viernes, 18 de mayo de 2012

Ufesas- Ufesas LP (Independiente, 2011)


Alumnos prodigios
Por las inmediaciones de la granja desierta del rock nacional, se nos acaba de informar que se encontró un nuevo cuerpo. Sin embargo, en este caso, más que descubrir un Juan Pérez en una cuneta, el disco póstumo de Ufesas es como dar como dar con una pirámide enterrada, guardando la tumba del jerarca de una civilización de la que nada se sabe. Ufesas, banda secreta de Canelones, siempre circuló en la periferia, no sólo de la capital (muchos toques en Margat, Santa Lucía), sino del mismo rock. Desde su formación, demostró ser de esos extraños casos de bandas con un pie en Uruguay y otro en el extranjero –no sólo en referencia a sus citas musicales, o el haber optado cantar en inglés, sino por ciertos contactos con sellos y disqueras foráneas- que no resultan incongruentes, que no parecen un híbrido mal construido. En abril de 2009, por esas casualidades de la vida quien escribe se topó con el EP, en formato vinilo, de The black Ride y ya con apenas dos canciones, los pibes de Canelones demostraban ser algo distinto dentro de lo conocido, sin descubrir la pólvora, pero demostrando tener una ejecución impecable de todo lo aprendido. Riffs densos, bordeando el stoner rock, atmósferas muy a lo Spacemen 3, cadencia cansina pero indetenible, The black ride era una buena carta de presentación y generaba gran interés por lo que podía ofrecer la banda en formato larga duración.
El disco homónimo de la banda de Canelones, editado en el 2011, ya cuando toda la formación se encontraba en proceso de desintegración (con alguno de sus integrantes yéndose a estudiar a Nueva York) supera con creces lo que prometía en su anterior trabajo. Con tanto nuevo hincapié que se le dio a la autoproducción y el low-fi –al menos en terrenos del indie uruguayo, donde se fue dando una crisis de paradigmas musicales-, hoy en día suena curioso señalar entre las bondades de un producto su prolijidad y lo meticuloso que es , pero cuando uno escucha Ufesas, debe hacer mención sobre lo notable que es la producción y mezcla del disco. Son de esos casos particulares en donde con los auriculares uno nota que todo está exactamente en su preciso lugar, sin que esta meticulosidad vuelva frío o artificial el trabajo. Ufesas, también, demuestra tener una de las mejores duplas de guitarristas que haya tenido la escena actual uruguaya, en un trabajo fabril, pero a la vez colgado, como el proveniente  de un estado de control involuntario, como los movimientos de un camaleón. El solo del tema que abre el disco, Dead man walking es una mezcla perfecta de este estilo: pareciera que se deslizara por la base, que se fuera estirando y extendiendo por toda la superficie del tema.
He notado que cuando uno escucha a Ufesas –en vivo o en disco- empieza a achinar los ojos, como si estuviera viéndolos a través de una cortina de humo. Pero al mismo tiempo que achina los ojos, sigue el ritmo con el tronco y la cabeza, en un tranco lento que acompaña todo el viaje, como si uno se abriera camino sobre un caballo sereno y experiente. Todo este tono que es demasiado fácil asociarlo a referencias marihuaneras, pero que tienen otras raíces más introspectivas, empieza a encontrar sus resonancias en los temas que se continúan en el disco, casi siempre optando por líneas repetitivas que a medida del tiempo empiezan a tomar el tono de un mantra, y que llegan a su punto álgido, de completa posesión en Part of the night. La línea del bajo se superpone con las guitarras y luego la de un órgano psicodélico. Es un tema tribal, que parece invadirte de a poco (y cuando menos lo esperás te encontrás a vos degollando una gallina). “You always will be, part of the night” (siempre serás/serán parte de la noche), repite una y otra vez el tema. A medida que el órgano y trompetas deformes empiezan a invadir la mezcla, el cuarto parece volverse oscuro, uno entra en un extraño estado primal, como si estuviera en la caja de resonancia de un gigantesco instrumento. Esta línea también había sido tomada por Hablan por la Espalda (sobre todo en sus últimos trabajos, donde el afro-beat fue adquiriendo más protagonismo), o también en el vuelco cada vez más cinemático y stoner de Santa Cruz, pero Ufesas, más que un mero continuador, parece un alumno prodigio (no solo de ellos, sino también de Black Rebel Motorcycle Club, Swans, Queens of the Stone Age) , que vio lo que había a su alrededor, lo entendió demasiado bien y logró conjugarlo y desarrollarlo a otros niveles de orfebrería.
Uno aprendió con casos como Los Olimareños a no tomar tan al pie de la letra las separaciones, pero escuchar el disco de Ufesas, tan redondo, tan bien entendido, por momentos se siente como extrañar a alguien a quien uno nunca conoció. Es una formulación matemática nueva y perfecta, escrita en el pizarrón de un liceo del interior por un estudiante a quien nunca se va a conocer.

1 comentario:

  1. Lo descubrí recientemente este disco tambien y quede sin palabras. Me voló la cabeza... Estuve buscando info de la banda para irlos a ver en vivo y con este post me entero de que ya no existen. Es una cagada llegar tarde a bandas como estas.

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