarros, los lustrosos trajes negros), pero es una tarea ardua
bordear este retrato sin caer en la caricaturización que él mismo se encargó de
enarbolar en torno a su persona.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ante esta dificultad se enfrentaron dos películas
que curiosamente salieron a la luz con sólo un año de diferencia: <i>The Girl</i>, película televisiva a manos de
HBO dirigida por Julian Jarrod y protagonizada por Toby Jones y Sienna miller;
y por otro lado, <i>Hitchcock</i>, dirigida
por Sacha Gervasi y actuada por Anthony Hopkins, Helen Mirren y Scarlett
Johansson. Ambos films, en vez de tratar de hacer un repaso longitudinal por la
vida del director, intentan hacer un corte transversal de su obra, con <i>The Girl</i> centrándose en la asfixiante
relación de Hitchcock y Tippi Hedren durante la filmación de <i>Los pájaros</i> y <i>Marnie</i> y <i>Hitchcock</i> más enfocada a la relación
marital del director con su esposa Alma durante el rodaje de <i>Psicosis</i>.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Si bien entre el emplazamiento histórico de un film
y otro no hay más de cuatro años de diferencia (<i>Psicosis</i> fue filmada en 1960 y <i>Marnie</i>
–y con ella la ruptura del vínculo de Hitchcock y Hedren- culminó en 1964) su
trasfondo histórico y moral no podría ser más diferente.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
agenda feminista<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ambas parecerían tocar las mismas notas, pero en
escalas diferentes. El principal tema que une a ambas –la particular relación
que Hitchcock tenía con respecto a sus actrices protagónicas- por una es tomado
como un mero obstáculo al verdadero amor entre el director y su esposa,
mientras que en la otra adquiere una dimensión mucho más profunda, psicológica,
casi política. En este asunto, podría decirse que las dos películas están
sujetas a una agenda feminista, con diferentes focos y resultados a veces
contradictorios. <i>Hitchcock</i> intenta
rescatar a Alma como una de las verdaderas mentes maestras detrás del genio del
director. No sólo en la dinámica clásica de “detrás de todo hombre hay una gran
mujer” en la que solamente reuniría sus funciones como pilar emocional de
artista torturado, sino como casi coautora del proceso creativo y desarrollo de
sus films. Es conocido el secretismo con que Hitchcock guardaba la relación
profesional que mantenía con su esposa, pero todo parece indicar –considerando
la extensa labor como libretista que la precedía antes de conocer al gordo director- que su función trascendía la mera asistencia
y comentario de sus films.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En este empoderamiento que intenta hacer <i>Hitchcock</i> ante el egocentrismo y constante
coqueteo del director con sus estrellas rubias, se le da a Alma la oportunidad
de tener ella misma un proto amorío con un escritor mediocre, algo que la
alejaría meramente de ser “la mujer de…” y asumirla como una señora con
necesidades, sueños y brillanteces.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La Alma de <i>The
Girl</i> es bastante diferente, como una mujer que opera mucho más entre las
sombras, pero que a la vez guarda como mujer una relación mucho lejana a la
verdadera fascinación del director (en este sentido, fisionómicamente Imelda
Staunton se acerca mucho más en su vejez a la verdadera Alma que la
notoriamente mucho más bella Helen Mirren). <i>The
Girl</i>, más que ir hacia el empoderamiento de lo femenino en un mundo
dominado por los hombres, iría encaramada en la denuncia de este mundo, en algo
que trasciende a Alfred Hitchcock en específico. Godard habría dicho que el
cine es la historia de hombres fotografiando a mujeres, y <i>The Girl</i> capta esta contraposición de la mirada de una forma
elocuente y, por momentos, aterradora. En un momento del film, luego de varios
avances fallidos hacia la mujer que ama, Hitchcock despechado planea la
construcción de la escena de ataque de pájaros en la que Hedren está encerrada
en una cabina telefónica, diciendo “el pájaro es ella, los pájaros son los
hombres”. Esa posición de la mujer como un animalito encerrado en una jaula
habla tanto de la relación del director y sus estrellas en los tiempos del tiránico
“star system” (época en donde los actores prácticamente eran propiedades y
productos de las grandes productoras, manteniendo un dominio sobre ellos que
hoy en día parecería impensable), como de la construcción de la mirada
