lunes, 5 de diciembre de 2011

Entrevista a Fermín Solana, en sus 15 años de Hablan por la Espalda

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“Y yo canto mal, por eso fuerzo la voz”

Hablan por la Espalda cumple quince años de vida y decide celebrarlo a lo grande. El viernes 9 de diciembre festejan con un show en La trastienda (en donde tocarán temas viejos que hace varios años que no los llevan a escenario), al tiempo que acaban de colgar en su sitio web (www.hablanporlaespalda.com.uy), como muestra de agradecimiento a su público, el disco Hablan por la Espalda: Celebración (con temas nuevos y otros que quedaron afuera de la selección del Macumba) y un documental llamado “Sangre sudor y semen” (llevado a cabo Federicio Borgia y Guillermo Madeiro como responsables), registro de las grabaciones de su último disco. De estos cambios, del saldo de cuentas con la música, su historia y su vida estuvimos hablando con Fermín Solana, cantante de una de las bandas más cambiantes y, a la vez –ya puede decirse- míticas que haya dado el rock nacional

Hablan por la Espalda está por cumplir como banda la misma cantidad de años con la que muchos pibes (sobre todo en el hardcore) empiezan a formar una ¿Cómo es celebrarlo acá, considerando que siempre han tenido una relación cambiante no sólo con lo uruguayo, sino con Uruguay en sí?

Sí, nosotros, en parte, creo que crecimos con un rechazo importante a lo criollo, por la cultura que habíamos mamado desde chicos, del under, que íbamos a toques de bandas de heavy metal en el centro, que cantaban en inglés, que querían sonar como bandas de Suecia, o Noruega. Y después las bandas gringas, de punk rock. Nosotros, capaz, por cabeza punk, también por rebeldía, lo uruguayo nos parecía un poco terraja. No queríamos saber nada de eso, aun así que siempre nos encantó el fútbol, el mate y alguno curtió tambores, o tablado desde chico con los padres. Pero a partir de cierto momento, mandás todo eso a la mierda y así salió Hablan, tocando un hardcore super gritado, con temas en inglés. En un lugar, no me gusta caer en la típica de “la edad”, pero sí, hubo una evolución en la vida de cada uno en la que vas como, no sé, te vas sintiendo mejor donde estás, donde vivís, en tu barrio. Nosotros, por una cuestión de cabeza, hace que empieces a empatizar un poco con tu entorno y empezamos a ver lo qué nos gustaba de acá. Empezar a respetar más el lugar de donde sos y lo que tiene para dar.

De todas formas, creo que es una cosa de ida y vuelta, porque quieras o no, ustedes, habiendo llegado en cierto momento a estar prohibidos de realizar shows acá, terminaron este año tocando para el Bicentenario

Totalmente. Sí, en un momento acá nadie quería saber nada con Hablan, es la realidad. Nos hicieron ese boicot, un sabotaje de que no podíamos tocar en boliches, a partir de alguien que mandó una cadena de mails diciéndole a todo el mundo que éramos destructores de escenarios, lo cual no era tan irreal. La que pasó esa noche fue que subimos a tocar bastante borrachos en un lugar que se llamaba Sur, en Mercedes y Tristán Narvaja y fue un toque super caótico, que duró, creo, un tema, en donde yo levanté, como jugando, un retorno y pesaba tanto que se me fue para atrás, y se rompió. Justo había un policía en el lugar, hubo toda una trifulca, alguien le pegó al tipo, terminó Leroy, el guitarrista de Silverados, preso, porque se lo habían confundido conmigo. Yo, en todo el lío, me había escapado en un auto… todo eso realmente pasó, y nosotros jamás renegaríamos de esos momentos. La realidad es que también la banda supo hacerse respetar musicalmente, y en un momento, más allá de ese boicot, la gente vio que Hablan era más que eso, más que una banda quilombera…

Pero en cierto punto, ¿no les terminó jugando a favor eso al final?