masculina sobre las mujeres a lo largo de la historia del cine.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Quizás el punto más exacto de esta mirada masculina
se da en la excelente escena sobre las indicaciones de actuación que el
director le da a Tippi. No le pide que actúe, le pide que pose. La mujer sólo
está para ser fotografiada, el hombre es el que se encarga de dotarle de
emoción por medio del montaje.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En lo superficial, <i>Hitchcock</i> parece apuntar más directamente a rescatar el rol de la
mujer, pero uno se da cuenta de que, al lado de <i>The Girl</i>, es prácticamente una comedia liviana, donde por momentos
es minuaturizado a un nivel incómodo los conocidos acosos del director a sus estrellas,
como si aquello fuera unas tímidas manías de un viejo verde y no el obsesivo y
metódico proceso de dominación psicológica del director a todos los rincones de
su vida. <i>Hitchcock </i>resume estos
problemas a algunos momentos de flirteos evidentes y la minúscula escena de
Alma entrando al despacho de su esposo y alarmándose por las fotos glamorosas
de un montón de rubias sobre su escritorio. Uno podría aducir que es
sencillamente un asunto de licencias históricas y cinematográficas –después de
todo, no se sabe cien por ciento si todo aquello que se dice de Hitchcock fue
verdad-, pero sí es molesto e hipócrita de parte de la película de Gervasi plantear
una resolución de los conflictos de la pareja (ese “nunca seré capaz de
encontrar una rubia Hitchcockiana tan linda como vos” al final del film),
cuando todos manejan, casi como paradigma de la compleja relación del director
con sus actrices, el vínculo tortuoso que más tarde tendría con Tippi Hedren.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Los
pájaros de Hitchcock<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Más que por asuntos estrictamente ideológicos, <i>Hitchcock</i> es una película mucho más
políticamente complaciente que <i>The Girl</i>
básicamente por no ser suficientemente hitchcockiana. Si bien la performance de
Anthony Hopkins sigue estando a la altura de la mayoría de sus roles, el
personaje aparece acartonado en algunas series de frases de cajón,
especialmente la última y odiosa línea que cierra la película, casi como si
estuviera haciéndole un guiño a la cámara. El logro de <i>The Girl</i> es el de no meramente contar una historia sobre Hitchcock,
sino hacer de Hitchcock un personaje hitchcockiano. La forma en que el film
juega con el adentro y afuera de las ficciones, la realidad y el mundo interno
del director es mucho más riguroso e interesante que la escenificación burda de
las conversaciones oníricas entre Alfred y el personaje de Ed Gein en el cual
se inspiró Norman Bates, como correlato del torturado mundo interno del
director.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Julian Jarrod, a diferencia de Gervasi, parece haber
entendido que el secreto sobre Hitchcock no se encuentra en su biografía, sino
en sus mismas películas. Aún siendo el caso de estar hipotetizando sobre
situaciones de las que no se tienen pruebas exactas, el Hitchcock de Jarrod se
desmonta y se pliega a muchos más discursos. La aparente violencia de las aves
en la película Los pájaros ya no es, como diría Zizek, “la expresión del
superyó materno abalanzándose sobre el vínculo entre su hijo y su nueva novia”,
sino el mismo deseo de Hitchcock, abalanzándose sobre su actriz. La frigidez de
Marnie ya no se explica desde la psicología del personaje, sino desde las
proyecciones del propio director, impotente frente a la belleza de Hedren. Pero
al mismo tiempo, abriéndose una nueva placa tectónica del film, la lucha de
Tippi Hedren por tener una oportunidad de ser reconocida y llegar a ser alguien
es también la historia de Sienna Miller, la actriz que la lleva a pantalla,
quien ha interpretado numerosos papeles de rubias atormentadas, sin (al menos
hasta la fecha) ser reconocida como la excelente actriz que es.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ante todo esto, la posición de quien escribe frente
a estos dos retratos de uno de los más importantes directores del cine es
bastante transparente. Difícil es saber cuál película es más precisa, pero sí
es claro qué cosas logra hacer una y qué no logra hacer otra.</span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Agustin Acevedo Kanopahttp://www.blogger.com/profile/12314255833701676811noreply@blogger.com0