Puede ser…puede ser… Yo eso no sabría decírtelo. La verdad, lo he pensado por momentos… En su momento, creo que tuvo un efecto. Me acuerdo de lugares como BJ y Pachamama en los que no nos dejaban tocar, que hasta había una cláusula, escrita mismo, que decía que Hablan por la Espalda ahí no tocaba. Pero había otros lugares como El living, que sí nos abrió las puertas, en el que llegamos a meter fechas como un lunes o un martes y llenarlo hasta las bolas, al punto de que quedara gente afuera. Y sí, volviendo a lo que decís, puede haber influido. Hay gente que le atraen esas cosas, como la mística del bardo y lo prohibido. Igual, la banda tiene incorporado ese chip, de ser una banda que hace ciertas cosas sin querer a veces, pero que al final no terminan saliendo tan mal. Nos pasó de ir a tocar a la Zavala Muniz a fines del 2009 y la idea era que nos emprolijáramos, onda “la banda se viste de etiqueta para la gran ocasión” y terminamos con tremenda multa arriba por fumar en el backstage del Solís, cuando nunca nos imaginamos. En ese caso, ni ahí fueron ganas de bardero. En el momento decidimos no hablar de esto. Ya pasaron dos años y ahora podemos decir “podemos ser tan pija de que nos pase esto?”. Hicimos la repartija del dinero y de repente había una multa enorme por fumar porro dentro de las instalaciones…

Hoy en día, con el declive del fenómeno del rock nacional, las otras bandas limítrofes entre lo under y lo masivo crecieron mucho en poco tiempo. Buenos Muchachos y Hablan por la Espalda creo que son los ejemplos más claros de esto. ¿Qué pensás que se generó ahí? ¿En qué se pudieron manejarse mejor respecto al resto de las bandas?

Yo creo que lo que pasó fue sencillo. Con Macumba había una incógnita, que era que mucha gente que nos seguía de antes podía abrirse, perfectamente. Y pasó. Hay personas que yo sé que no les gusta más Hablan, y me doy cuenta, por Internet te das cuenta muy fácilmente. Pero pasó que a mucha gente que siempre siguió a la banda le terminó convenciendo. Por ahí captó, o les gustó por el tema del candombe y los tambores y por ser, en definitiva, también uruguayos. Con el argentino es distino, por ejemplo. Me da la sensación de que allá hay muchísima gente que nos escuchaba antes y que ya no nos escuchan más, que viven reivindicando el Hablan viejo. Son de los que te gritan “Vuelvan a tocar El pecado! Vuelvan a Tocar Le petit!”

Los clásicos tipos que están en el fondo del boliche, de brazos cruzados y mirándote con cara cagada.

Sí, mismo que los vi!. La otra vez tocamos en Niceto y reconocimos a algunos, y sé que se fueron re quemados porque no tocamos ningún tema viejo, boludo. Yo los vi. Lo que sí pasó es que después apareció esa gente que capaz que nunca había entendido de qué iba HPLE y que ahora sí. Yo creo que, a fin de cuentas, el disco funcionó porque tiene canciones muy buenas. Yo lo puedo decir con total tranquilidad, porque son canciones que incluso no compongo yo. Son buenas. Es un disco que cierra desde varios aspectos, y también porque Hablan, a pesar desde esta nueva aceptación a ciertas cosas, sigue siendo una banda que tiene cosas para decir y tiene cierta rebeldía. Yo creo que Hablan siempre tuvo un mensaje, quizás no político, al menos no político definido, pero que sí hace que el que lo escuche se sienta identificado y promueva en él cierta liberación. Me parece que tiene algo de eso de las bandas viejas que más nos influenciaron. No sé, estoy tratando de entender eso que nos ha llevado al lugar donde estamos

Pero en ese estatuto público, ¿no se les ha hecho más de algún lío ideológico? Por ejemplo, con los veganos…Te lo pregunto porque hace un tiempo leía un fanzine viejo, en el cual vos aparecías diciendo una frase tan categórica como “Si de algo estoy seguro es que nunca voy a comer carne”

Tendrían con que enfrentarme, ¿no? [risas] … Con eso que decís de la revista, yo que sé. Creo que hay mucha gente que lo debe hasta haber festejado. Ponele, una vez tocamos con una banda de Maldonado, que se llamaba Ossuary, que era una banda de death metal, y terminamos casi a las piñas con los locos, porque ellos durante el toque hablaban de sacrificar animales y nosotros hablábamos de liberarlos. Al final se armó terrible discusión, y uno de los locos nos terminó diciendo “yo estoy seguro de que de acá a cinco años ustedes van a terminar comiendo carne”. Yo sé que ese loco debe estar loco de la vida ahora, va a leer esta entrevista y va a estar feliz de que estaba en lo correcto

Incluso, ¿no es verdad que ustedes llegaron a hacer un “club de la carne”, después?

Si… si… [risas] había unos asados ahí que… lo que nos pasa mucho es que tanto con ser abstemio como con ser vegetariano, en la cuestión de los extremos te das vuelta como una media. No sólo de dejar de ser vegetariano, algunos terminaron con su veganismo en McDonalds, esas cosas que eran como “El enemigo”. Y después pasó con la droga, obviamente. Yo, en un momento, terminé re fumeta, hasta el punto de guardar el porro adentro de los discos de Minor Threat, y joder con eso. Creo que el tema más complicado para entender a Hablan es comprender todas esas mutaciones, me imagino. El otro día subimos al facebook una foto de nuestro primer concierto y en el toque parecíamos unos soldaditos, pelito bien corto, todos re prolijos y con esa cosa de no fumar, no chupar y no tomar droga, no comer carne… y seguramente a un montón de gente le chupaba eso, y miranos ahora, el único que quedó fue Valentín [Guerreros, guitarra de HPLE], que se mantiene por la senda del veganismo…

Quizás el tema es que en el fondo todas las bandas son así de mutables y contradictorias, pero capaz que la diferencia de HPLE con ellas es que siempre fue una banda muy transparente en cuanto a lo que sucedía en la interna de la misma.

Eso es verdad. Yo creo que influyó mucho el fotolog ahí, que era como llevar una bitácora de la banda, abierta y en vivo. Tenía esa cosa de la gente metiéndose en la intimidad, que sabía todo lo que estaba pasando. Cuando nos íbamos a Buenos Aires te podías enterar de todo lo que habíamos hecho, de lo que habíamos chupado, de quién se había ido con una mina, no sé, de todo un poco (capaz que con lo de las minas nos cuidábamos más). A mi me re cuelga la literatura del rock, me gustan las biografías de bandas, esos libros como Please Kill Me, u On the road with The Ramones… y eso era una forma de hacer algo similar. Al final, yo terminé agarrando el fotolog y tomándolo para poner más mi vida personal que de la banda.

Me acuerdo. En ese momento con un amigo jugábamos apuestas de qué desgracia te iba a pasar el fin de semana

Sí, estaba en un momento peligroso, porque, claro, sí, pasaron muchas cosas juntas… La tranquilidad por un lado de que tenía un trabajo estable por primera vez y, por otro lado me hacía mierda… yo que sé

¿Eso no te toca un poco con ese verso tuyo de “Y yo canto mal, por eso fuerzo la voz”? ¿Qué te diferencia a vos ahora del pibe que cantaba ese verso?

Sí… hay dos cosas con eso. Creo que yo nunca pensé que iba a terminar siendo cantante. Pensé muchísimas cosas, pero nunca me creí con las capacidades para cantar, y entonces había un poco de eso de que si no sabía cantar iba a ir y hacerme pelota en el escenario. Era consciente de mis limitaciones. Pero es verdad que en eso, más allá del canto, hay como cierta cosa vinculado a mi vida, que es la seguridad que fui agarrando, que incluso fuimos agarrando como banda. Yo quizás de pibe nunca me permití acercarme bien a la gente, había algo que no andaba bien conmigo. Así como forzaba la voz, habían otras cosas similares hacía en la vida en general. Y con el tiempo empecé a apreciar más lo que me rodea, tener una relación distinta con mis amigos, mi barrio y sobre todo mis viejos. Haberme casado hace poco, vivir con mi mujer, recién poder empezar a vivir de lo que siempre quise, que es escribir. Es curioso que recién a los treinta y cuatro pueda estar viviendo esto, cuando en realidad durante mucho tiempo creí, por cosas de mi vida, por mi forma de vivir, que nunca iba a llegar a esta edad. Incluso, había como algo de no querer llegar a esta edad. Sin embargo, a una edad que en otras épocas no quería saber de nada, es donde veo que las cosas se empiezan a ordenar de otra manera. Creo que este es un momento bueno de mi vida.

1 comentario:

  1. Agustin
    pone el credito de la foto!! Sino parece que eso se hace solo y lo que es peor cualquiera puede levantarla sin citar.
    Saludos

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